capitulo 30

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Por la tarde decidieron salir con los tíos; Tom pasó por los dos, recibiéndolos a ambos con
una sonrisa. Se juntaron en lo de Tom, y se aseguró de comprar las cervezas y botanas
favoritas de Bill. Las pláticas para él eran mucho más guays de llevar, porque, con cada día
que pasaba siendo amigo de todos, lo incluían más, y ya no era tan ajeno a sus historias.


Querían pasar la navidad en la casa de campo de Dorah, llevarse casas de acampar, hacer
fogatas y no dormir. Emma fue la primera en decir que le pesaba dejar a sus familias en un
día tan importante, y Tom concordó.

Entonces quedaron en dejarlo para el año nuevo y sólo ir a cenar todos, una noche antes.

Bill, por su parte, sólo sentía que el pecho le dolía, porque sería la primera navidad que lo
pasaba completamente solo. Su abuelita nunca la pasaba desapercibida, le gustaba ponerse a
cocinar desde temprano, mirar la televisión hasta la media noche y darle un detalle bonito. La
navidad no suponía para él algo tan significativo, pero si lo pensaba, y se daba cuenta de lo
solo que estaba, llegaba a dolerle mucho el abandono.

- ¿Qué ocupas, bonito?, ¿una cerveza? - Tom le abrazó por detrás cuando vio que tardaba
mucho en volver de la cocina. Bill le apretó las manos frente a su barriga, como devolviendo
el abrazo.

- ¿Tienes jugo?

- Humjum. - Dejó de abrazarlo para ir al frigorífico y mirar dentro. - Manzana, naranja y
mango.

- Ammm... manzana...
- Vaaale - Cantó. Fue a por un vasito de vidrio, donde vertió el jugo un poco más allá de la
mitad. - Servido.

- Gracias, amor. - Tom sonrió, cerrando el frigorífico. Luego lo vio beber un sorbito; sus ojos
maquillados en sombra negra, sus uñas medio despintadas.
- ¿No tenías ganas de fiesta? - Se recargó en el mesón, mirándolo lamerse los labios con la
puntita de la lengua. Negó.

- No muchas...

- Yo tampoco... - Bill sonrió. - ¿te quedas a dormir hoy?
Le dio otro sorbito al jugo y se recargó de la misma manera que Tom estaba, pero no dejó de
mirarle.

- ¿Me prestas pijamas?

Por supuesto, amor.

- Vale, entonces sí... - Le pasó los ojos por el rostro, por sus pestañas largas, medio rubitas, y
sonrió al sentir un calorcito en la barriga. - Te amo.

Tom también sonrió, enamorado, y con su mano le acarició la mejilla.
- Yo a ti. - Después se la besó un par de veces, y lo miró a los ojos. - Qué guapo te ves hoy...

- Hum... - Se rió quedito, y fue a beber un poco más de jugo. - Si quieres regresa con los
chicos, yo voy a terminar de beber aquí.

- Te espero, Billi. - Ambos sonrieron. Tom se cerró bien la chaqueta, empezando a sentir un
poco de frío, e hizo crujir sus dedos antes de sacar el móvil y ponerse a ver si tenía algunos
mensajes.

Bill tuvo ganas de mirar, y de asegurarse de que no tuviera más mensajes con Vincent, pero
se negó, pues desde que había pasado todo eso hace algunos meses, se había prometido no ser
fisgón, así no encontraba algo que quizás no querría ver nunca.

- Mira qué monada... - En cambio se quedó observando al frente, donde podía ver el muro de
la sala de estar, tan grande y bonita que se sentía en hotel de lujo.

En el muro había muchas fotos, pero se concentró especialmente en una de Tom pequeñito.

Miraba muy serio a la cámara, con unos ojos gigantes y ojeras muy rosadas; su cabello
larguito, castaño claro, y los labios separados, desde donde estaba seguro, de que, si se
acercaba más, podría ver su dientito roto.

Tom levantó la mirada hacia donde apuntaba, y sopló burlón.
- Le he dicho mil veces a mamá que la quite de ahí. Parece que me la ha tomado un monstruo
y me he asustado mogollón. - Se rió fuerte, pero Bill apenas hizo sonido.
- A mí me gusta mucho... así te conocí la primera vez. - Tom levantó las cejas.

- No me conociste en mi mejor momento, eso seguro.

- Gilipollas... - Le dio un golpecito con el codo. - Te conocí siendo el más mono de todos.

- Cagando y meando en una cubeta... no puedo creer que aún después de eso me dé pena que
me veas desnudo.

Bill levantó los ojos a los de Tom, quien sonreía genuinamente. No pudo imitarlo, porque los
recuerdos eran vívidos; si se ponía a pensarlo mucho, estaba seguro que podía sentir el frío de
la habitación y su olor.

- Lo siento mucho... - Tom lo miró.

- ¿Qué?

𝑹𝒐𝒕𝒐 🥀. "𝐿𝑖𝑎𝑛𝑠𝑎𝑣𝑖𝑜𝑟" 𝒕𝒐𝒍𝒍 .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora