—No puedes abandonar mi clase a tu antojo —dice entrando al estudio— repites la escena y estás fuera.
Voy detrás de ella completamente indignada.
—¿Yo hice una escena?
Esboza un gesto de hastío y sacude la cabeza.
—Qué horror, suenas como mi novia amargada — expresa buscando una lata de cerveza en la nevera.
Nunca antes había conocido a una profesora tan idiota y con bar privado. Quizá es la ventaja de ser la única artista de Crowell.
—Nada te daba derecho a insultarme —me coloco las manos en la cintura y alzo la voz, el estudio es grande y Marta ha caminado hasta el otro extremo.
—Y ahora me tuteas —hay algo burlón en su cara que no me termina de gustar— no vas a durar mucho.
—Tal vez decido tomar un taller real en otro sitio.
—¿Piensas que me refiero al curso? —pregunta después de dar un trago— no siempre serás la niña talentosa con la que todos quieren una foto. Este mundo te comerá viva en cuanto abandones tu burbuja.
—¿Ponerme frente a cincuenta idiotas es una lección por la que debería darte las gracias?
—Esos cincuenta idiotas nunca van a exponer en el New Art —señala y su volumen de voz también sube— se preparan para despedazarte a ti con su frustración. Y si tu reacción ante los ataques del público es salir corriendo pues sigue sentada entre ellos tomando notas, porque todo lo que sabes de pintura solo servirá para hacer críticas. No serán piadosos y no esperes que yo lo sea si de verdad quieres aprender algo.
—¿El curso entonces es para que pueda soportar la humillación sin romperme? —pregunto caminando hacia ella— ¿Es lo que Marta de la Reina tiene para mí?
—¿Qué esperabas? —pregunta abriendo una nueva cerveza— ¿Qué te enseñe a sostener un pincel?
—La verdad espero aprender cosas más útiles antes de enfrentarme a las verdaderas críticas.
Me da la cerveza.
—Eso haremos ahora.
—Tengo diecisiete. No puedo beber.
—Regla número cuatro, cuando estás conmigo eres un adulto —establece dejando la cerveza sobre una mesa y se dirige un espejo polvoriento que cubre la pared detrás de su misterioso cuadro.
—Ven aquí —tomo la lata, porque algo me dice que necesitaré mojarme la garganta en cualquier momento.
—Dime que aprenderé algo que no implique humillarme.
—Aprenderás algo más divertido —casi no mueve los labios al hablar y me mira desde el cristal— Quítate la blusa.
Acerté, el alcohol es necesario. Pienso pasando por mi boca el embriagante líquido frío y amargo.
—¿Qué?
—¿Recuerdas las reglas?
—¿Hablas en serio?
—Ya rompiste dos —me advierte levantando su dedo índice— ¿Por qué en tus lienzos hay flores, pero en tu cuaderno practicas dibujos de mi cuerpo?
Bebo un nuevo trago. Dios, sálvame.
—Porque no podía poner tu cuerpo a la vista de todos —me ruborizo y de nuevo doy un trago, entrando al juego de beber cada vez que mi nivel de vergüenza escale un peldaño.
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PROFESORA DE LA REINA (MAFIN)
FanfictionADAPTACIÓN: > Marta de la Reina es una despiadada crítica de arte, y se ha propuesto ponerle los pies en la tierra a su joven e ingenua aprendíz. A veces, lo que no te mata no te hace más fuerte. Y hubieras deseado que te hubiese matado. Marta de l...