Cap.15 «Nos guste o no...».

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Jungkook se apoyó en el respaldo de la silla. Estaban cenando en el hotel con vistas al lago y, por primera vez desde que había recibido la llamada del detective que había vigilado a Hoseok, sintió que se relajaba un poco.

Hoseok estaba hablando y él solo tenía que escuchar y contestar a sus preguntas. El había hecho un boceto de las plantas de la casa en un papel. Era la primera vez que lo veía animado desde que lo había llevado a Milán a empezar su vida juntos.

«Nos guste o no...».

No había elección. Él lo había aceptado y el tendría que aceptarlo. No podía caer en una depresión y permitir que anulara su voluntad. Pasar todo el día tumbado, mirando al techo, sin cuidarse, ni cuidar de nada más. Pasiva e inmóvil. Dócil.

El médico le había aconsejado que cambiaran de escenario y buscara un proyecto que hacer, que no esperara simplemente a la llegada del bebé.

Jungkook recordó que Hoseok había dicho que su madre había deseado que no hubiera nacido y que su padre lo había abandonado. Después, había perdido a sus tíos y lo habían echado de casa.

Una infancia infeliz.

«Como la mía».

Trató de no pensar en ello. No quería tener ninguna similitud con el doncel. De ningún tipo.

Lo miró de nuevo y se fijó en que había ganado un poco de peso y parecía más animado. Todavía no se le notaba el embarazo, y en unas semanas tenía que hacerse la primera ecografía.

«¿Cómo es posible que hagamos esto? ¿Cómo vamos a traer al mundo a una criatura si la rabia y la discordia se instala entre nosotros?».

Por ese motivo, él debía encontrar la manera de ofrecerle a su hijo un futuro mejor. Por muy mal que se hubiera comportado Hoseok, boicoteando la boda de su primo para vengarse de él, Jungkook tenía que superarlo y continuar.

«Igual que el superó que yo lo abandonara después de la noche en Nueva York... Una noche que no nos habría llevado a tener nada más».

No debía pensar en ello. Y tampoco en la noche siguiente.

«Se suponía que tenía que demostrarme que el no tenía poder sobre mí, que yo podía resistirme a la tentación. Que podía controlarlo...».

Sin embargo...

Trató de no pensar en ello. Era demasiado peligroso. Solo debía prestar atención a lo que el les estaba diciendo acerca de la casa que había comprado para un doncel que ya no estaba a su lado.

«¿De veras a Jimin no le habría gustado? ¿De veras habría tenido miedo de estar tan cerca del lago? ¿No me lo habría contado?».

Rechazó la pregunta, no quería pensar en ello... Su futuro había cambiado.

-Si quieres, puedes dejarlo como está, pero también se pueden agrandar los dormitorios y convertir la cocina en cocina-comedor.

Él negó con la cabeza.

-Prefiero dejarla lo más parecido a como está. Hoseok asintió.

-Me alegro... empezó a comer el pescado que había pedido-. Una casa tan bien conservada, aparte de la reforma que le hicieron como hace treinta años, es difícil de encontrar. La cocina y los baños necesitarán que se remodelen, pero lo demás es prácticamente trabajo de decoración.

-¿Cuánto crees que puedes tardar?

-Teniendo en cuenta la época del año, la rehabilitación del exterior tendría que empezarse en cuanto des el visto bueno.

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