🥀12🥀

5 3 0
                                    

––¡Me dejó en visto! ––gritó ofendida, Ruby. Laila no había contestado su mensaje––. Ya vas a ver, Laila. Ya vas a ver.

Guardando el celular, se dirigía a la comisaría. Tenía la certeza de que encontraría a Clover con tiempo suficiente para después hablar con Keyler sobre la carta.

Las decoraciones del festival estaban siendo quitadas mientras que algunos comentarios sobre lo bien que había quedado todo se dispersaban en el aire. Niños corrían por las veredas llevando globos y máscaras de dragones, jugando y cantando canciones infantiles.

La tienda de la señora Sullivan estaba abierta como de costumbre mientras que Samuel estaba sentado afuera con sus autitos de juguete.
El día estaba soleado pero las nubes grises no dejaban de rondar por el cielo.

Llegando a la comisaría, vio un auto de policía estacionarse y luego un oficial bajar. Tenía cabellera castaña, tez blanca y el típico traje azul oscuro de policía.
Ruby apresuró el paso, acercándose al detective.

––¡Detective Clover! ––llamó ella, estando más cerca.

Él giró para mirarla, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Su mirada era tan sería que incluso podía penetrar el alma. Ruby se tensó, al tener unos ojos verdes oscuros mirándola con una intensidad tan oscura, que la hizo estremecerse. Ese tipo tenía autoridad.

––¿Tiene un momento? Necesito hablar con usted ––dijo Ruby, nerviosa––. Yo soy...

––Ruby Anderson, si ––interrumpió Clover con seriedad, su voz gruesa y autoritaria––. Mire, señorita Anderson. Soy un hombre ocupado, así que lo que tenga que decir dígalo ahora.

––Okey, es sobre el caso de mi hermana. He logrado conseguir cosas que podría ayudarlo.

––Escúchame Anderson, soy un detective clasificado, uno de los mejores. No necesito que la hermana de la víctima se meta en dónde no debe sabiendo que es peligroso ––regañó el castaño haciéndola sentir pequeña, pero el orgullo de ella era más grande.

––Hago lo que me parece correcto por mi hermana porque la amo ––replicó ella, haciendo un puño sus manos––. Mire, se que no confía en mi después lo que pasó hace días. Pero lo que yo tengo es verdad, se que mi hermana no fue víctima de un asalto.

––¿Y por qué está tan segura de eso? No estuvo ahí presente. Mis hombre y yo trabajamos día y noche buscando al asesino, no necesito que una adolescente esté metida donde no debe.

––¡Que no fue un robo! ––exclamó, perdiendo la paciencia––. Si hubiera sido un robo ustedes no tendrían las pertenencias de mi hermana porque el ladrón se hubiera llevado todo. A ella la mataron por una razón.

––Y si así es, entonces yo lo sabría ––reprochó el detective. Clover suspiró, apoyando sus dedos sobre el puente de su nariz––. No se meta en problemas, Anderson. Odiarían tener que buscar al asesino de dos adolescentes.

––Lo dice como si supiera que algo malo va a pasar ––Ruby se cruzó de brazos, suavizando su expresión––. Solo quiero saber por qué mataron a mi hermana. Llegué a la conclusión de que ella estuvo presente para el asesinato de Adam Miller, por eso la mataron.

Clover la miró, con una expresión que ella no llegó a comprender. Él suspiró resignado, pasando su mano por su cabello peinándolo hacia atrás.

––¿Qué es lo que tiene? ––preguntó, logrando que ella sonriera.

––En Riverton hay una leyenda famosa. Es sobre el Nyrax ––dijo Ruby buscando las fotos en su celular––. Mi abuelo tiene una cabaña en el bosque, en la habitación de Emily estaba el símbolo que el Nyrax usa para marcar a las personas antes de matarlas. Mis amigos y yo llegamos a la conclusión de que el asesino está usando la leyenda del Nyrax para asustar a las personas.

Rosas de Sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora