CAPÍTULO 13: UN NUEVO ENEMIGO

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Apenas llegó a la entrada del bosque, captó una pista: una serie de huellas y una pequeña tela rasgada colgando de una rama. Era una señal mínima, pero suficiente para que Naruto comenzara a seguir el rastro, su mente estaba llena de preguntas y sentía a su corazón latiendo desbocado.

Mientras avanzaba entre los árboles, una sensación de desesperación comenzó a apoderarse de él. Aquel dolor que había sentido al confesarle sus sentimientos a Hinata se mezclaba ahora con un miedo real: la posibilidad de que ella estuviera en peligro. Naruto apretó los puños, impulsándose más rápido mientras su determinación crecía. Se juró a sí mismo que, sin importar lo que encontrara al final de ese rastro, no permitiría que nadie le arrebatara a alguien importante otra vez.

Después de lo que pareció una eternidad, el chico emergió del bosque y llegó a un claro. Allí, vio a un hombre alto de cabello blanco y ropas extrañas. Su porte era solemne, casi irreal, y en sus ojos se veía una determinación fría. Al lado de Toneri estaba Hanabi, inconsciente y sostenida por una de sus marionetas. Toneri, al notar la llegada de Naruto, esbozó una sonrisa calculadora.

—Ah, tú debes ser uno de esos ninjas de la Tierra —dijo Toneri, con voz calma—. Lamento decir que estás interfiriendo en un asunto familiar.

Naruto sintió cómo su ira crecía al ver a la menor capturada.

—¿Quién eres? ¿Qué le has hecho a Hanabi? ¿Dónde está Hinata? —preguntó con voz tensa, sus ojos fijos en el desconocido.

Toneri, con un aire de superioridad escrutó al chico, no entendía porque un simple shinobi como él hablaba de su futura esposa como si nada.

—Soy Toneri Otsutsuki, Hinata está destinada a unirse conmigo en matrimonio —respondió Toneri con calma—. La he elegido para crear un nuevo linaje, una familia perfecta. Nadie puede interferir en eso.

Naruto apretó los dientes, con la mandíbula tensa.

—No tienes derecho a decidir sobre Hinata ni sobre su familia —replicó con furia—. Y mucho menos a lastimar a personas inocentes para lograrlo.

Sin darle tiempo a Toneri de responder, Naruto formó rápidamente varios clones y cargó hacia él, decidido a recuperar a Hanabi y a averiguar el paradero de Hinata. Toneri, sin embargo, se mostró imperturbable, y con un solo movimiento de su mano, hizo que los clones de Naruto se desvanecieran. Con un poder que hasta ahora Naruto solo había visto en enemigos como Madara, Toneri manipulaba una esfera de chakra que flotaba a su alrededor, como si tuviera control absoluto sobre el espacio que lo rodeaba.

—No entiendes el poder con el que estás lidiando. No eres más que un obstáculo temporal.

Naruto retrocedió un paso, evaluando rápidamente la situación. Sabía que no sería sencillo enfrentar a alguien como él, su chakra era distinto, pero no pensaba retroceder. Además, no tenía otra opción: Hinata y Hanabi dependían de él y proteger a los suyos siempre había sido su camino ninja.

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Mientras Naruto intentaba detener a Toneri, Sasuke, quien se encontraba investigando una perturbación en el chakra cerca de los límites de la aldea, captó el rastro de su chakra y el de otros miembros de la familia Hyuga, junto con una presencia extraña y poderosa. No era común que alguien perturbara de esa manera el flujo de chakra en la aldea, así que, guiado por su instinto y sin perder un segundo, siguió el rastro hacia el bosque.

Mientras se acercaba, captó una discusión. La voz de Naruto se alzaba desafiante contra alguien que desconocía. Rápidamente, activó su Sharingan, ajustando su velocidad para mantenerse fuera de la vista. Finalmente, entre las sombras de los árboles, divisó la escena: Naruto enfrentaba a un hombre de apariencia imponente.

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