Demasiado tarde. Un camión acababa de salir del túnel.
Jungkook no tuvo tiempo ni de blasfemar antes de que se chocaran.
Hoseok abría y cerraba los ojos sin entender nada. Oía voces y sentía que lo llevaban en camilla. Nadie le prestaba atención. Solo hablaban entre ellos.
Oía términos médicos y órdenes. Intentó moverse, pero estaba inmovilizado. Se abrieron unas puertas y el vio el arco de la máquina que hacía tomografías sobre el. Se asustó y trató de hablar.
No podían hacerle un TAC, era peligroso para el bebé. Tenía que decírselo.
Y ¿dónde estaba Jungkook?
Los médicos la metieron en la máquina y le dijeron que se quedara quieto. Lo sacaron al cabo de unos minutos y el médico se inclinó sobre el con una sonrisa.
—Tu ángel de la guarda ha cuidado de ti. Y el coche tenía airbag. No tienes lesiones internas, ni roturas. Solo heridas y hematomas. Te pondrás bien.
Él se disponía a marcharse, pero el le agarró la mano.
—¡Mi bebé! consiguió decir. ¿Está bien? Estoy embarazado de doce semanas.
Él médico dejó de sonreír.
—¿Un bebé?
El médico le dio analgésicos y lo mantuvo en observación como precaución. Nadie le dijo nada de Jungkook hasta que, por fin, una enfermera cedió antes sus súplicas.
Y cuando lo hizo, se completó la pesadilla.
—El impacto del golpe se lo ha llevado sus piernas. Las tenía fracturadas y lo han operado para estabilizarlo. Sin embargo, necesitará muchas más. Los cirujanos harán todo lo posible, pero puede que no consigan salvarle las piernas.
Hoseok experimentó tal sentimiento de culpa que apenas podía respirar.
Cerró los ojos como para borrar la pesadilla. No lo consiguió.
Jungkook estaba medio incorporado sobre las almohadas de la cama del hospital. Lo habían trasladado a un centro especializado en ortopedia. Había comenzado la rehabilitación y pronto llegaría el fisioterapeuta para ayudarlo a levantarse sobre esas piernas extrañas.
¿Y con qué propósito?
Llevaba semanas en aquella habitación y quería salir en cuanto pudiera.
¿Y luego qué?
Se puso tenso, como preparándose para la amenaza que se estaba colando en la habitación. Él sabía su nombre y conocía su poder.
Y no solo eran las muletas que tenía junto a la cama...
Las palabras permanecían en su cabeza, tal y como estaban en la carta que había recibido.
Cerró los ojos para olvidarlas. Y también para olvidar a la persona que las había escrito. Pero no pudo.
Llamaron a la puerta y una enfermera asomó la cabeza.
—El fisioterapeuta está a punto de llegar, signor Jeon, pero tiene una visita que ha insistido mucho en verlo. Ha venido desde muy lejos y espera que acepte verlo un momento.
Él se quedó helado. Al cabo de un instante, asintió. Sin dejar de mirar a la puerta, se preparó para la visita.
No obstante, el doncel que entró en la habitación no era el que él esperaba recibir.
La sorpresa se apoderó de él. Era Jimin.
HOSEOK estaba sentado en la pequeña terraza de la casa de la playa, contemplando la arena blanca que llegaba hasta el mar.
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La promesa
RomanceSu escandalosa afirmación ¡Y la venganza del coreano-italiano! Jung Hoseok necesitó todo su valor para presentarse en la boda de su primo y confesar que después de pasar una noche con Jeon Jungkook, el prometido, llevaba a su hijo en el vientre. El...