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Hbían pasado varios días.

Y no podían más.

Realmente ya no podían seguir su teatro.

Habían decidido alejarse, porque ninguno sabía qué más hacer, después de pasar tanto tiempo encerrados y que pasaran cosas, lo único que pudieron hacer fue alejarse.

No estaban incómodos, pero si antes estaban confundidos ahora aún más.

El estar lejos les hacía tanto daño, todo por querer huir de un sentimiento del que no podían huir.

Porque estar lejos les hacía apreciar y extrañar más los días en los que no podían separarse, después de todo, estar juntos era algo que los caracterizaba.

Cuantas veces no escucharon un "¿Y dónde esta tu novio?" Porque iban solos a un lugar y eso era extraño, no por las bromas, estaban acostumbrados, era raro porque no se habían dado cuenta de lo mucho que les hacía falta su presencia.

No sabían qué hacer, deseaban volver a hablar pero el orgullo de ambos se los impedía.

Por primera vez Spreen no podía conseguir algo.

Porque Conter no es un simple algo, no es un logro ni una meta para saciar su ego, había descubierto que definitivamente, Conter no era ningún premio que quería para llenar su orgullo, lo quería a él, por ser él.

Pero querer a alguien no es suficiente para que las cosas funcionen.

— Eu, ¿Vos sabés que nutria fue la que tomó la foto de mierda con Mictia?

La pequeña nutria negó con la cabeza.

— Es un dolor de cabeza esto... Solo quiero volver a casa.

"Deberías hacerlo"

— Es peligroso ahora, hace medio día podría haber vuelto, ahora no.

"Entonces ve a otra base, aquí vas a morir"

La pequeña nutria se encontraba entre las piernas del oso, quien estaba sentado en una esquina del casino.

Spreen comenzó a acariciar su pelaje.

— Y bueno, ¿no me puedo quedar acá?

"Si quieres, pero es aburrido realmente."

Spreen suspiro, no sabía que más hacer, no quería volver a casa, había estado huyendo porque sabría que Conter estaría ahí y no estaba listo para admitir que lo extrañaba.

No se arrepentía de nada, estar en aquel búnker encerrados le hizo darse cuenta de muchas cosas, pero no podía evitar sentir miedo, no era una persona que temblará en lo más mínimo al pelear, de hecho siempre fue conocido por eso, pero ahora... no creía siquiera poder ver a los ojos a Conter.

— No sé que pija hacer, nutria. — Acarició su cabeza y la miro.

"¿De nuevo Conter?

— Siempre es por ese boludo...

"¿Qué pasó ahora?"

— No sé, fue rarísimo, los pelotudos de nuestros amigos nos encerraron en el puto búnker y...

.

.

.

— Entonces... ¿Cómo estás? — Conter fue el primero en hablar en el silencioso búnker.

— Todo bien, ¿Vos?

— Todo bien también.

Se quedaron en silencio bastante rato.

¿Celos o egoísmo? | 『 Spreenter 』✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora