Capítulo 34: Puentes rotos

6 0 0
                                    

Keidys llegó a su casa, se encontró con una gran sorpresa al entrar:

—Tía —soltó Keidys.

La señora volteó y le mostró una sonrisa:

—Hola Keidys, meses sin vernos —saludó la señora.

.

Josef llegó a su cuarto, la noche ya había caído y sintió que ese fue el primer día más largo de su vida, se acostó en su cama y dejó salir un suspiro, se volteó de medio lado y vio en la mesita de noche una foto suya con Keidys, ella estaba encima de su espalda. "Es mi regalo de primer mes" le había dicho ella el día que le dio aquella foto.

En aquel momento sonó su celular, era Keidys:

—Por favor no sigas... —susurró mientras veía que la joven no dejaba de marcar.

.

—¿Qué haces aquí? —inquirió Alejandra al ver a Tomás en el marco de la puerta de su casa.

—Acabo de comprar la película que vimos en el cine ¿la volvemos a ver?

—¡NO! —Alejandra le tiró la puerta en la cara.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Mateo detrás de Tomás.

—Quería convidar a Alejandra a ver una película, pero sigue enojada conmigo. Tu prima es muy bipolar, ayer en la mañana estaba de lo más de bien; pero parece que ahora se va a demorar más tiempo en volver a la normalidad —explicó Tomás.

—Te voy a pedir un favor como buenos amigos que somos —dijo Mateo con un rosto bastante serio—, no quiero que te vuelvas a acercar a mi prima. Ella ha sufrido mucho por tu culpa y no quiero verla llorar otra vez, ¿podrías hacerme ese gran favor?

—¿Qué? —Tomás quedó pasmado al escuchar aquellas palabras.

Caminaba bastante pensativo mientras llegaba a su casa, no estaba lejos pero no quería llegar a su casa, llevó su mirada a la ventana de Alejandra, estaba la luz encendida, seguramente peinaba su cabello antes de irse a dormir. Decidió visitar a su amigo Josef, tenían tiempo que no hablaban en su cuarto:

—No la entiendo —soltó Tomás— ¿por qué se comporta así?

—Estaba demorando en reaccionar, creo que es lo mejor Tomás —dijo Josef sentado en la cama.

—¿Pero qué cosas dices? —Tomás puso sus manos en su cintura mientras daba vueltas por todo el cuarto.

—Tomás tú te burlaste mucho de sus sentimientos, nunca la has correspondido porque la ves como una simple amiga.

—Eso no es cierto.

—¿Entonces la amas?

Tomás quedó pensativo y tragó en seco:

—No lo sé, siento que sí como otras veces solo la veo como amiga... —llevó una mano a su cabeza y revolvió su cabello— sabes que estoy en recuperación y la psicóloga me dijo que no podía tener una relación, me hizo sembrar un árbol en el patio, me dijo que hasta que no diera frutos yo no puedo tener una novia. Eso me llevará años.

—¿Sabes lo que eso significa? —Josef se levantó de la cama y se acercó a su amigo— debes organizar primero tu vida, ¿no te das cuenta que no piensas lo que las otras personas sienten por tus acciones? Alejandra lloró mucho por las cosas que le decías.

—Pero yo no quiero perderla, nos divertimos mucho cuando estamos juntos, ella es genial.

—¿Ves? Solo la miras como una buena amiga con la que pasas buenos ratos. Por favor, no le insistas tanto en que esté contigo ahora que piensa olvidarte. Sé buen amigo con ella y no la pierdas, porque eso harás si sigues insistiendo, sigue siendo su amigo y deja que se olvide de ti, después podrán verse esa película —Josef le mostró una sonrisa, Tomás se veía muy mal, parecía que comprendía lo que estaba pasando.

—¿Tanto me ama?

—Desde que eran niños.

—Yo creía que solo era un capricho de ella, me gustaba que estuviera a mi lado, pensaba que se le pasaría con el tiempo —Tomás dejó salir un suspiro—. Vi que estaba con un chico, se le notaba lo interesado que estaba en ella, la trataba demasiado lindo.

—Ayúdalo a que la conquiste, de esa manera le demostrarás a Alejandra que solo la ves como amiga —aconsejó Josef.

—¿Qué? —Tomás se espantó con aquel consejo, su paladar se volvió amargo con esa idea, sintió que su piel se erizó con solo pensarlo.

.

Era de mañana, Mateo estaba llegando con Alejandra al colegio, vieron que el carro que siempre traía a Keidys se estaba acercando:

—Keidys... —musitó Alejandra preocupada.

—¿Sucede algo con ella? —preguntó Mateo muy preocupado.

—Tiene problemas con Josef —explicó Alejandra.

—¿Con Josef? —Mateo se extrañó muchísimo, debía ser algo muy grave como para que tuvieran problemas, él nunca presenció una discusión entre ellos, era una relación muy sana.

Keidys bajó del auto, se veía su rostro muy pálido, estaba bastante triste. Mateo sintió que su corazón se estrujó al verla así.

—Keidys... —caminó hacia ella con pasos largos, la abrazó— me enteré sobre lo que pasó ¿cómo estás?

—Estoy bien Mateo, no te preocupes —respondió Keidys con una voz tranquila, le mostró una sonrisa que se vio muy cansada.

Mateo la conocía bien, sabía que la estaba pasando mal:

—Josef no va a venir a clases, su abuelo pasó un comunicado ayer por la tarde —dijo Alejandra— creo que se va a ir de viaje, algo así dijo la nana, la encontré anoche en el supermercado y dijo que Josef le pidió empacar parte de su ropa. Él no se va a graduar con nosotros, al menos no irá a la graduación —Alejandra se sintió muy mal por decir aquellas últimas palabras.

El mentón de Keidys empezó a temblar, sus ojos se volvieron rojos:

—Amiga, perdón, no tuve que haberte dicho eso apenas llegando al colegio —dijo Alejandra bastante triste.

—¡¿Qué le sucede a Josef?! ¿Por qué de la nada se comporta así? —inquirió Mateo bastante enojado.

—Tiene problemas en su casa, la situación se lo está pidiendo —dijo Keidys.

—¿Qué? —preguntó Mateo— ¡eso no importa! Él no puede tratarte así Keidys, mira como tienes tu rostro, te está lastimando mucho su comportamiento ¿no?, ¿cómo es posible que él te haga esto? Se nota que toda la noche estuviste llorando; Josef es un desgraciado... —Mateo se apartó de las chicas.

—Mateo espera —llamó Keidys. Los problemas se estaban volviendo cada vez peores y Keidys lo sabía.

¿Cómo les decía a sus amigos que ella no se iba a graduar con ellos?, ¿cómo les decía que esa semana iba a irse? Había llegado aquel día para despedirse de todos. 

Ella era fea  - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora