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- Quiero ver Spiderman.

Tanto Ruslan como Inna voltean a verme con una mueca, aunque por mi posición parece que estuvieran de cabeza. Tengo la cabeza colgando del sofá y los pies pegados a la pared. Los tres estamos en pijamas. Inna tiene uno de Iron Man, Ruslan tiene uno de Thor y yo tengo el de... Bueno, creo que no nesecito decirlo.

- Iron Man es mucho mejor- sus ojos se entrecierran en mi dirección.

Me hubiera reído porque ambos lo dijeron al mismo tiempo si este no fuera un asunto serio.

O al menos nosotros lo consideramos serio.

- Si no colocan Spiderman me voy a mí habitación a dormir.

- ¿Nos estás amenazando?- Inna me arroja un peluche, pero tiene tanta energía que ni siquiera llega a tocar el sofá.

Me río internamente porque esa enana es capaz de arrojarme la televisión a la cabeza si se lo propone.

- No quiero ver Iron Man- pongo un mohín en dirección a Ruslan.

- Yo no quiero ver Spiderman- dice Inna cruzándose de brazos como un enano iracundo.

- Pues entonces no veremos ninguna de las dos.

Tanto mi mejor a amiga como yo le ponemos mala cara a nuestro intermediario en las peleas.

- ¿Entonces qué vamos a ver? ¿Los Teletubbies?- el desespero de Inna y la forma en que mueve los brazos hacia su hermano es tan cómica que embozo una sonrisa.

Ruslan toma en mando de la televisión y se sienta en el suelo apoyando su espalda contra el sofá sin obstaculizar mi mirada a la pantalla.

- No precisamente.

Le lanzo una mirada a mi amiga que ella me corresponde enseguida.

- Me siento excluido- protesta su hermano con la boca torcida y los ojos puestos en la televisión.

- Si no estamos diciendo nada.

- Se hablan con los ojos.

Soltamos risitas divertidas en las que él no nos acompaña, pero pronto dejamos de reírnos para abrir los ojos como platos con el terror invadiendo cada parte de nuestro ser. Ahora es el turno de él reírse de nuestras caras. Trato de bajarme tan rápido que me caigo del sofá y no tengo tiempo de acomodarme lo suficiente antes de que Inna se precipite encima de mí aferrando sus brazos a mi cuello en busca de protección.

- ¡Te volviste loco!

Ruslan no para de reírse.

- Esta es muuuuuuy buena.

- Si, te volviste loco- asiente su hermana.

Ruslan busca mis ojos para ver si encuentra apoyo, pero yo estoy muy ocupada intentando apartar de mi cara a Inna a base de empujones. Parece una garrapata llena de pánico y eso que ni siquiera a empezado al película.

- ¿Larissa?

- A mí ni me veas.

- Te gustan este tipo de películas- lo miro con una ceja enarcada y una expresión de "¿Es en serio?" pegada a la cara, solo que eso lo hace sonreír como un angelito antes de darle reproducir a la película-. Te encantan- me guiña un ojo.

- Me gustan las películas de terror- asiento y echo una ojeada a la pantalla. La imagen me hace tragar saliva cosa que pone aún más divertido a Ruslan-. Es solo que...

- Es un payaso- termina de decir mi mejor a amiga por mí como algo obvio.

Ruslan mantiene los ojos entrecerrados mientras mira a su hermana, luego a mí, luego a su hermana otra vez, después a mi de nuevo hasta que muy delicadamente chasquea la lengua y vuelve a enfocar sus ojos en la televisión ignorando nuestras súplicas de piedad silenciosas con éxito.

El camino para escapar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora