Jacaerys sentía cómo la mano de Helaena se tensaba entre la suya, un reflejo casi involuntario del peso que ella llevaba en silencio. Sus dedos temblaban ligeramente sobre los de él, y esa fragilidad contenida hablaba de cicatrices invisibles, grabadas por palabras no dichas y miradas de desprecio que se habían acumulado durante años. Desde siempre, Jacaerys había sabido que la familia directa de Helaena no era precisamente un refugio; más bien parecía una prisión emocional. Los que compartían su sangre preferían ignorarla, tratándola como una sombra incómoda que evitaban enfrentar. Sin embargo, nunca había comprendido del todo hasta qué punto ese rechazo había marcado a Helaena, hasta ahora.Un nudo de tristeza y rabia se agitó en su pecho mientras observaba el perfil de Helaena. Era inconcebible para él que alguien como ella, con una esencia tan pura y un espíritu tan gentil, tuviera que vivir bajo la sombra del rechazo constante de aquellos que deberían protegerla. ¿Cómo era posible que su propia familia no viera lo que él veía? Esa vulnerabilidad oculta que solo se revelaba en esos momentos de calma, cuando Helaena parecía bajar las barreras que la mantenían a salvo.
Recordó la primera vez que había escuchado una de sus profecías. Al principio, sus palabras habían sonado como fragmentos sin sentido, piezas de un lenguaje enigmático que escapaban a cualquier lógica. Helaena hablaba en susurros, frases sueltas y enigmáticas que surgían en los momentos menos esperados y que a menudo parecían no tener conexión con la realidad. Sin embargo, las dudas comenzaron a disiparse cuando esos presagios aparentemente absurdos empezaron a tomar forma en la realidad.
Primero llego la mala cosecha que arrasó los campos del pueblo, tal como ella había predicho, dejando a las familias sin sustento. Después, la enfermedad de su abuelo, que los tomó por sorpresa, seguida por la muerte de la madre de Rhaena y Baela, un dolor desgarrador que llenó de luto a toda su familia.
Y, finalmente, lo que lo marcó por completo: el destino de su tío Aemond. La pérdida de su ojo en un conflicto familiar desencadenado por un dragón. Helaena lo había visto antes de que ocurriera, pero nadie había escuchado sus advertencias. Desde entonces, Jacaerys dejó de pensar que sus visiones eran supersticiones o coincidencias. Había algo en Helaena que escapaba a la comprensión humana, algo que la hacía única. Y también a su vez la hacia sentir sola.
El murmullo de una voz interrumpió sus pensamientos, devolviéndolo bruscamente al presente.
—Un dragón no huye de la casa de su jinete sin razón —gruñó Aegon, alzando la voz con irritación. Sus ojos brillaban de furia, y su ceño fruncido añadía más tensión al ya incómodo ambiente del salón—. Si su dragón está aquí, ella también lo está.
Rhaenyra, que había estado escuchando en silencio, intentó calmar el tono de su hermano. Su rostro reflejaba una mezcla de paciencia y agotamiento, como si las constantes disputas entre los suyos fueran una carga que llevaba desde hacía demasiado tiempo.
—Aegon, un dragón puede regresar a Dragonstone por muchas razones —replicó con una voz suave pero firme, controlando con maestría el tono para evitar que la situación estallara—. Si no siente a su jinete cerca, busca refugio. O quizá esté buscando aparearse para incubar huevos. Un dragon puede llegar alejarse por un corto tiempo de su jinete aun cuando este lo necesite.
Hizo una pausa, observando a los presentes, intentando medir si sus palabras habían logrado disipar algo de la tensión que parecía llenar cada rincón de la sala. Pero antes de que sintiera que sus palabras llegaron a calmar el ambiente, Daemon, que había estado en silencio hasta entonces, habló con una sonrisa apenas perceptible que no ocultaba la intención de incomodar.
—O tal vez está esperando a que otro jinete lo reclame —murmuró, dejando que el veneno de sus palabras impregnara el aire.
Sus ojos, fríos y calculadores, se posaron en Alicent antes de desviarse hacia Aegon, cuya cabeza apenas se alzó ante aquellas palabras.
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The last hope
FantasyDespués de perder a sus hijos y quitarse la vida, Helaena Targaryen se encuentra inexplicablemente regresando al pasado. Armada con el dolor de su trágico futuro, Helaena se propone evitar la guerra y la destrucción de su casa. Aislada por su conoc...