capitulo 26

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chicos y chicas no saben cuánto ame la primera parte de este capítulo ame a la mamá de Tom mucho vales oro aunque seas solo un personaje y Tomy naw ven y yo te curo las heridas mi niño.

~*~

- Gordis, a ducharse. Hay que ir a visitar a Lizze. - La miró desde su cama, apretando los
labios, asustado. Su madre se acercó y le sacó las cobijas de encima, con cuidado. - Venga, ya
te he puesto la tina con agua calientita.

Lo ayudó a bajar de la cama, y de la manita se lo llevó al baño, donde cerró la puerta,
dejándolos a ambos dentro. Tom se la quedó mirando, asustado, tímido. Jugó con sus
pequeñas manos y esperó paciente a recibir la orden, admirando la leve sonrisa de su mamá,
que metía la mano al agua para asegurarse de que no estuviera ni muy fría, ni muy caliente,
para él.

- A ver, ¿nos quitamos la ropita? - Él asintió, empezando a despojarse de los botoncitos de
sus pijamas, pero ella se acercó para ayudarlo, hablándole bonito, justo como le habían
aconsejado en terapia, para no hacerlo sentir miedo cada vez que se encontraba desnudo.

Analizó su cuerpo, aún muy flaquito y medio enrojecido por la falta de calor, pero una
pancita gordita que le dejaba saber que estaba recibiendo suficiente comida. Su nariz
pequeñita, sus ojos achinados; verlo así, tan cerquita, otra vez, le hacía sentir en el pecho un
montón de hormigueos.

- Mira qué guapo mi bebecito. - Le acarició el cabello, y los ojos grandotes de su hijo la
miraron, serio.

Lo ayudó entrar en la bañera, donde el agua calientita funcionó para hacerle sentir menos frío
y encorvarse un poco para que los hombros desaparecieran por unos segundos dentro de la
espuma.

- ¿Dormiste rico, amor?
- ...Sí... - Ella sonrió, pasándole la pastilla de jabón por el pecho y la barriga.

Después echándole un poco de champú en el cabello, y ya que lo tenía medio largo, se
concentró en limpiárselo muy bien, regalándole masajitos con las yemas de sus dedos en el
cuero. Tom cerró los ojos, gustoso.
Ella se rió.

- Qué gustito poder tenerte aquí... buah, te quiero mucho, Tomi. - Le besó la mejilla, y
aunque Tom no sonrió, en sus ojos ella pudo ver un brillito de ilusión.
Lo vistieron con su suéter favorito, el de muchos lunares amarillo y marrón. Un gorrito de
lana marrón y las botas para el frío.

Por su falta de masa y grasa, sufría de más con las bajas temperaturas, pero cuando llegó con
sus primos y se pusieron a jugar con él, rápido sintió el calorcito en todo su cuerpo.

Se subieron a jugar al cuarto de Rib, sacaron los carritos de juguete y estuvieron armando
carreteras con todos los objetos de la habitación, pero más pronto que tarde, se aburrieron y
prefirieron sólo hablar de su día en el cole y de ahí pasaron a temas más morbosos, propios
de los niños al encontrar que no sólo empezaba a despertar su curiosidad sexual, sino porque
tenían un primo, Tom, que había sufrido de abuso de la misma índole, y al no entenderlo del
todo bien, les daba morbo saber si él había querido, o si había sido algo obligado.

- Vi a mi hermana besarse con su novio, ¡sus lenguas se tocaban todas!
- ¡Puaaajjh!, nunca me quiero besar con nadie. - Tom los miraba, ilusionado porque quería
hablar igual que ellos, pero se sentía falto de anécdotas y confianza para decirlas en voz alta.
Sólo sonreía, intercambiando sus ojos de uno de sus primos al otro, pero bien calladito.

- Oye... ¿le decimos ya? - Se secretaron entre ellos, obviando mucho que lo único que querían
era hablarle de eso, pero Tom sólo veía curioso, apretando un carrito entre su pequeña
manita.

No entendía, aún sus habilidades sociales eran muy reducidas.
- Vale, dile tú.

- ¡No, tú!

Se pelearon un poco, hasta que uno de los dos se atrevió a hacerlo:
- Queremos saber cómo se siente tener sexo... hemos escuchado a mi mamá decir que tú has
tenido mucho.

𝑹𝒐𝒕𝒐 🥀. "𝐿𝑖𝑎𝑛𝑠𝑎𝑣𝑖𝑜𝑟" 𝒕𝒐𝒍𝒍 .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora