Capitulo 13

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¿Y si estás enamorada y no lo sabes?

No siempre es cómo es las películas, con un aire celestial y una melodía romántica de fondo. O en los libros, cuando la protagonista empieza a sentir que vomita mariposas, y los amantes caminan sobre nubes... y es que no todos morimos igual. A veces lo sabes demasiado tarde, cuando ya te has entregado al vacío y solo esperas que al final del abismo estén sus brazos esperándote. 

El día es perfecto, cuando abro los ojos me paro en la ventana para admirar el conjunto de edificios dentro del campus y sacudirme del cuerpo la pesadilla que me torturó durante la noche.  

He expuesto en varias ferias, ya hablé con periodistas y escuché críticas, se podría decir que tengo experiencia. Pero estoy aterrada, supongo que así se debe sentir cuando inicia un nuevo capítulo, sigue siendo la misma historia, uno ya sospecha el desenlace, pero si el autor de mi vida tiene un capricho de último minuto todo se va a ir al carajo. 

Me doy una ducha y renuncio al desayuno o vomitaré en el estudio. Además, necesito hablar con la profesora de la Reina, ayer evadió mis preguntas y se fue. Si es verdad que presentará su cuadro seguro está igual de nerviosa, después de todo han pasado diez años desde la última vez que dejó su alma expuesta.  

¿Me necesita tanto como yo a ella?

Tal vez no.

Una parte de mi se rompe cuando no la veo llegar a clases y tampoco se aparece en el estudio, por la tarde se hará la selección del artista y Marta tiene la última palabra, debe aparecerse por aquí en cualquier momento. 

Paseo los ojos por el enorme estudio evitando que mis pensamientos lleguen hasta el cuerpo desnudo que se expone en mi obra, ¿qué pensaran de la protagonista? ¿verán el caos al que me somete Marta o el placer que me recorre cuando estoy a dos centímetros de sus labios?  

Falta algo.  

Tardo demasiado en notarlo, pero ahora el vacío que tengo en el pecho por no verla se refleja en el estudio porque su cuadro tampoco está. Mi corazón se detiene, entonces es cierto, ella lo presentará. 

—Y no quiso mostrármelo —susurro decepcionada.  

Me hice un cuento sola.

¿Por qué tendría que mostrármelo? Solo hace su trabajo conmigo, me prepara para que Crowell tenga algo que presumir y por supuesto, seguir siendo de las universidades más costosas. 

—Solo soy su estudiante —me lo repito frente al espejo— ¿Cuántas alumnas se desnudaron aquí, profesora de la Reina?  

Miro mis ojos aumentar su brillo por la humedad de una tristeza que me derrite el alma.  

Seguro exagero.

En este momento Marta debe estar pasando por un millón de cosas, supongo que una artista de su nivel empieza a enfrentarse a los medios desde antes. Desbloqueo la pantalla de mi teléfono y abro twitter, ahí siempre son los primeros en enterarse de todo.  

«Marta de la Reina» tecleo rápido. 

Lo primero que aparece son algunas cuentas e imágenes de sus obras.  

Elijo la opción de «más recientes»  

Hace dos minutos un tal Octavio Pineda publicó una fotografía de Marta de la Reina entrando al Five Miwa sujetando la mano de una guapa pelinegra de cabello largo. 

Está con Carmen. 

Noto algo pesado obstruyendo mi garganta, ¿esa foto es nueva? 

—Hola colega.  

Volteo rápidamente hacia la puerta.  

—¿Y esa cara? Parece que mataste a alguien.  

Un grupo de cuatro alumnos está entrando al estudio, dos son mujeres.  

—No ha cambiado nada—observa una de ellas.  

Algo en su actitud me pone alerta, caminan por la habitación tocando todo, como si estuvieran en su casa. 

—La profesora de la Reina no ha llegado —les digo alzando la voz—¿Necesitan algo?  

—El mismo sofá desde que yo estuve aquí hace tres años —observa la segunda chica—Es una pervertida.  

Se acerca a la nevera y reparte las cervezas entre sus amigos.  

—Pero la entiendo, sigue siendo cómodo —dice su amiga tirándose en el sofá de de la Reina— vaya que es muy resistente.  

—Su lugar preferido para coger. ¿No es cierto? —apunta uno de los chicos, dirigiéndose a mí.  

—¿Dónde te quitó la virginidad? —pregunta la estudiante que está en el sofá— tiene un olfato especial para las chicas como tú.  

Lo dice haciendo un gesto de asco.  

—Perdón, pero creo que deberían irse. La profesora de la Reina me ha dicho que regresará en un rato y…  

—Está con su mujer, no va a regresar, cariño. ¿Vas a llorar? —se ríe la otra estudiante, acercándose— todas las alumnas de Crowell visitamos ese sofá al menos una vez, pero debes saber que cuando Carmen Recas regresa siempre será prioridad para ella. 

—No sé de qué hablas —me alejo nerviosa.  

—¿De nuevo intentas engañarnos? —susurra amenazante el chico de cabello largo.  

La joven que estaba en el sofá también decide acercarse a intimidarme.  

—¿Cuál es? —pregunta encendiendo su teléfono— Queremos mirar tu grandiosa obra. 

—Es un poco injusto que Kelly sea la mejor, pero tu expondrás en el New Art por ser la zorra actual de de la Reina —apunta el estudiante que hasta ahora se había mantenido al margen.  

—La selección será esta tarde, aún no deciden quién…  

—¿Otra mentira? ¿Te crees más lista que nosotros? de la Reina siempre favorece a las que saben abrir las piernas sin quejarse. ¿Dónde está el cuadro? 

Me alejo algunos pasos, pero Kelly viene sobre mí y me pone una mano en la garganta. Intento zafarme y su puño se estrella en mi mandíbula, tomándome por sorpresa.  

—¿Por qué quieres pelea? —pregunta como si hubiese sido yo quien la golpeó— solo quiero ver tu cuadro. 

—Estás loca —murmuro escupiendo a un lado.  

El intenso sabor de la sangre es asqueroso.  

Sus amigos hacen sonidos provocadores, incitándola a golpearme de nuevo. 

—Te roba la oportunidad de exponer, intenta golpearte y ahora te insulta —resume la otra chica.  

—No creo que quiera pelear conmigo, solo está triste porque Marta de la Reina no es el príncipe azul que se imaginó —me golpea de nuevo en el mismo sitio— ¿Estás bien?  

Me abalanzo sobre ella. Pero sus amigos interfieren y me tiran al piso, sujetándome para que Kelly me dé patadas en el abdomen una y otra vez.  

 «Ese día será como cualquier otro en este estudio; olvida que estás desnuda. Olvida a todos los demás. Solo estaremos tú y yo» 

Mintió.

Marta me convirtió en una artista y me dejó sola.








PROFESORA DE LA REINA (MAFIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora