Capítulo 11

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Pov Lys:

Harry y yo entramos a la cabina con algunas bebidas de manzana que habíamos conseguido fácilmente con algo de dinero muggle. Habíamos entrado cuando una voz desconocida avisó que habría una parada de tres horas antes de partir hacia Denver.

—... ¿Tecnología muggle? —sugerí, mirando al de lentes y ganándome una mirada aprobatoria.

A este paso, en tercer año voy a ser la mejor en Estudios Muggles.

El niño cabra se despertó de su siesta de belleza, bostezando "Comida" como la cabra que es. Humildemente decidí darle la cosa llamada lata que lo había visto comer antes.

Lys dudaba de que esa lata fuera comestible.

Pero comida es comida, supongo.

—Vamos, niño cabra —dijo Annabeth al levantarse—. Turismo.

—Oh, vayamos a ver ese arco enorme que vi por la ventana —dije, y pude ver emoción en Annabeth por mi sugerencia.

—¿Turismo? —preguntó Grover, comiéndose la lata.

—El Arco de la Puerta —comenzó diciendo ella, ignorando la pregunta del sátiro—. Esta podría ser mi única oportunidad de subir a la cima. Lys está de mi lado, ¿vamos o no?

Harry solo tomó su jugo de manzana, importándole poco el lugar al que fuéramos, mientras Grover y Percy compartían miradas.

—Si hay comida y no monstruos, me apunto —aceptó el mayor del grupo, es decir, el chico cabra.

El arco no quedaba tan lejos del tren después de todo, y gracias a Merlin no había mucha fila. Caminamos por el curioso museo subterráneo, mirando cosas más antiguas que el innombrable. Annabeth contaba datos interesantes que, lamentablemente, la mayoría no lograba entender, pero no quería interrumpirla; parecía muy feliz hablando.

—Chicos —dijo Percy, interrumpiendo mi momento amistoso con Annabeth—. ¿Conocen los símbolos de poder de los dioses?

—No —dije claramente.

—No tanto —respondió Harry, tirando su bebida.

Annabeth se había quedado en silencio al ser interrumpida en su lectura sobre el equipo de construcción del arco.

—¿Sí? —dijo ella—. Bueno, Hades...

—Estamos en un lugar público... ¿Quieres decir a nuestros amigos escaleras abajo? —interrumpió el sátiro.

—Hm, correcto —habló el hijo de Poseidón—. ¿Se refieren a Hades? Nuestro amigo allá abajo, ¿no tiene un sombrero como el de Annabeth?

—¿El yelmo de la oscuridad? —dijo la rubia—. Sí, ese es su símbolo de poder. Lo vi junto a su asiento durante el Concilio del Solsticio de Invierno.

—¿Estaba allí? —preguntó Percy, y ella asintió.

— Es el único momento en que se le permite visitar el Olimpo; el día más oscuro del año. Pero si lo que he escuchado es cierto, su casco es más poderoso que mi gorra de invisibilidad.

— Le permite convertirse en oscuridad — confirmó Grover —. Puede fundirse con las sombras o atravesar paredes. No se le puede tocar, ver ni oír. Y es capaz de irradiar un miedo tan intenso que puede volverte loco o paralizarte el corazón. ¿Por qué crees que todas las criaturas racionales temen la oscuridad?

Yo le tenía miedo a la oscuridad de pequeña. Siempre pensaba que algo iba a salir de las enormes sombras de la casa y matarme. Adorable, ¿verdad?

— Pero entonces... ¿cómo sabemos que no está aquí ahora, vigilándonos? — preguntó Percy.

Magia y mitología: Un legado por descubrir ▓┃ Percy Jackson × Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora