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Saliendo del bosque, ninguno dijo una sola palabra. El auto de Ruby aún estaba estacionado junto al camino, ella subió al asiento del conductor, y Jake se sentó a su lado. Encendió el motor, y se puso en marcha de regreso a Riverton.

--¿Qué crees que fue eso? --preguntó ella rompiendo el silencio, con su mirada en el camino.

--Pudo ser muchas cosas --contestó Jake, mirando a través de la ventana--. Podría ser que nos estaban siguiendo, temporada de casería, o alguien merodeando por el bosque.

--¿Merodeando por el bosque con un arma? Seguramente --ironizó ella.

--A lo que me refiero es que pudo ser cualquier cosa --aclaró el pelinegro--. ¿A dónde vamos ahora?

Ruby suspiró, moviendo sus dedos sobre el volante. --No lo sé.

El silencio invadió el auto repentinamente. Los ojos cafés de ella se posaron en el retrovisor; viendo una camioneta blanca detrás de ellos.
Se hizo a un lado para darse paso al vehículo detrás de ella, pero la camioneta se colocó detrás del auto.

Ruby miró a Jake, a lo que él mantuvo su mirada en el retrovisor. Ella aceleró un poco, manteniendo la distancia entre el auto de ella y la camioneta.
Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, mientras sus manos se aferraban al volante mucho más fuerte.

No se distinguía bien si era un hombre o una mujer el que conducía la camioneta, lo único que ambos sabían era que no tenía buenas intenciones.

--Jake --llamó la castaña--. Toma mi celular y llama a Alice.

El pelinegro, sin decir nada, buscó en la mochila en los asientos de atrás, sacando el celular de Ruby.

--¿Cuál es la contraseña?

--Emily.

Introdujo la contraseña, encontrando el contacto de Alice. Sonó el primer tono. Nada. Luego el segundo, y nada. Antes de que sonora el tercer tono, la camioneta hizo impacto contra el auto. Ruby apretó el volante, acomodándose en su asiento, acelerando.

"¿Ruby?" Contestó la pelirroja finalmente.

--¡Alice! --exclamó Ruby--. Escúchame, no tengo tiempo de explicarte, necesito que nos juntemos en mi casa ahora mismo, llegó en veinte minutos...

La camioneta volvió a golpear el auto, haciendo que Ruby se pusiera el cinturón de seguridad.

--Veinticinco minutos.

"Ruby, ¿qué está pasando?".

--Nada, solo... Hazme caso --colgó la llamada, agarrando fuertemente el volante--. Agárrate fuerte, Jake.

Él levantó las cejas, poniéndose el cinturón de seguridad. Ruby miró el retrovisor, lista para acelerar. Cuando la camioneta hizo el tercer intento de chocar, ella aceleró lo más que pudo, alejándose totalmente de la camioneta.
Jake se agarró al asiento, mientras sentía que todo en su interior se revolvía.

Ruby giró en una cueva rápidamente, para luego bajar un poco la velocidad una vez que ya no vio la camioneta detrás de ellos.
Suspiró aliviada, ahora mirando a Jake.

--¿Estás bien?

--Si... --asintió él, aferrado al asiento.

Ella sonrió, volviendo a la velocidad normal. Miró por el retrovisor una vez más, para asegurarse de que la camioneta no estuviera ahí.
Quienquiera que haya sido la persona que conducía, no tenía buenas intenciones.

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Finalmente llegaron. Keyler, Steven y Alice estaban parados frente a la casa de Ruby. Ella y Jake bajaron acercándose a los tres.

Rosas de Sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora