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Jimin y Tae caminaban juntos a su casa todos los días, ese día en particular los dos iban absortos cada uno en sus pensamientos, Tae qué había salido del clóset hacía unos meses había empezado a desarrollar sentimientos por Jimin, pero no estaba dispuesto a tirar a la basura la amistad que tenían, así que solo agradecía su compañía en su cabeza, y esperaba que algun día esos sentimientos pudieran ser correspondidos.
Jimin por su parte se había dado cuenta de los sentimientos de Tae en cuanto aparecieron, pero él estaba en medio de una pelea consigo mismo en ese momento. Toda su vida creció creyendo que era heterosexual, el día que Taehyung salió del clóset comenzó a darse cuenta de que tenían muchas cosas en común, comenzó a notar a su amigo más cercano y comenzó a necesitar de su compañía continuamente. El rubio sintió como de a poco se enamoraba del castaño y comenzó a asustarse de sus propios sentimientos, nadie nunca le dijo que al crecer se iba a enamorar de su propio mejor amigo, y no lo aceptaba.

Al llegar a casa de Tae ambos entraron sin percatarse de la ausencia de la familia y subieron juntos a su habitación como acostumbraban, dejaron las mochilas en su lugar y bajaron a la cocina por algo de agua, mientras estaban ahí Jimin observaba con detenimiento el accionar de su amigo que actuaba con natural confianza, la luz que entraba por una de las ventanas pegaba directo en la cara del castaño y hacia lucir aún más brillantes sus ojos cafés. A Jimin se le revolvía el estómago de nervios cada vez que Tae hablaba.

-Jimin, ¿estás bien?

-Si -contestó el rubio con un hilo de voz que no pasó desapercibido por su amigo

-¿Estás seguro?

-Eh si, vamos a arriba a terminar la tarea -le dijo al castaño levantándose del asiento y caminando de nuevo a la habitación.

Ya en la habitación ambos se tiraron en la cama a leer sus apuntes en silencio, para Tae el accionar de Jimin no había pasado desapercibido, sabía que algo le pasaba, pero no hablaría de algo que tal vez el rubio no quería así que se mantuvo en silencio estudiando hasta que el rubio lo llamó

-Tae..

-¿Si? - El castaño despegó la vista del cuaderno y cuando sus ojos se encontraron con los de Jimin lo sorprendió chocando sus labios con los suyos.

Era un beso lento, que tomo desprevenido al castaño, pero poco a poco abrió paso a los labios de Jimin, que nerviosamente se acercaba a él, eliminando el espacio que había entre ellos, sus cuerpos se juntaron y sus manos se acariciaban con timidez, con los ojos cerrados disfrutaban de la calidez del otro. No supieron cuanto tiempo pasó hasta que tuvieron que separarse para tomar un poco de aire, Jimin observó las mejillas sonrojadas de Tae y sus labios ligeramente rojos por el beso y de inmediato un sentimiento de culpa se instaló en su pecho, Tae estaba a punto de hablar cuando el rubio se levantó de un salto y empezó a recoger sus cosas.

-Tae esto.. -dijo buscando las palabras tratando de no lastimar al castaño, pero no había manera -Esto fue un error Tae -dijo con nerviosismo mientras guardaba sus cosas y se ponia su abrigo para salir

-Jimin

-Por favor, no se lo digas a nadie, esto no debió pasar -dijo el rubio saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de él. Tae pasó saliva y se levantó de inmediato para seguir al rubio

-Jimin por favor no te vayas -Lo siguió escaleras abajo y cuando estaba por tomar su mano Jimin lo apartó mirándolo con culpa

-No se lo digas a nadie -pidió de nuevo y salió de la casa dejando a Tae ahí de pie.

***

Pasaron tres semanas en las que Tae no supo nada de Jimin, el rubio no se presentaba a clases, no contestaba sus mensajes y mucho menos sus llamadas, incluso llegó a creer que se había cambiado de instituto, pero cuando menos lo esperaba Jimin volvió. Solo que ese no era Jimin, el rubio se rehusaba a hablar con él y lo evadia siempre que podía, Tae estaba perdiendo la paciencia, el solo quería recuperar a su amigo, el había tratado de restarle importancia, pese al dolor que sentía al ser rechazado.

Almas EntrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora