El Triste

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Jessica fue la primera en despertar y se espantó al ver que Memo estaba frente a ella, durmiendo tranquilamente. Recordó lo de la noche anterior y, aunque estaba adolorida, realmente había valido la pena. Acarició suavemente el cabello de Memo para despertarlo, pues, aunque fuera sábado, debía regresar a casa a una hora razonable.

El chico abrió los ojos y, creyendo que estaba soñando al tener a Jessica junto a él, se acurrucó más contra su pecho como un cachorrito. La risa de la chica lo hizo despertar por completo, alejándose un poco e intentando disimular lo alterado que estaba; su corazón latía con fuerza. Jessica le dio una mirada antes de taparse la boca y "saludarlo".

-Buenos días, ¿cómo dormiste? -preguntó ella, mientras Memo la miraba confundido por su actitud.

-Siento que me apesta la boca -respondió, volviendo a reír, esta vez contagiando a Memo.

-A mí me duele la espalda -dijo él, riendo también, pues la chica estaba igual. -Pero... me gusta estar así -se sinceró, esperando no sonar demasiado intenso.

-A mí también, y créeme que me gustaría estar así más tiempo, pero no quiero preocupar a Ana o a Pedro.

Memo asintió y, con pesadez, se destapó para levantarse. Jessica fue al baño para enjuagarse la boca y cepillarse el cabello, mientras el chico guardaba las cobijas y almohadas para dejar la sala impecable.

Cuando la chica salió del baño, la sala estaba limpia y Pascual acababa de llegar. La miró sorprendido, y antes de que pensara mal, Jessica contestó, sabiendo que Memo se quebraba bajo presión, recordando lo que había sucedido el primer día con Marifer.

-Vine a visitar a Memo, no quería desayunar sola en casa -el señor asintió, comprendiendo que, al igual que Memo, ella siempre estaba sola.

-Pues entonces vamos a desayunar, muchachos -dijo Pascual, y ambos asintieron, siguiéndolo hasta el carro, donde, al igual que el jueves, se sentaron juntos en el asiento delantero.

Condujeron hasta una fondita, donde Jessica pidió chilaquiles verdes y Memo unas enchiladas de mole. El desayuno transcurrió entre risas, viendo a Pascual interpretar con sentimiento las canciones que sonaban en el establecimiento.

"Qué triste fue decirnos adiós
Cuando nos adorábamos más
Hasta la golondrina emigró
Presagiando el final"

🎧🛹📷🚬🍭

Cuando llevaron a Jessica hasta su casa, el teléfono sonaba preocupante. Al mirar la hora, se alarmó; eran las 11:23. No había escuchado su reloj sonar, así que corrió a contestar, recibiendo un regaño de Agustín y otro de su madre por no estar en casa. Con una excusa sobre haber salido a desayunar, logró tranquilizarlos. A veces, estaba bien que Agustín fuera tan clasista, ya que nunca la dejaría hacer algo que no estuviera a su nivel.

Después de una charla breve y algo incómoda con su mamá, colgó y llamó a Ana para preguntar sobre Sebastián, su nieto, pidiéndole que la cubriera con su madre y le dijera que la noche anterior habían hablado sobre su ausencia. La señora, no muy convencida, aceptó con la promesa de que después le contaría todo.

Subió a su cuarto y se recostó en su cama, pensativa. Recordó cómo era su vida antes de que su mamá se casara con Agustín. Aunque no tenían la vida que llevan ahora, se sentía más conectada con su madre. Había momentos de complicidad y risas, cuando se sentaban a platicar sobre todo. Su madre la escuchaba, y juntas compartían un mundo más auténtico, lejos de las apariencias que exigía su nuevo entorno. Pero ahora, en la soledad de su habitación, se preguntaba si debía decirle a Memo sobre sus sentimientos. Él también debía sentir lo mismo, ¿no? Habían compartido tantos momentos, y sus acciones parecían delatarlo.

Sonrió al recordar sus ojos azules al despertar. Probablemente, eso sería lo primero con lo que sería honesta: le diría lo mucho que le gustaban sus ojos. Pensó en llamarlo, pero no tenía el número de su casa y definitivamente tendría que pedírselo el lunes.

Después de un rato, sintiendo la soledad que la envolvía, lloró. No le gustaba estar así, y menos ahora. Esa semana había sido una montaña rusa de emociones; le gustaba estar con Memo y también con su grupo de amigos, que, aunque no hablara con ellos, la hacían sentir parte de algo. Pero ahora, su mundo volvía a ser el de siempre. Reprodujo el cassette que Memo le había regalado una y otra vez, pausándolo cuando Agustín la interrumpía. Finalmente, se dio la hora de ir a trabajar.

Pedro la llevó hasta la tienda, pero se encontró con que estaba cerrada. Tocó la puerta para preguntar a Don José, quien le informó que ese día no abrirían, pues su hermana había llegado de visita. Jessica asistió y regresó a su casa, retomando su llanto mientras escuchaba música; había sido un muy mal día.

🎧🛹📷🚬🍭

Memo, por su parte, estaba muy feliz, y Pascual podía notar eso, así como también se percató de los platos sucios que habían olvidado lavar el día anterior. Pensó que quizás, al igual que esa mañana, Jessica había ido a cenar con él, cosa que lo alegró. Mientras Memo se bañaba, Pascual lavó los trastes y tuvo una gran idea.

-Oye, Memo, ¿por qué no invitas a tu novia a algún lado? La feria se pone en la noche o mañana pueden ir al cine.

Memo detuvo su canto, dudando antes de contestar.

-No es mi novia, y no sé si le den permiso de salir -terminó de bañarse y salió.

Se vistió y fue hasta donde estaba Pascual, buscando en la sección amarilla el teléfono de la chica.

-¿Qué haces? -se sentó al lado de él y revisó lo que hacía.

-¿Cómo dices que se llama su papá, nombre y apellido?

A Memo se le abrieron los ojos al escuchar.

-No sé, y es su padrastro.

-Mira, Memo, Jessica dijo que estaba sola, no necesita pedir permiso. ¡Robátela! Sáquela a pasear; llévala a la feria. Yo le pido a tu papá el dinero. Además, así le puedes pedir que sean novios. Es más, vamos a su casa y la invitas directamente.

El joven pensó un momento, pero luego negó. No quería abrumarla con su presencia. ¿Qué iba a hacer si ella se aburría de pasar tanto tiempo juntos?

-Seguro tiene tarea que hacer. Será mejor que la termine. Ya nos veremos el lunes en la escuela.

Pascual suspiró, rendido, y Memo se fue a su cuarto. También haría su tarea.

Por la tarde, sus amigos fueron a su casa para preguntar por su falta en la escuela. Él solo respondió que le dolía el estómago. Entraron y le pasaron los apuntes y las tareas que tenían que hacer.

El ambiente no era tan incómodo, a pesar de la reciente ruptura de Marifer y Alex, y así pasaron la tarde entre risas, hasta que dio la noche y los acompañaron hasta sus casas. Ese sí que había sido un gran día.







*+:。.。 。.。:+*

Bueno aquí hay otro capítulo y espero que les guste, quiero aclarar que tooodo esto pasa en la primer semana de Memo en la escuela que no se si sea muy apresurado pero ya de aquí se va a ir un poco más lenta jajja por cierto la canción la puse porque siento que es algo que pondrían en una fondita no se olviden de votar bye bye.

Pd: se me había olvidado actualizar jajan't peeero los voy a compensar con otro cap.

Cuando Pase el Temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora