Capítulo Trece

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"Siempre me ha gustado la gente callada, nunca sabes si están bailando dentro de su cabeza o si están cargando con el peso del mundo"

Buscando a Alaska
John Green

Cuando Nicholas se fue, algo de mí se fue con él

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Cuando Nicholas se fue, algo de mí se fue con él.

No sé qué pudo ser, tal vez era la esperanza que me quedaba, esa ínfima posibilidad de que podía ser feliz al lado de un hombre. Pero ahora me dejó aquí para recoger las piezas de mi corazón destrozado.

¿Cómo se atreve a quitarme algo que no sabía que tenía, a quitarme lo último que se pierde?

Fue muy duro escuchar tantas mentiras pronunciadas con tanta certeza, con tanta credibilidad. Parecía que hasta él mismo se las creía. Algún día aprendería a mentir como él lo hacía.

Lo que más me duele es que si yo no hubiera visto ese mensaje...hubiera seguido con la cabeza en las nubes, subiendo y subiendo y tal vez después, el golpe de la caída hubiera sido más fuerte, mortal.

Él jamás me lo hubiera dicho, tal vez me lo diría el día antes de su matrimonio, o quizás nunca. ¿Cómo se atreve a hacerme algo así?

Lo único que sabía era que quedaban seis meses de clases y luego no lo vería nunca más. Ni a él ni a nadie.

Quisiera decir que cuando se fue aún seguía furiosa con él, que lo odiaba. Pero increíblemente para mí no fue posible. Extrañaba su ausencia, y era ridículo, porque sabía que no merecía sentirme así por un hombre como él, pero se me era inevitable.

¿Por qué sentía que había perdido algo importante y significativo? Si yo para él no era nada, ¿por qué?

Lloré hasta que me quedé dormida.

El sábado no me sentí mejor, pero afortunadamente ya no trabajaba en la heladería.

Porque no volvería a exponerme de esa manera, a andar sola tan tarde en la noche. No sabiendo que el tipo ese andaba suelto todavía.

Aún me dolía el estómago cuando lo recordaba y sabía que pasaría algún tiempo para decidirme a superarlo. Pero hoy prefería callarlo.

Me preguntaba cuándo acabarían mis problemas. Jamás he tenido una etapa fácil, ¿cuándo será el día que me despertaré sin preocupaciones, sin amarguras, sin rencor ni resentimientos, cuándo?. Tal vez nunca la encuentre, esa paz que busco, quizá sólo en la muerte pueda encontrarla, y ¿acaso eso no es triste?

El domingo salí al centro comercial, quería perderme en otro mundo, uno donde los problemas me sean ajenos, así que me dirigí a la librería y pasé un buen rato viendo las novedades, cogí muchos libros y leí las sinopsis, y me decidí por uno de fantasía. Estaba tan harta de todo, que necesitaba perderme en algo que no existe ni que sea posible.

Prohibido | Nicholas Chavez (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora