fue la persona más joven condenada por delito de asesinato en primer grado en la historia de Commonwealth de Massachusetts.
Jesse Pomeroy nació en Charlestown,Massachusetts, de Thomas J. y Ruth Ann Pomeroy. Fue el segundo de dos niños; su hermano Charles Jr. era dos años mayor. Se dice que el padre de familia era un alcohólico que cometía abusos: por cualquier motivo que lo enfureciera, llevaba a sus hijos a una cabaña donde los desnudaba y aporreaba hasta aplacarse. De acuerdo a los relatos de la época, la apariencia de Pomeroy inspiraba miedo. Su cuerpo era muy grande para su edad, así como su cabeza, orejas y rasgos faciales eran poco favorecedores. Su ojo derecho carecía de iris y pupila, confiriéndole un aspecto aterrador. Jesse era un sujeto retraído y solitario. Durante su niñez fue pasto de los niños abusadores de su barrio. Torturó y mato a varias mascotas de la familia y de vecinos.
En 1871 y 1872, hubo informes que varios jóvenes eran atraídos a zonas remotas y atacados por un muchacho mayor. El primero fue William Paine, de cuatro años, quien fue hallado un día de diciembre de 1871 en una pequeña cabaña colgando de las manos, que estaban atadas con una cuerda suspendida del techo del lugar. Su espalda estaba cubierta de laceraciones. No se denunció a su atacante. El siguiente fue Tracy Hayden, de siete años, en febrero de 1872. Pomeroy lo ató y torturó. Del ataque, Hayden resultó con los ojos morados, los dientes frontales partidos, la nariz rota y el torso cubierto de heridas. Tras este episodio la policía solo pudo enterarse que el atacante era un muchachito de cabello castaño. A mediados de abril de 1872, Pomeroy atacó a un niño de ocho años, Robert Maier. Lo desnudó casi por completo y mientras lo golpeaba con una vara lo obligaba a maldecir. Maier reportó que mientras Pomeroy lo vapuleaba, se masturbaba.La policía comenzó a actuar interrogando a numerosos adolescentes de cabello castaño.Por alguna razón desconocida, la descripción del "El Sádico Bribón", como fue llamado desde entonces el adolescente que atormentaba a los niños de Boston, derivó en la de un adolescente de barba y pelirrojo. Mientras tanto, el lampiño y castaño Jesse Pomeroy escapaba con comodidad de la búsqueda policial. El siguiente golpe, a mediados de julio, fue contra un niño desconocido de siete años de edad, a quien le fue propinado el mismo tratamiento que a los demás: una feroz paliza hasta que Pomeroy alcanzó el orgasmo. Esta vez la policía ofreció una recompensa de $500 dólares a quien ayudara en la captura. En ese momento, Ruth Pomeroy decidió que su familia se mudara al sur de Boston. Se especula que sospechaba acerca de la posible responsabilidad de su hijo en los recientes ataques a infantes. Sin embargo, la madre de Jesse siempre permaneció fiel a su hijo, y negaría las imputaciones formuladas contra él.Los ataques de Pomeroy en chicos jóvenes continuaron. George Pratt fue atado y desnudado por Pomeroy quien lo aporreó sin misericordia con un cinturón. Esta vez elevó el nivel de sus atrocidades, mordiéndole la mejilla y arañándolo profundamente en la piel. Varias veces le enterró una larga aguja en diversas partes del cuerpo. Intentó inclusive clavársela en un ojo, pero Pratt logró colocarse en posición fetal antes que Pomeroy lograra su objetivo. Frustrado, le dio un tremendo mordisco en una nalga y después huyó. El siguiente desventurado fue el niño de seis años, Harry Austin. Aparte de la usual paliza, esta vez empleó su navaja de bolsillo para apuñalar en brazos y hombros a su víctima. Se disponía a rebanarle el pene cuando fue interrumpido por la cercanía de unas personas. Pocos días después, atacó al niño Joseph Kennedy, a quien a la vez que aporreaba lo obligaba a proferir oraciones religiosas plagadas de obscenidades. A Kennedy le provocó una fuerte cortada en la cara con su cuchillo y luego lo llevó a la orilla del mar para echarle agua salada en las heridas. Robert Gould, de cinco años, fue el siguiente en caer engañado por Pomeroy cerca de una estación de trenes. Cuando amenazaba al chico con la punta de su navaja en el cuello, Pomeroy se dio cuenta que era observado por unos ferrocarrileros y tuvo que huir. Gould aportó pistas más concretas, como que su atacante era un joven adolescente de cabellos castaños y un ojo totalmente blanco.
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Asesinos en Serie * Biografías*
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