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Era una noche fría en Riverton, Ruby se encontraba luchando contra el sueño mientras su mente la atormentaba con recuerdos de Emily.
Se revolvió entre las sábanas sin poder conciliar el sueño, se levantó, mirando la hora en su celular. Tres de la mañana.

Apoyó el celular contra su pecho, mirando cualquier cosa que no sea la fotografía de Emily y ella que tenía en la mesa de luz. Un impulso odioso golpeteaba en su pecho, ese instante en el que las lágrimas desean salir en ese momento donde la luz no llegaba donde estaba ella.

Se sentía vacía, sola. Cerró sus ojos tratando de dormir, pero al cerrar sus ojos siempre recordaba algo de su hermana.

🥀Flashback🥀

––¡Ruby, mira una mariposa!

––¿Dónde?

––En la flor.

Emily sujetó su mano, llevándola hacia la mariposa. Ambas se acostaron en el suelo boca abajo, mirando a la mariposa como si fuera oro.
Emily apoyó cruzó brazos en el suelo, recostando su cabeza sobre ellos; su cabello pelirrojo caia sobre sus hombros mientras sus labios formaba una hermosa sonrisa.

Ruby apoyó su cámara en el suelo, acercándola un poco hacia la flor con la mariposa.
Era realmente hermosa y única, sus alas eran transparentes reflejando la belleza única que portaba.

––Es hermosa ––susurró Emily. La mariposa voló hacia su nariz, haciendo que ella se riera––. Ruby, mira esto.

––Quedate quieta ––se acercó un poco hacia su hermana, tomándole una foto con la mariposa en su nariz. Al oir el click, la mariposa salió volando alejándose de ellas––. Mira, salió bien.

––Eres muy buena con la cámara, Rub ––sonrió––. Tienes que enseñarme.

––Puedo hacerlo, pero te cobraré por ello.

––10 dólares.

––20.

––50 ––dijeron al unisono, riéndose por la ocurrencia.

––Te quiero, Ruby.

––Yo más, Emy.

🥀 Flashback finalizado🥀

––¡Ah, basta!

Se levantó de la cama, encendiendo la luz. Salió de la habitación azotando la puerta, caminando por los pasillos oscuros de su casa. Detuvo sus pasos en medio del pasillo, mirando hacia arriba. Jaló la cuerda que colgaba de la puerta en el ático, subiendo hacia arriba.

Cuando encendió la luz, esta parpadeó un par de veces hasta que alumbró bien el lugar. Se acercó a la pizarra con las fotografías quitándole la sábana blanca que lo cubría. Pasó su dedo sobre cada una de ellas, observándolas a cada una, buscando algo que pudiera despejar su mente.

Despegó algunas de las fotografías, tratando de compararlas. Tenía la fotografía de Emily en el momento en que la policía había llegado mientras que una sábana blanca la cubría y en la parte del estómago una mancha roja de sangre empapaba la sábana. La segunda foto era idéntica, pero era Adam Miller.

Rosas de Sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora