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Tae había convivido con el pelinegro por unas semanas antes de regresar a la vida. Y en ese momento se daba cuenta que en realidad no lo conocía. Se habían enfocado tanto en descubrir porque estaban conectados y en la muerte del castaño que realmente nunca habían hablado algo sobre el pelinegro hasta ese momento.

A diferencia de él, Jungkook sabía todo de Tae y no dudaba de la atracción y los sentimientos que florecían cada día en él hacia el castaño. Pero Tae, el no sabía nada del pelinegro. Apenas se enteraba que el despacho de abogados de los Jeon trabajaba con su padre y ahora la información de su hermano —muerto— llegaba a sus oídos de manera abrumadora. Era que.. ¿En verdad Wonwoo habia mandado de alguna manera a Jungkook para salvarlo? ¿Era por eso que sus caminos se habían cruzado? Esas preguntas le carcomían la cabeza todo el tiempo.
En la percepcion de Tae nunca habían descubierto nada, solo habían tomado la oportunidad ofrecida sin saber realmente porque en primer lugar les había sido ofrecida. ¿Había algo que tenían que hacer juntos? ¿O solo era Dios que decidió quererlos un poco mas en esta vida?

***

Pasaron unas semanas desde que habían tenido esa conversación con los mayores, ese día se habían reunido mas tarde con Jimin y Yoongi llevando los papeles al despacho del señor Jeon, para por fin dar comienzo al caso contra  Park Jihoon. Durante esas semanas los padres de Tae vendieron su casa, simbolizando un nuevo comienzo, consiguieron una gran casa a las afueras de la ciudad, tenia alrededor de tres habitaciones extra, pensadas para cuando tuvieran visitas de la familia o los amigos del castaño, aunque de nada servían las habitaciones extra, pues siempre se quedaban en la habitación de Tae.

La navidad estaba cerca, y con ella el cumpleaños 17 del castaño. Los chicos habían estado planeando con antelación una fiesta sorpresa para el.

Tae caminaba con Jimin al super, estaban por tener una pijamada, pues el rubio se había mudado cerca de él. Ese dia no había hablado con Jungkook, no entendía que estaba pasando pues la noche anterior habían tenido una agradable conversación en la que el pelinegro comenzaba a sincerarse con él, pero la mañana de ese día simplemente no había contestado uno solo de sus mensajes y el castaño estaba algo preocupado por el asunto.

-Jimin.. ¿Has hablado hoy con Jungkook? - preguntó mientras miraba por milesíma vez su telefono

-¿Mmmh? No - dijo mientras escogía algunos snacks para su pijamada - Yoongi menciono que le ayudaría con algo, así que tampoco he hablado con él, pero supongo que deben estar ocupados - se encogió de hombros

-Es solo que.. a mi no me dijo que estaría ocupado -murmuro el castaño

-Tranquilo Taetae, tal vez no era algo importante, ya te escribirá

-Bueno, es que no se como tomarlo, jamás había hecho algo así, siempre me dice cuando estará ocupado - dijo y Jimin lo miró

-¿Quieres que lo llame y le pregunte por ti?

-¿En verdad lo harías?

-Bien -dijo dándole la canasta - lo llamaré, mientras tu termina la compra y te esperaré afuera - el castaño tomó la canasta no muy convencido pues la idea que el tenia en la cabeza era que cuando el rubio hiciera la llamada el le quitaría el telefono y entonces lo obligaría a decirle que diablos estaba pasando, pero antes de poder decir algo el rubio ya lo había dejado ahí solo.

Jimin salio de la tienda de comestibles y sacó su telefono luego de asegurarse de que el castaño no lo había seguido e hizo la llamada

-¿Diga?

-¿Qué estas haciendo? Taetae se va a volver loco si pasas un minuto más sin contestarle los mensajes

-Lo siento, el camión de la mudanza se perdió y cuando por fin llegó tuve que ayudar a mis padres con los muebles. Pero ya terminé, y Nam ya vino por mi así que ahora solo tienes que entretenerlo media hora más

Almas EntrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora