;setenta y ocho.

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(Imagen.)

"Sorpresas como estas me gustaría recibir todos los días. Te quiero, ojiazul."

Tras twittear esa frase y etiquetar a su novio, dejó el móvil sobre la mesa de su salón y agarró un puñado de palomitas del bol azul que Nash tenía entre sus manos. Ya le daba igual lo que los demás dijeran de ella.

El chico observaba la televisión fijamente, hasta que recibió la notificación de twitter en su teléfono. Apoyó el cacharro sobre sus piernas y cogió su móvil para acabar viendo la foto que su novia había publicado. Giró su cabeza y le sonrió.

—Salgo sexy.

Shanon rió y centró sus ojos en la pantalla de la televisión, pero Nash no pareció estar de acuerdo en seguir viendo la película de zombies. Acercó su cara al hombro de ella y dejó un cálido beso, para luego continuar haciendo lo mismo por su cuello. La castaña le miró con el ceño fruncido al ver que no paraba, y entonces, sus labios se juntaron.

Sin darse cuenta de la situación, aquello había subido de tono en pocos segundos. Y raramente, Shanon estaba reaccionando positivamente, siguiéndole el rollo a su confiado novio. Nash colocó una de sus manos en la espalda de la chica y la guió a tumbarse en el sofá, con él encima, tras haber apartado el cuenco con palomitas. Una vez así, comenzaron de nuevo con la sesión de besos que llevaban antes.

—Shanon... —susurró, acariciando su estómago en pequeños círculos. Ella le ignoró y besó su cuello—. Si seguimos no podré parar, joder —gruñó al sentir el tirón de pelo de su chica—. ¿Eso qué significa? —su voz sonaba ronca, y sus pupilas estaban totalmente dilatadas, por la lujuria del momento.

—Significa cállate y sigue.

—Entonces... —prosiguió él, insistiendo.

—Con cuidado —susurró Shanon, mirándole fijamente.

—Lo prometo.

Y pasó lo que tenía que pasar; jurándose amor eterno aquella noche.

Whatsapp.《Nash Grier.》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora