Capítulo 3

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Jisoo

Observo, confusa, mientras la mujer colapsa contra la pared y se sienta en el suelo. Cierra los ojos y suspira ruidosamente. Parece exhausta por ese sencillo movimiento.

No lo entiendo.

Quiero ir y volver a darle con el hocico, exigir que ella se despierte y haga algo más. No entiendo sus palabras, pero me gusta el sonido de su voz y los barboteos que hace. Más que cualquier cosa, sólo deseo oírla hablar, ver su rostro moverse mientras habla, ver sus extraños ojos oscuros fijos en mí.

Quiero que me mire a los ojos y me desafíe. Quiero que cambie a su forma de batalla para que pueda aceptar su desafío y hacerla mi compañera. Cada hora que pasa aquí es otra hora en la que es vulnerable a ser arrebatada por otro dragón, hambriento de una pareja.

Sólo pensarlo me hace gruñir de frustración. Esta humana es mía. No quiero otra.

Al oír mi gruñido, el aire cambia, y puedo sentir el miedo que se desprende de ella otra vez. Frustrada, me retiro unos pasos para darle espacio. No sé qué es lo que estoy haciendo mal.

¿No consiguió Lisa que su compañera le desafiara? Están apareadas, así que ella debe haberlo hecho. Su olor está sobre ella, su fuego en su sangre. Quiero que esta humana me acepte como suya. Pero para hacerlo, debe comenzar el proceso de apareamiento.

La estudio, esperando a ver si muestra algún signo externo de cambio de forma. No hay ningún rastro de aspecto rojizo en su piel pálida. De hecho, en todo caso, se ve menos saludable que antes. No hay escamas a la vista, ni un atisbo de ala. No hay nada que estimule el apareamiento.

No sé qué hacer. Vuelvo a revisar a la humana. No creo que sea menor de edad. Su cuerpo huele como el de una humana madura. Ni tampoco huelo otro dragón en ella.

Matala, me susurran los cuervos al oído. Ella no te sirve. Destruyela.

Sacudo mi cabeza para silenciarlos. Quiero a esta humana. Ella es mía. Tal vez... tal vez soy yo quien no está dando las señales correctas. Tal vez estoy haciendo algo mal.

¿Pero qué? Mi mente está avergonzada por años de violencia y rabia, y mis recuerdos están llenos de buitres. No puedo atravesarlos sin animar a mis atormentadores a seguir adelante. Sólo mi humana me mantiene a salvo. Tiene que haber una respuesta.

Tal vez... tal vez los humanos piensen diferente a los drakoni. Tal vez yo soy la que está haciendo algo mal.

Mentiras.

Le gruño al cuervo antes de que pueda decir más, persiguiéndolo. Si las señales de mi humana son diferentes, necesito aprenderlas. ¿Pero cómo? Pienso en Lisa y su compañera humana, pero están felizmente juntas. No sabré cómo reconocer una señal de cortejo en una que ya ha sido reclamada. Necesito ver a otros humanos.

Debo volver a la colmena humana.

Me pongo de pie y doy un golpe de aire satisfecho a mis alas. Por supuesto. Eso tiene sentido. Hay muchas humanas allí. Puedo observarlas y ver las señales que le dan a los dragones. Una vez que lo reconozca, sabré qué buscar en mi humana. Me acerco a su mente, para tratar de hacerle saber a dónde voy, pero no hay respuesta. Sus pensamientos están cerrados para mí.

No por mucho tiempo, sin embargo.

Una vez que me aparee, no me ocultará nada. El pensamiento es uno de satisfacción: el de reclamar el cuerpo de mi mujer así como su mente. Me gusta mucho.

¿La dejarás? Se ríen furiosamente al pensarlo. Eres una tonta. Ella será arrebatada por otro dragón.

Me siento dividida. No puedo reclamarla tal como es, pero si no averiguo cómo actúan los humanos, ¿podré reclamarla alguna vez? Pero abandonarla no es la respuesta, no más que cualquier otra cosa. Ella es mía. No importa que no la haya reclamado todavía. Ella me pertenece a mí y sólo a mí. Pienso llevarla conmigo a la colmena humana, pero llevan escupidores de fuego. Los escupidores no le hacen nada a la gruesa piel de una drakoni, pero mi humana es suave y frágil y ya está herida por mi torpeza. No la pondré en más peligro.

𝑬𝒚𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝒅𝒓𝒂𝒈o𝒏 2 | 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒔𝒐𝒐| (𝑮!𝑷) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora