Rosé
Durante la semana siguiente, Jisoo y yo visitamos a Jennie, HyunJi y Lisa tres veces más. Cada vez que voy, llevo un montón de regalos para Jennie y HyunJi. Son mis amigas, y tengo un montón de cosas, por supuesto, pero más que eso, han sido amables. Jennie me ha dado su silla de montar de repuesto y ha pasado incontables horas enseñándome a montar la silla y a sentarme para que no de tantas vueltas. Ha sido una gran mentora.
Desearía poder sacudir la sensación de que algo... no está bien.
Todo está bien entre Jisoo y yo. Nunca hemos estado mejor. Hacemos el amor todo el tiempo, estoy mejorando en montar en su espalda, y nunca he sido tan feliz.
Hay algo en mi reunión con Jennie que me molesta. Hay una corriente subterránea extraña que no puedo señalar con el dedo. Es como si ella... estuviera esperando algo. Es extraño, y no puedo entenderlo, y cuanto más tiempo pasa, más me molesta. A veces me digo que es mi imaginación, que estoy confundiendo las conversaciones mentales que tiene con Lisa con otra cosa.
Pero el pensamiento se me queda grabado y no desaparece.
Pongo unas bufandas bonitas y un par de pijamas en una mochila para HyunJi. Para Jennie, encontré una copia de Qué Esperar Cuando Estás Esperando. No es la versión drakoni, por supuesto, pero podría aliviar algunas de sus preocupaciones. Van en la mochila, junto con frascos de mi preciosa mantequilla de cacahuete y algunos pepinillos.
—¿Lista para salir?—pregunta Jisoo, pasando a zancadas por delante de mí con la silla de montar colgada del hombro.
Le observo mientras se aleja, con su trasero flexionándose. Está decidida a distraerme, creo.
—Pasaste así a propósito, ¿no?—Le digo, cerrando la mochila con la cremallera.
Me sonríe por encima del hombro, su expresión juguetona y muy humana.
—Sé que te gusta ver mi culo flexionarse.
Yo resoplo.
—Puede o no que haya mordido esa cosa anoche en la cama. Gran cosa, de hecho.
—Oh, lo hiciste. Definitivamente lo hiciste.
—No hay necesidad de echárselo en cara a una chica—le devuelvo la broma—. O puede que no vuelva a morderlo nunca más.
—Retiro todo lo que dije.
Niego con mi cabeza, riéndome en mi interior mientras salgo por las puertas dobles tras ella. Por costumbre, reviso nuestro "buzón" por una nota de Hyeri. El sobre fue reemplazado hace unos días por un contenedor Tupperware a prueba de agua con una piedra en el fondo, y puedo dejarle cosas a Hyeri aunque no esté en casa.
Hoy, como todos los días de esta última semana, no hay ningún mensaje. Los dos últimos están en el fondo de la caja, y frunzo el ceño. O Hyeri los lee y los deja, o ni siquiera ha ido a revisarlos.
—¿Crees que está bien?—Le pregunto a Jisoo mientras le pongo la tapa—. ¿Puedes olerla en cualquier parte?
—Hay muchos malos olores, pero no sé cuál sería ella.
Raro, raro. Suspiro mientras me dirijo a su lado. Se agacha para bajar la silla de montar, y maldita sea si su trasero no se ve súper mordible.
—Sólo me preocupo por ella—le digo.
—Te preocupas por ella—está de acuerdo, y se vuelve para acariciarme la cara. Sus pulgares se deslizan sobre mis mejillas—. También te preocupas por HyunJi. Y Jennie. Y si otra humana apareciera en nuestra puerta, también te preocuparías por ella.
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𝑬𝒚𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝒅𝒓𝒂𝒈o𝒏 2 | 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒔𝒐𝒐| (𝑮!𝑷)
FanfictionEl fuego de su alma arde con una intensidad incontrolable. Como una poderosa drakoni, el caos y la confusión de este nuevo mundo amenazan con consumir su cordura. La oscuridad la envuelve... hasta que ella aparece. Desde ese instante, ella le perten...