CAPÍTULO 10: SENTIMIENTOS DESBORDANTES

89 17 8
                                    

Con la llegada por sorpresa de Sasuke a la aldea su cabeza solo había estado para su viejo amigo. Desde su aparición había estado con él como su sombra, sabía que estaba siendo pesado, pero cuando este se volvió a marchar casi no se comunicaba con ellos, por lo que quería aprovechar cualquier oportunidad para volver a compartir momentos juntos.

Pero después de unas semanas su cabeza había vuelto a sus antiguos problemas. Había llegado el momento, tenía que sincerarse.

Desde su conversación con Shikamaru lo había pensado, si no era sincero con Hinata no obtendría respuestas. Había estado con muchas dudas, pero después de comenzar a tratarla más se dio cuenta de lo maravillosa que era. Se había fijado en cosas en las que antes ni siquiera había notado, en lo bonita que era su sonrisa, lo armoniosa que se escuchaba su voz, en lo amable que era con todos y mil y un motivos más que podría pasarse la vida nombrando. Sobre todo, le encantaba escuchar cómo esa pequeña risa suya le hacía sentir, tan brillante y deslumbrante que jamás se había percatado.

¿Cómo no lo había notado antes? No lo entendía.

Además, no solo su parte externa era hermosa, porque si se había dado cuenta de la belleza de la chica. Sino también su interior estaba lleno de varias cosas maravillosas.

Ahora que había podido conocerla más a fondo se daba cuenta de lo fácil que era desarrollar sentimientos por ella. Había estado ciego durante tanto tiempo, teniendo el tesoro más hermoso a su lado e ignorándolo.

Ella había estado a su lado en sus momentos difíciles incluso si él no la había notado, alentándolo cuando había luchado contra su primo o incluso en la propia guerra Ninja. Estaba seguro de que sin sus palabras no habría podido seguir adelante, fue lo que le dijo que lo alentó a seguir, a no dejar que el miedo los dominará y a enfrentarse a esa amenaza.

Y después de haber leído su carta todo quedaba aún más claro. Se había enamorado de ella.

Mientras caminaba por la aldea, la buscó con la mirada hasta encontrarla en un parque cerca de la residencia Hyuga. Estaba sola, lo que hacía que ese momento fuera perfecto. Respiró profundamente antes de acercarse.

Notaba que todo su cuerpo sudaba, nunca había sido muy bueno con los sentimientos, pero esta vez quería hacer las cosas bien.

—Hinata, necesito hablar contigo —dijo con un tono de seriedad que sorprendió a la chica.

—¿Naruto-kun? —preguntó, girándose hacia él con una pequeña sonrisa.

Tragó saliva, sintiendo un ligero temblor en las manos, pero no podía dar marcha atrás. Lo había decidido. Tomó aire y soltó las palabras que había estado repitiendo frente al espejo una y otra vez.

—Leí tu carta —soltó de golpe, viendo cómo el rostro de Hinata pasaba de la sorpresa a la confusión total. Ella abrió los ojos con incredulidad sin entender muy bien a que se refería, pero antes de que pudiera decir nada, Naruto continuó—. La que escribiste hace tiempo.

—¿Mi-mi carta? —balbuceó extrañada intentando procesar lo que le acaba de decir. ¿Carta, que carta?

Naruto se plantó y decidió ir directo al grano.

—Quiero que sepas que Sakura y yo somos solo amigos. Siempre pensé que la quería de esa manera, pero ya hace un tiempo me di cuenta de que no es así. Ya no le pido citas, no como antes. Ahora solo salimos como amigos —explicó, buscando las palabras adecuadas mientras Hinata lo miraba sin entender porque le decía eso—. Me tomó mucho tiempo darme cuenta, pero si tuviera que elegir a alguien para estar, solo pienso en ti.

Esa frase la dejó completamente helada, no sabía lo que estaba pasando.

—¿E-en mí? —repitió confusa, no entendía porque Naruto le estaba diciendo esas cosas.

—Sí —continuó Naruto, sus ojos azules brillaban con sinceridad, por fin le estaba diciendo sus verdaderos sentimientos—. Me gustas, Hinata. Siempre has estado ahí para mí, incluso cuando no me daba cuenta. Me apoyaste en los momentos más difíciles, y ahora que lo veo solo puedo pensar en lo increíble que eres. Eres fuerte y amable. De verdad me gustas.

Hinata quedó paralizada. Había esperado algo así toda su vida, pero ahora que él le decía como se sentía no sabía que hacer ni qué decir.

—Yo... —trató de responder, pero las palabras no salían. Se sentía con un nudo en la garganta y era incapaz de gesticular alguna palabra.

Naruto la miraba con ansiedad, esperando una respuesta, pero ella no sabía qué decir. El chico que había sido su amor desde que tenía memoria ahora le estaba confesando sus sentimientos. Sin embargo, algo no encajaba. Había algo más en su corazón que no podía ignorar.

Sentía que el suelo bajo sus pies se desmoronaba. ¿Todavía amaba a Naruto? Antes habría respondido que sí sin dudarlo, pero ahora; su mente, sus emociones, todo estaba tan confuso.

No pudo mantener la mirada de Naruto por mucho tiempo. Bajó la vista, intentando procesar lo que sentía. No podía negarlo, había estado enamorada de él durante mucho tiempo, pero las cosas habían cambiado.

Naruto esperaba, pero Hinata no supo qué decir. Después de un largo silencio suspiró aceptando que no recibiría una respuesta en ese momento.

—No tienes que decirme nada ahora —dijo suavemente haciéndola sentir algo culpable—. Solo quería que supieras lo que siento.

Sus amables palabras solo se sentían como dagas, ella no quería que Naruto pusiera esa clase de expresión. Pero aun así no pudo decir nada y el chico solo se dio la vuelta y se alejó, dejándola con el corazón pesado y la mente más confusa que nunca.

Desde niña había esperado que Naruto se volteara a mirarla, que por fin se diera cuenta de lo que sentía por ella, pero no entendía porque se había quedado callada mientras el chico se marchaba.

¿Qué estaba mal con ella? No lo entendía, pero ahora mismo estaba demasiado confusa como para ir en su busca.

Miró el camino por el que se dirigía, la residencia Uchiha y su pecho se estremeció al pensar en Sasuke.

Notas de la autora: Hola de nuevo, por fin un capítulo algo más centrado en mi casi rubio favorito. En el siguiente cap habrá algo más de drama, pero no solo por Sasuke, sino por otra pequeña cosa más que ya descubrirán. 

Muchas gracias por todo, espero que me dejen algún comentario.

Ya nos leemos.

La cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora