Sasuke se despertó temprano esa mañana, disfrutando de una rara y deseada tranquilidad. Había logrado librarse de su mejor amigo, quien llevaba desde su llegada preocupándose en exceso por él. No sabía que era lo que lo había entretenido, pero lo agradecía. Una parta de él apreciaba su apoyo, pero su intensidad a veces lo agotaba y malhumoraba.
Negó desechando cualquier mal pensamiento, hoy por fin tendría un respiro. Lo cual era ideal, ya que ese día había quedado con Hinata para verse, un encuentro que le causaba una ligera emoción. Y le alegraba no tener que inventar una excusa tonta para librarse de Naruto.
Al pensar en la chica una involuntaria sonrisa apareció, cada vez que su cercanía crecía su pecho se sentía más ligero, como si aquello fuera correcto.
Salió de su casa antes de lo planeado, en busca de la chica, si era lo suficientemente sigiloso incluso podía colarse por su casa e irla a buscar directamente.
Así que dando gala a sus habilidades de shinobi recorrió la calles, pero su cuerpo se detuvo al ver a Naruto parado en la casa de Hinata. Una mala sensación se instaló en su pecho, creía que se había librado de él, pero parecía que no. Cuando iba a mostrarse una conversación inesperada llegó a sus oídos, paralizándolo: Naruto le estaba confesando sus sentimientos a Hinata.
Sasuke, al oír aquello, se quedó en silencio, oculto entre las sombras, sintiendo un nudo en el estómago que no sabía explicar. Recordó cómo, en la academia, todos sabían de los sentimientos de Hinata hacia Naruto... todos, excepto él mismo.
Nunca había tocado ese tema cuando hablaban, pero si preguntaba si la chica aún sentía lo mismo que en ese entonces. Pero de solo pensar que aceptaría sus sentimientos el nudo no hizo más que crecer. Verla en esa situación con Naruto lo llenaba de incomodidad, una sensación extraña e inesperada.
Para su suerte ella solo se había quedado callada. Pero incluso después de la partida de Naruto fui incapaz de ir a su lado, el sentimiento de incomodidad no lo dejaba.
En sigilo observó como la chica caminaba sin rumbo, dirigiéndose hacia el lago, otro de los lugares donde solían tener sus encuentros. Después de unas horas, al ver que seguía igual de perdida que al principio sintió que tenía que hacer algo.
La veía tan ensimismada en sus pensamientos que comenzaba a preocuparle. Decidió que no podía dejarla así, tenía que hacer algo, aunque aún no sabía el qué. Tal vez lo primero era hablar directamente con ella.
—Hoy hace un buen día —dijo Sasuke saliendo de su escondite haciendo que Hinata lo mirara.
—S-Sasuke-kun —murmuró.
Tener la presencia del chico allí solo hizo que todo se volviera más confuso para la Hyuga. Desde que Naruto se le había confesado había intentado ordenar sus pensamientos, entender que era lo que sentía, o lo que ya no. Sentía que pronto iba a llegar a una respuesta, pero al tener la presencia de Sasuke junto a ella todo se desestabilizó.
Sin decir nada más se sentó a su lado, antes esa cercanía hubiera estado más que bien recibida, pero con toda la vorágine de pensamientos y sentimientos que ahora se formaban en ella solo la hacía sentir incómoda.
—Escuché su conversación —dijo Sasuke de repente, irrumpiendo en el silencio haciendo que la chica volteara a mirarlo con sus mejillas sonrojadas.
Lo que le acaba de decir la tomó por sorpresa, buscó sus ojos esperando encontrar algún aire de sorna, a pesar de que él jamás hiciera bromas. Pero al ver su rostro serio supo que era sincero. Aunque su expresión era indescifrable, sus ojos parecían contener una mezcla de emociones.
—A-así que lo-lo escuchaste —murmuró ella con un ligero tartamudeo, aún avergonzada mientras sus dedos jugaban entre ellos.
—Te confesó lo que siente por ti —dijo Sasuke con un tono tranquilo intentando aparentar indiferencia mientras sus ojos permanecían fijos en ella.
Hinata asintió ligeramente, sin atreverse a mirarlo directamente. La situación le resultaba abrumadora, pero al levantar la mirada se encontró con sus orbes negras que la observaba con intensidad, pero no pudo retener por mucho el contacto y acabó evadiéndolo, era incapaz de articular palabra, no sabía que decir.
Era cierto que había estado muy enamorada de él, pero ahora ya no lo sabía.
—¿Qué piensas hacer? —preguntó él, sin apartar la mirada—. ¿Vas a aceptarlo? Te gustaba cuando estábamos en la academia —dijo intentado sonar casual, pero había sido algo más brusco de lo que pretendía.
Hinata sintió su corazón acelerarse al escuchar aquella pregunta tan directa. Alzó la vista y se encontró con los ojos de Sasuke, que la miraban con una intensidad que la desarmaba. Pero le resultaba imposible sostener esa mirada, por lo que rápidamente volvió a desviar los ojos. Sus sentimientos eran un enredo: sabía que en otro tiempo había estado profundamente enamorada de Naruto, tal como había dicho Sasuke. Pero algo en ella había cambiado desde que el Uchiha volvió a la aldea.
Su pregunta era fácil de responder, pero la manera en que lo dijo, como si él mismo necesitara saber la respuesta, la dejó sin aliento. Sus sentimientos eran confusos, y la idea de que lo que una vez sintió por Naruto había desaparecido la desubicaba. ¿Cuándo había pasado aquello?
Sasuke, al notar su vacilación, sintió un inexplicable enojo mezclado con una punzada de celos. Aunque no tenía derecho a interferir en su vida, la idea de verla con Naruto le resultaba insoportable. Había intentado pensar que sus encuentros eran simplemente un escape para ambos, una manera de pasar el tiempo, pero ahora que Naruto estaba en escena, todo parecía cobrar otro sentido.
—Entonces, deberías decírselo —dijo Sasuke en un susurro tenso, casi para sí mismo. Su tono era bajo y se notaba cargado de algo que Hinata no podía identificar. Sin darle tiempo a responder se dio la vuelta y se marchó rápidamente, su corazón latiendo con fuerza y rabia. Dejando a Hinata en silencio y con más dudas que antes, además de un nuevo malestar al ver como se había ido.
Mientras se alejaba, Sasuke murmuró entre dientes: —Maldito dobe.
Con el corazón latiéndole a toda velocidad y la mente invadida por emociones confusas, Sasuke se dio cuenta que, tal vez Hinata significaba mucho más para él de lo que estaba dispuesto a admitir.
Todo había comenzado por simple curiosidad, por las extrañas sensaciones que su cuerpo sentía cuando ella estaba cerca y ahora estaba así.
Notas de la autora: Hola, esto ya comienza a avanzar, el próximo capítulo ya entramos en una trama que conocéis. Lo único que puedo decir como pista es que ya han pasado dos años desde la guerra ninja.
Muchas gracias por todo, espero que les guste y me dejen algún comentario.
Ya nos leemos.
ESTÁS LEYENDO
La carta
RomanceHinata hace un tiempo escribió una carta para Naruto que nunca le llegó a dar, pero acaba en manos del chico por Hanabi. Ella creía que le estaba haciendo un favor a su hermana, pero solo había complicado las cosas y ahora Hinata se verá en una enc...