Rescate

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La atmósfera en la mansión de los Rojos era tensa y cargada de una anticipación inquietante. En una sala oscura, Valeri estaba atada a una silla, luchando contra las cuerdas que la mantenían prisionera. Su corazón latía con fuerza mientras escuchaba pasos acercándose. La puerta se abrió, y Viktor Petrov entró, una sonrisa osada en su rostro.

“Ah, la valiente hija de Josh Vishanti”, dijo Viktor, acercándose a ella. “Pronto tendrás una visita muy especial”. La miró con desdén, disfrutando de su impotencia.

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Mientras tanto, Adam, Oliver y Luca se acercaban a la mansión, el sonido de sus corazones resonando en sus oídos. Adam estaba decidido a salvar a Valeri, pero también era consciente de que esto podía ser una trampa mortal. La adrenalina corría por sus venas mientras entraban en la propiedad, sintiendo la inminente amenaza en el aire.

Cuando llegaron al vestíbulo, fueron recibidos por un grupo de hombres armados que los condujeron sin ceremonias hacia una sala donde Viktor esperaba. “¿Qué tenemos aquí?”, dijo Viktor, mirando a Adam con una sonrisa burlona. “El héroe llega justo a tiempo para ver cómo su novia se divierte”.

“¿Dónde está Valeri?” exigió Adam, su voz firme a pesar del miedo que sentía.

“Ah, pero primero, quiero que veas algo”, contestó Viktor, señalando hacia una pared de cristal polarizado. “Desde allí, podrás observar la situación de tu querida Valeri”.

Adam sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras se acercaba al cristal. A través de él, podía ver a Valeri, atada y vulnerable, con lágrimas en los ojos. La impotencia lo inundó, y su corazón se llenó de rabia. “¡Suelta a Valeri, Viktor! No tienes por qué hacer esto”, gritó, apretando los puños.

Viktor sonrió, disfrutando del espectáculo. “¿Y qué me darás a cambio? No tengo interés en negociar. Pero, ¿qué te parece si le muestro a tu amigo lo que puede pasar si no obedeces?”

Con un movimiento rápido, Viktor sacó una pistola y la apuntó hacia Adam. “Esta es una situación delicada, así que mejor piénsalo bien. Si quieres que ella viva, tendrás que hacer lo que yo diga”.

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La tensión en la mansión de los Rojos se sentía en el aire. Adam fue obligado a mirar a Valeri a través del cristal polarizado, sintiendo que su corazón se rompía al verla atada y vulnerable. Viktor Petrov, con una sonrisa burlona, se acercó a Adam, disfrutando del control que tenía sobre la situación.

“¿Te gustaría ver cómo se comporta tu novia, Adam?”, dijo Viktor, señalando hacia el cristal. “Te mostraré si es tan fiel como piensas”. La voz de Viktor resonaba en la mente de Adam, llenándolo de angustia.

“¿Qué significa eso?” pensó Adam, sintiendo que la ansiedad le apretaba el pecho. Intentó relajarse, pero su mente estaba llena de preguntas. “¿Y si Valeri se siente atrapada? ¿Y si decide hacer lo que sea para salvarse?”

Mientras tanto, en otra parte de la mansión, Luca y Oliver, atrapados en una sala adyacente, comenzaron a discutir.

“¿Quién te crees, mendigo? ¿Por qué estás aquí?” dijo Luca, frunciendo el ceño mientras miraba a Oliver con desdén. Su tono era burlón, como si la situación no fuera tan grave. “No esperaba haber traído al novio de mi princesa”, agregó, con una mezcla de arrogancia y desafío. “¿Qué haces tú aquí, eh?”

“Escucha, no soy un mendigo”, respondió Oliver, su voz firme. “Estoy aquí porque tengo que ayudar a Adam y Valeri. No necesito que me menosprecies”.

“¿Por Adam? ¿De verdad? ¿Y qué puedes hacer tú? ¿Le vas a cantar una canción y esperar que se enamore de ti?” se burló Luca, cruzando los brazos, sintiendo que la adrenalina lo impulsaba a pelear. “Eres solo un chico que no sabe nada de este mundo”.

Solos Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora