El cielo estaba teñido de un rojo ominoso mientras el viento barría la ciudad devastada. Las sombras de los demonios se extendían por las calles desiertas, y el aire olía a muerte y destrucción. Desde la base de los cazadores, Jack observaba mientras el imponente Drakonis, el Titán de los Cazadores, se elevaba en el aire, dejando una estela de poder. La señal de auxilio era clara y urgente, pero Jack, sabiendo que solo el poder de Drakonis sería suficiente, permaneció en la base, con la misión de preparar a su equipo para la siguiente ofensiva.
Drakonis volaba con velocidad impresionante, sus alas gigantescas surcaban el aire como cuchillas. La señal lo guiaba hacia una de las zonas más afectadas de la ciudad, donde los demonios habían destruido todo a su paso. Al llegar, encontró un paisaje desolado: edificios derrumbados, calles destrozadas y cuerpos sin vida. Pero algo más perturbador se presentaba ante él: un demonio colosal, de tres cabezas, cuyas bocas emitían humo y llamas. La criatura rugía, lanzando ondas de destrucción a su alrededor, devorando todo lo que tocaba.
Drakonis descendió al suelo con un estruendo que resonó por toda la ciudad. El demonio de tres cabezas se giró, sus ojos múltiples y malvados centrándose en el titán. Las criaturas demoníacas circundantes se retiraron en cuanto sintieron la presencia de Drakonis, sabiendo que un poder superior había llegado.
Con un grito de guerra, Drakonis desenfundó su colosal hacha de batalla, su arma insignia que había acabado con miles de demonios en el pasado. Las tres cabezas del demonio rugieron al unísono, y la batalla comenzó. El demonio lanzó una serie de ataques, utilizando sus tres bocas para lanzar fuego, veneno y rayos en diferentes direcciones. Drakonis, con su maestría en combate, esquivaba con agilidad sorprendente para alguien de su tamaño. Cada vez que se acercaba, sus golpes eran tan poderosos que cada choque hacía temblar el suelo.
El demonio contraatacaba con ferocidad, pero Drakonis no cedía. Tras unos momentos de tensión, logró dar un golpe crítico, decapitando una de las cabezas de la bestia con un movimiento preciso de su hacha. Sin embargo, la criatura no se detenía, las dos cabezas restantes ahora luchaban con aún más furia, lanzando ataques simultáneos que casi alcanzaron al titán.
Drakonis sabía que tenía que terminar rápidamente, o el demonio seguiría destruyendo todo a su paso. Aprovechando la apertura tras un ataque fallido del demonio, el titán dio un salto sobrehumano, y con un grito de guerra, descargó su hacha con todas sus fuerzas, cortando limpiamente las dos cabezas restantes. El demonio cayó con un estruendo, su cuerpo gigante desplomándose y levantando una nube de polvo.
Drakonis respiró profundo, observando los restos de la criatura. La ciudad estaba segura, al menos por ahora. Sin perder tiempo, activó su comunicador, reportando a Jack y a David el éxito de su misión.
—Demonio de tres cabezas neutralizado —dijo con voz grave—. Pero algo más grande está ocurriendo, lo siento en el aire. Regresaré a la base.
Con un último vistazo a la ciudad destruida, Drakonis alzó el vuelo, dejando el cuerpo inerte del demonio atrás. La batalla había sido ganada, pero sabía que la guerra estaba lejos de terminar.
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Demon Hunters
ActionEn la pacífica ciudad de Noctis, los habitantes vivían tranquilos bajo el brillo de la luna, sin imaginar que una oscura amenaza comenzaría a acecharlos. Misteriosas desapariciones comienzan a ocurrir, al principio en pequeñas cantidades, pero pront...