Fred y Rose West

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La casa en la que vivió el matrimonio compuesto por Fred y Rosemary West fue, durante muchos años, la casa de los horrores. Entre esas cuatro paredes se escondieron, durante 20 años, horribles crímenes que conmocionaron a Gran Bretaña en la década de los 90.

Fred y Rosemary West se conocieron en la parada de autobús de un pequeño pueblo de Inglaterra. Él rondaba la treintena y tenía dos hijas de un anterior matrimonio. Ella, de apenas 15 años, había pasado su infancia siendo objeto de las burlas de sus hermanos y de los abusos de su padre.

Rápidamente congeniaron y se fueron a vivir juntos. Con ellos también fueron las dos hijas de Fred, Charmaine y Anne Marie, fruto de su anterior matrimonio. Su primer hogar en común fue una caravana a unos 50 km de Gloucester.

Poco después, se trasladaron a Midland Road, en Gloucester. Allí vivieron los cuatro hasta la desaparición de Charmaine, la hija mayor de Fred, en 1971. Tras esto, se mudaron al número 25 de Cromwell Street, el lugar donde llevaron a cabo la mayor parte de sus crímenes.

En 1972 se casaron y tuvieron a su primera hija. La familia atravesaba problemas económicos graves y decidieron alquilar habitaciones a desconocidos, dividiendo las existentes con tabiques haciéndolas más pequeñas.

Ese mismo año, recogieron a una chica de la edad de Rosemary haciendo autostop. La llevaron a su casa y la contrataron como niñera. Esta joven era Caroline Roberts. Según sus declaraciones, al principio parecían un matrimonio normal. Incluso llegó a entablar una amistad con Rose.

Todo se truncó poco después. El matrimonio le propuso participar en una orgía y ella lo rechazó. Ante esa situación, decidió abandonar el trabajo. Sin embargo, esa no sería la última vez que vio a la pareja.

El matrimonio la encontró de nuevo haciendo autostop y la recogieron. Le pidieron disculpas y fueron hacia Cromwell Street. Allí, según relata la propia Caroline, la golpearon, la ataron y abusaron de ella. Fred también la violó.

Estaba aterrorizada y amenazada por los West. "Me dijeron que me iban a matar; que había muchas chicas enterradas en el patio que la policía no había encontrado".

Días después consiguió escapar y fue a denunciar a la policía. Allí se sintió cuestionada por los agentes y, finalmente, no aportó las pruebas que inculpaban a los West.

Como Caroline Roberts señaló, Fred West estaba obsesionado con el sexo. En una ocasión dijo que su hija, de tan solo 8 años, no era virgen. Ahí interpretó que podían estar abusando sexualmente de sus propios hijos. Sin embargo, no fueron denunciados y vivieron tranquilamente durante 20 años.

En 1992, saltaron las alarmas en Gloucester. Se empezó a investigar a los West por posibles abusos sexuales a menores de entre 11 y 15 años. Además, las sospechas sobre ellos aumentaron cuando los investigadores descubrieron que su hija Heather desapareció en 1986. Su paradero era desconocido y no se denunció.

Enseguida consiguieron el acceso a la vivienda y una orden para excavar en el patio. Se afirmaba que los niños decían que, si se portaban mal, "acabarían bajo el patio como Heather".

El 26 de febrero se descubrió un fémur humano bajo el patio de los West. Seguidamente, encontraron un mechón de pelo y más restos humanos. Poco después, hallaron otros dos fémures: al menos había dos víctimas allí enterradas.

Fred West confesó que había matado y enterrado a su hija Heather y que había otras dos víctimas más bajo el patio: dos jóvenes de unos 18 años. Una de ellas estaba embarazada de seis meses.

Poco después, viéndose acorralado, Fred West facilitó una lista con el nombre de las mujeres había matado. En esa lista había otras nueve mujeres, entre las que se encontraban su exmujer y su primera hija, Charmaine.

Las investigaciones concluyeron que el matrimonio había matado a 12 mujeres. Las víctimas murieron desnudas y fueron violadas y mutiladas. Algunos de los restos se encontraron junto a cuerdas y cintas. La mayoría de estos crímenes se dieron en la década de los 70.

El matrimonio West fue declarado culpable. Fred, encarcelado y sin que su juicio hubiera acabado, se suicidó en su celda.

Rosemary, por su parte, fue declarada a 10 cadenas perpetuas por cada una de las muertes que se le atribuían. A día de hoy, no ha confesado ninguno de los crímenes y cumple condena en la cárcel de Low Newton.

El número 25 de Cromwell Street fue demolido y en su lugar hay un paso que conecta dos calles.

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