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Capítulo 13: Batalla de Nueva York.

A la mañana siguiente, Naruto estaba de nuevo en el helicarrier, Fury por supuesto le había preguntado a donde demonios se había ido, sin embargo, lo único que obtuvieron en respuesta fue un brillo dorado en sus ojos y una negativa a entrar en detalles sobre ello, solo les dijo que ya se encontraba bien y que pronto descubrirían que había estado haciendo.

Y en realidad lo descubrieron bastante rápido, pues un par de horas después Fury recibió un informe sobre la desaparición de funcionarios del gobierno en activo y retirados de sus lugares de sus parejas, algunos de ellos yacían junto a sus parejas, y cuando Fury hizo que investigaran la situación descubrió que todos ellos habían tenido vínculos con la habitación roja, el lugar infernal donde se originó el programa "viuda negra"

Cuando se volvieron a ver Fury asintió hacia el pelirrojo y siguió con su camino para ir a hablar con Natasha, y ni una hora después la mujer siguió al pelirrojo hasta el laboratorio donde estaba discutiendo amenamente sobre los dos temas que le estaba enseñando a Bruce y Tony, siendo capaz de seguir las dos discusiones perfectamente y aun así luciendo como si pudiera entrar en una conversación más. Sin embargo, ella simplemente entro. – agente uzumaki, me gustaría hablar contigo.

El levantó la vista y asintió antes de despedirse de Bruce diciéndole que volvería en más o menos una hora, luego siguió a la mujer, ella lo condujo a la oficina de Fury a la que había obtenido permiso para usar un par de minutos atrás, cuando entro a la habitación, ella cerró la puerta y presionó el botón que él sabía que hacía que esta habitación se sellara completamente.

Y cuando estuvieron encerrados se volvía hacia él. – ¡¿Cómo te atreves?! ¡eran míos!

Naruto permaneció en silencio por unos momentos. – Entiendo tu deseo de venganza, pues yo seguí el mismo camino, si realmente crees que vas a tener el valor de hacerlo por ti misma, entonces toma mi mano. El hablo con tranquilidad y le tendió la mano.

Al principio ella parecía sorprendida, pero luego hubo un cierto brillo en sus ojos y tomo la mano que le tendió, pronto el los llevo a una habitación con la que ella estaba muy familiarizada, estaban en el vestíbulo de entrada de las instalaciones abandonadas de la habitación roja. – pásame tu placa. Dijo en el mismo tono que antes.

Ella obedeció y el se concentro en ella por un segundo. – pase lo que pase solo concéntrate en ella y regresare por ti, no tardes más de una hora. No dijo mucho pero eran las palabras adecuadas para lo que él quería que pasara, y tras conducirla a la puerta que daba a uno de los estudios de Ballet el simplemente desapareció para volver a la oficina de Fury.

Sabía lo que iba a pasar, pues al igual que él lo estuvo por muchos años la mancha en su pasado la perseguía nunca pudo vencer a Kenjaku la idea de enfrentarse al cuerpo de su padre, de enfrentar al hombre que hizo que su vida fuera una pesadilla constante, simplemente el no fue capaz de desarrollar esa fuerza mientras el deseo de venganza estuvo ardiendo y avivándose en su interior, simplemente la venganza no era buena tu alma simplemente se dañaba irremediablemente y provocaba la derrota de los mejores, y esa fue una lección que tuvo que aprender a la mala.

Eh incluso si el había destrozado sus espíritus, los habia hecho escribir todos y cada uno de sus crímenes, simplemente sería un gran choque para ella, darse cuenta de que la venganza que perseguía no llenaría ese vacío que había en su interior, que solo la haría sentirse más vacía.

No se sorprendió cuando al cabo de una hora ella no había regresado y mucho menos se sorprendió como al ir a buscarla ella en realidad había quedado paralizada, se para junto a ella, era culpable de ponerla en esta situación.

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