Cap. 3 «¿Y por qué quería que me relajara?».

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Enseguida supo la respuesta, él la estaba tratando como un doncel de negocios, y no como a uno tonto que iba abocado al fracaso.

—¿Cómo se ajustan tus ingresos a lo que cobras por tus horas de trabajo profesional? ¿O al incremento del coste por los materiales que ofreces a los clientes? ¿Y cómo gestionas las diferencias de coste entre proveedores y lo que cargas al cliente? Jeon Jungkook le preguntó todo eso mientras comían sus filetes de tournedos rossini.

—¡Con cuidado! Tengo que mostrar mi valía como intermediaria para que mis clientes no vayan directamente al proveedor. A menudo, mi ventaja es únicamente saber lo que el cliente quiere, y conseguirlo allí donde no lo ha buscado.

—¿Tienes inventario?

—Algo... pero también tengo que tener cuidado con ello contestó Hoseok.

—¿Dinero a fondo perdido?

—Por supuesto. A veces compro con anticipación... Tener algo en stock que sé que le gusta al cliente me da agilidad de respuesta.

—Es arriesgado. El asintió.

—Por eso la clave está en conocer a mis clientes, de ese modo puedo anticiparme. Por ejemplo, si veo algo en una venta de antigüedades puedo decírselo a mi cliente, aunque el ni siquiera haya considerado la opción. Conocer los verdaderos gustos de mis clientes es gran parte de mi valía y hace que continúen siendo fieles a mí.

Él continuó con la siguiente pregunta y Hoseok descubrió que le resultaba divertido. Su manera de preguntar era respetuosa y reflejaba su capacidad para analizar el funcionamiento de cualquier negocio. Aunque, por supuesto, consideraría el diseño de interiores como un negocio sin dificultades.

Hoseok decidió que ya la habían interrogado bastante y cambió el foco de la conversación.

—¿Y tú? ¿Qué haces para ganarte la vida? Él la miró un instante.

«¿Cree que tengo que saber quién es?», pensó el.

—El mundo de las altas finanzas es desconocido para mí, y supongo que es a lo que te dedicas puesto que haces negocios con Charles van Huren dijo el.

—Hago inversiones. Y también especulo con el dinero.

—¿Arriesgado? preguntó el, arqueando las cejas.

—Son fondos de cobertura.

—Ah comió otro bocado de la deliciosa carne. ¡Esos!

—En mi experiencia, aquellos que menosprecian los fondos de cobertura son aquellos que no pueden permitirse invertir en ellos o ganar los beneficios que aportan.

—Bueno, no tengo quejas al respecto. Yo gano dinero de mujeres que son bastante ricas como para permitirse casas bonitas y tú, y los que hacen lo mismo que tú, son los que les consigues el dinero para pagar esas casas bonitas sonrió y lo miró a los ojos.

Al instante, sintió su poder. Y se preguntó qué tenía aquel hombre para provocar que su cuerpo reaccionara de esa manera.

Había conocido hombres más atractivos, en incluso había salido con alguno de ellos, pero ninguno había tenido un atractivo tan potente como aquel.

Hoseok era plenamente consciente de todo él. Desde el cabello que se rizaba ligeramente sobre su nuca, hasta la barba incipiente que empezaba a cubrir su mentón.

También de cómo le quedaba el traje de chaqueta negro y la fina correa del reloj de oro que llevaba.

Aunque no era las cosas externas lo que lo hacían atractivo, ni siquiera su aspecto. Era algo mucho más peligroso...

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