Capítulo 12: Un mensaje entrante

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—Lumine...


"¿Cómo te ves en el futuro?"

"¡Ve al grano, Lumine!"

"Dejemos de mentirnos."


—Lumine...


"¡¡Cobarde!! ¡¡Eres cobarde igual que tu hermano!!"

"¿Así es como termina?"


—Lumine...


"Lo siento."


—Lumine...


"Adiós, Ajax."


—¡Lumine! ¿Me estás escuchando? ¿En qué piensas?

Mi cuerpo se tensó cuando finalmente abrí los ojos y la luz que venía del ventanal me encegueció. Una mano desconocida siguió sacudiendo mi hombro hasta que mi cabeza dio un par de vueltas bruscas. Apenas puse mis manos sobre la encimera y me sostuve para dejar de moverme, ella también se detuvo.

—Ah... Lo siento. Soñaba despierta —respondí con molestia. Mi compañera de trabajo solo alzó una ceja al escuchar mi voz y luego volvió a su expresión de todos los días.

—Tu amigo ya vino por su café, ¿no quieres atenderlo?

Parpadeé con fuerza dos o tres de veces y volteé la mirada hacia mi derecha, donde ese hombre con cabellera roja esperaba sentado en la barra. Sus dedos se deslizaban sobre la pantalla del celular que descansaba sobre su mano. No parecía impaciente, de hecho, tenía un humor mucho mejor que el de ayer.

—Sí, sí, lo siento. Yo iré...

Jamás dejé de pensar en la ridícula cantidad de eventos que me trajeron al café Puspa, a tan solo unas calles de Sumeru... Bueno, decir "Sumeru" era una exageración. Quizás el término Barrio de Sumeru encajaba mucho mejor en este caso.

Porque sí, mi sueño erótico de desaparecer del mapa se quedó en una fantasía que ahora solo rondaba por mi mente con temido anhelo. Las paredes de Liyue se hicieron cada vez más altas a medida que mis intentos por irme eran aún más desesperados. Llegó un momento en el que simplemente... terminé encerrada aquí, como un pequeño pajarito que aún no aprende a volar por cuenta propia y no tiene a su madre para que le diga qué hacer.

Mi última vez fue en el pasillo de Fatui Corp. Me despedí de él, del chico que alguna vez llamé amor de mi vida y salí por la puerta de la oficina. No tardé en romper las promesas que me hice a mí misma cuando corté lazos con mi madre. Me quebré como el cristal de un espejo cayéndose al suelo, me hice pedazos y no conseguí detenerme hasta que recuperé el aliento tiempo después. Quería irme de ese lugar lo antes posible y no dejar que nadie me viera llorar desconsolada, pero en vez de salir, me encerré en el baño del piso once durante diez largos minutos.

Aproveché que aún era la hora del almuerzo para golpear las paredes del cubículo y gritar de angustia todo lo que necesitara antes de recomponerme y salir con la frente en alto. Nadie me escuchó, y me atreví a creer que nadie más que Childe y la recepcionista sabían que yo había pasado por ese asqueroso edificio. Tomé una decisión impulsiva en ese mismo cuadrado donde mi única compañía era un retrete, y sin meditarlo demasiado, salí del cubículo, me lavé el rostro en el lavabo y corrí hacia el ascensor para desaparecer de Fatui Corp. y de su vida. Eché a la basura los consejos de mi tío Zhongli y el remordimiento volvió a mí semanas después, pero nada logró importarme lo suficiente como para que yo decidiera retroceder y afrontar lo que me pasaba.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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Después de Anoche | ChilumiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora