Whatsapp.《Nash Grier.》

;setenta y uno.

Respiró profundamente y cerró los ojos con fuerza. Su pecho subía y bajaba debido a los nervios que tenía en el cuerpo; respiración agitada. No podía creerse que estuviera haciendo aquello. Joder, él le había dejado claro que no quería nada más con ella. Mierda, mucha mierda.

Alargó su mano hasta la madera de la puerta y abrió los ojos. De nuevo, se quedó parada, en esa postura, pensando si tocar al timbre o con sus nudillos. O simplemente, si tocar para verlo. Negó con la cabeza y se giró para observar a Jack y a Connor, que levantaban sus pulgares desde el coche. Traidores.

—Por favor.

En un solo movimiento, apretó el botón del timbre y abrió sus ojos de golpe, dándose cuenta de lo que acababa de hacer. Se maldijo mentalmente y giró sobre sus talones para intentar correr al coche del rubio. Pero ya era tarde, el vehículo salió casi disparado de la calle. JODIDOS TRAIDORES.

—Capullos... —volvió a susurrar, y toda su piel se erizó al escuchar la puerta abrirse.

—¿Qué haces aquí? —su voz sonó seca, molesta.

Esa voz. Aquella voz tan angelical. La voz de su chico. No era la misma. Cerró los ojos y mordió su labio. Después de tres segundos, logró girarse para mirarlo y un semblante triste apareció en su rostro.

Nash estaba delante de ella con unos pantalones de cuadros azules, una camiseta de manga corta y el pelo revuelto. Bajo los ojos se veían, claramente, unas grandes ojeras. Estaba destruido. Ella lo había destruido.

—Shanon.

—He venido a verte... —murmuró, agachando la cabeza—. Nash, lo que viste no fue lo que pasó. Tengo un vídeo, tengo la prueba de que no pasó como crees. Mi hermano lo grabó sin darse cuenta. Bueno, la cámara. Por favor, dame una segunda oportunidad. Deja que me explique. 

El moreno, con el corazón en un puño ante la tierna imagen de su novia haciéndole pucheros, estiró sus brazos y agarró la cintura de la chica, atrayéndola hacia su pecho. Sus azulados ojos imitaron los de ella, volviéndose cristalinos.

—Te he echado de menos...