kipland kinkel

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La familia Kinkel vivió un año en España cuando Kip tenía seis años; asistió a la escuela, pero enfrentó grandes problemas. Cuando su familia regresó a Oregon, estudió en la Escuela Primaria Walterville en Springfield. Sus profesores lo consideraban inmaduro, con escaso desarrollo afectivo, fuertes problemas conductuales y un bajo coeficiente intelectual. Basándose en la recomendación de sus profesores, sus padres lo obligaron a repetir el primer grado. En el cuarto grado se le diagnosticó dislexia y fue inscrito en clases de educación especial.
Kinkle creció en un entorno familiar cálido, con unos padres atentos, una comunidad confortable. Pese a sus obvios problemas emocionales, nada en el expediente escolar de Kip hacía pensar en que se tratara de un chico con predisposición a la violencia. Aunque era frecuente la aparición de dibujos relacionados con muertes y asesinatos en sus cuadernos escolares.
Durante la adolescencia, Kinkel enfrentó varios problemas legales. Fue arrestado por primera vez a finales de 1996, por el robo de unas cintas en una tienda. El 4 de enero de 1997, fue detenido de nuevo en Bend, Oregon, después de que él y sus amigos tiraran piedras a los coches que pasaban por la carretera. Después de su segunda detención, Kinkel fue condenado a 32 horas de servicio comunitario, y se le ordenó someterse a una evaluación psiquiátrica. Más tarde fue colocado en psicoterapia, donde le diagnosticaron depresión clínica.
Kinkel mostró un gran interés en las armas de fuego desde una edad muy temprana. Su padre primero se negó a que su hijo aprendiera el manejo de armas de fuego, pero más tarde inscribió a su hijo en los cursos de seguridad para manejar pistolas. Con el tiempo y mientras el interés del chico crecía, le compró un rifle calibre .22 y una pistola Glock de 9 mm. Cuando Kip tenía quince años, su psicólogo, Jeffrey Hicks, le recomendó a Bill Kinkel que dejara a Kip tener armas en su poder, ya que sería una buena terapia. Por esos días, Kinkel inclusive logró tener una novia, con quien tuvo una breve relación amorosa, la única que tendría.

Un amigo suyo, Korey Ewert, había robado una pistola Beretta calibre .32, cargada con nueve balas. El arma era de Scott Keeney, el padre de uno de sus amigos, y se la vendió a Kinkel, quien pagó $110.00 dólares por el arma. Luego la puso en una bolsa de papel y la guardó en su casillero. Scott Keeney pronto descubrió que le faltaba un arma de fuego, y llamó a la policía para denunciarlo. Les dio además una lista de nombres de los estudiantes que creía que podrían haberla robado. El nombre de Kinkel no estaba en la lista. El 20 de mayo de 1998, las autoridades de la escuela se dieron cuenta de su posible participación y mandó por él. Cuando fue interrogado, respondió: "Miren, voy a ser sincero con ustedes. El arma está en mi armario". Kinkel fue expulsado de la Thurston High School, y él y su amigo Ewert fueron detenidos. Tras ser dejado libre bajo fianza, regresó a su casa.
Esa misma tarde, su padre le dijo que sería enviado a un internado si no cambiaba su actitud. A las 15:30 horas, Kinkel tomó del armario su rifle Ruger semiautomático, lo cargó y se dirigió a la cocina, donde le disparó a su padre en la parte posterior de la cabeza. Luego esperó a que su madre volviera a casa. Cuando llegó y se dirigió hasta las escaleras desde el garaje de la planta baja, alrededor de las 18:00 horas, Kinkel le dijo "Te quiero, mamá"y le disparó en repetidas ocasiones: tres veces en la cara, dos veces en la parte posterior de la cabeza y una vez en el corazón.
Kinkel arrastró el cuerpo de su madre desde la parte inferior de la escalera y la puso junto al cuerpo de su padre, en el piso del baño. Colocó una sábana blanca sobre cada uno de los cuerpos y cerró la puerta. Poco después recibió la llamada telefónica de un amigo, con quien conversó durante más de una hora con aparente tranquilidad. Luego se preparó un tazón de cereal con leche y leyó el periódico. Durante esa noche, reprodujo en varias ocasiones la canción "Liebestod" de la banda sonora de la película Romeo + Julieta. La canción seguiría sonando, una y otra vez, durante horas maravilosq
Kip cargó su pistola y dejó escrita una extraña nota en su casa: "¡Acabo de matar a mis padres! No sé qué está pasando. Amo a papá y a mamá tanto... Acabo de conseguir dos crímenes para mi expediente. Ellos no se merecían eso, lo que he hecho los destruiría, la vergüenza sería demasiado para ellos, no podrían soportarlo. Estoy tan apenado. Soy un hijo horrible. Deseo que me hubieran abortado. Destruyo todo lo que toco. Era gente maravillosa
Pero el doble asesinato era apenas el comienzo. El 21 de mayo, Kinkel condujo la Ford Explorer de su madre hasta la escuela secundaria. Llevaba puesto un abrigo para ocultar las cuatro armas que portaba: un cuchillo de caza comprado para él por su padre, su pistola Glock 9 mm., otras diecinueve pistolas, el rifle Ruger y una pistola calibre .22. Llevaba además 1127 cartuchos útiles.
Se estacionó afuera de la escuela, entró en el pasillo principal y disparó dos veces. Hirió de muerte a Ben Walker y a Ryan Atteberry. Luego se encaminó a la cafetería y, caminando a través de ella, disparó cincuenta y un tiros con su rifle, hiriendo a veinticinco estudiantes y matando a Mikael Nicholauson, también estudiante.
Cuando era llevado a la comisaría de policía, Kinkel logró liberarse y se lanzó con el cuchillo que había llevado oculto, agrediendo al oficial de policía Al Warthen. Mientras lo hacía, Kinkel gritaba "¡Dispárame, mátame!" Pero el agente lo roció con gas pimienta, impidiendo su ataque.
La policía encontró los cadáveres de sus padres esa misma tarde. La canción seguía sonando. Kinkel declaró que quería proteger a sus padres de la vergüenza que su expulsión y su arresto habían causado.
El 24 de septiembre de 1999, tres días antes de la selección del jurado, Kinkel se declaró culpable de asesinato y tentativa de homicidio, renunciando a la posibilidad de ser absuelto por causa de locura.
En noviembre de 1999, fue condenado a ciento once años de prisión, sin posibilidad de libertad condicional. Tras escuchar la sentencia, Kip Kinkel pidió disculpas por el asesinato de sus padres y el tiroteo en la escuela.
El 11 de junio de 2007, Kinkel, cerca de su vigésimo quinto cumpleaños (edad máxima para permanecer en una cárcel de menores en Oregón), fue transferido de la Autoridad Juvenil de Oregon, la MacLaren Correctional Facility, a la Institución Correccional Estatal de Oregón, en Salem. Permaneció en ella de ahí en adelante.

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