*Carina Pov.*
Buscar un apartamento no es fácil y hace dos meses que Maya y yo continuamos buscando. Aunque ella tendrá que comprarlo a su nombre, las dos queríamos elegirlo juntas ya que nos iríamos a vivir juntas. A mis padres les cayó bien Maya y aunque se sorprendieron de saber que me mudaría con ella, les agradó luego de ver cómo sacó a Owen de la casa de mis padres. Todos tuvieron de qué hablar esa noche, Maya fue el centro de atención y yo me sentí muy orgullosa.
Estaba en mi descanso durante mi guardia comiendo un helado y no dejaba de pensar en mi situación actual. Sigo quedándome con Andy y Maya, Owen había quedado furioso porque le cancelaron la residencia tras la denuncia por acoso que mis padres le hicieron, sumado a nuestro divorcio, se tendría que regresar a su país natal, India. Y digamos que su familia no lo quiere mucho que digamos, así que si su actual novia no lo ayudaba, quién sabe qué sería de él.
Hoy era mi último día de guardia ya que al salir me iría de viaje con Maya. La acompañaría a Midvale, ya que es fecha de la muerte de su hijo y quiere ir a visitar su tumba por primera vez. Y cómo no quiere hacerlo sola, iría con ella. Por lo que ha estado sensible estos días, trata de distraerse con trabajo y la búsqueda del apartamento. Apenas tiene humor para sexo y ella es bastante activa en ese aspecto. Sé que está lidiando con el dolor que le trae su pasado así que no sabía cómo hablar con ella. Estaba quitando los últimos restos de helado del vasito mientras pensaba en cómo decirle a Maya que estoy embarazada. Si le decía ahora podría desatar un quiebre emocional en ella pero tampoco podía demorarlo.
—Oye... —Dijo Andy apareciendo y le sonreí cómo pude, dejando que se siente a mi lado—. ¿Pensativa?
—Sí, pensativa... —Le dije y me quedé con el vaso vacío en la mano.
—¿Te tiene preocupada Maya? —Me preguntó y asentí, dudando—. ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?
Me quedé en silencio un momento y mi corazón latió como loco antes de observar a Andy a los ojos.
—Estoy embarazada, Andy. —Le solté y su rostro palideció por lo que asentí—. Y no sé cómo decirle a Maya porque está muy sensible.
—Oh, diablos. —Me dijo y suspiró—. ¿Pero ustedes no se cuidan siempre?
Me comencé a reí y la miré divertida.
—¿Recuerdas el día en los archivos? —Le dije e hizo un gesto de horror—. Exacto. Ese día tuve doble guardia y no pude tomar el anticonceptivo. Tomé una pastilla del día después pero no debió hacerme efecto.
—¿De cuánto estás? —Me preguntó y suspiré.
—De 8 semanas. —Le dije y suspiré—. Y ya lo confirmé con mi ginecóloga. Incluso me hice hasta un ultrasonido, tengo la foto en mi locker. No me atrevo a llevarla conmigo porque no sé cómo podría reaccionar Maya al verlo.
—Ahora entiendo por qué no has querido tomar cerveza o vino estos días. Supongo que no estás mal del estómago cómo dijiste. —Negué y ella suspiró—. Tienes que decirle, Carina. De lo contrario será peor, créeme.
—Trataré de buscar el momento cuando estemos en Midvale. —Le dije y me asintió—. Vamos a ir a ver a su madre, me la va a presentar de forma oficial.
—Te caerá bien. —Me dijo y sonrió—. Estoy aliviada porque tú sí cuidarás tu embarazo.
—¿A qué te refieres con que yo sí lo cuidaré?
—Pues... —Dijo y suspiró—. Emily solía beber durante el embarazo, de no ser por Maya, ella jamás habría ido a consulta médica. Sigo preguntándome que hacía en la autopista ese día.
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El corazón de un héroe
RomantikMaya Bishop es una bombera que se trasladado a la estación 19 de la ciudad de Seattle y que trae un doloroso pasado. Carina DeLuca es una doctora del Grey-Sloan Memorial con una situación personal algo complicada. Ambas, dedicadas a salvar vidas, no...