Cambios

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—Amor... —Julián volvió a llamar por enésima vez mientras golpeaba la puerta.

No obtuvo respuesta. La chica ya estaba cansada de decirle que se vaya y él, aunque también estaba cansado de insistir, lo iba a seguir haciendo el tiempo que sea necesario.

—Dale, amor, abrime la puerta.

—No te voy a abrir, Julián. Basta. —ella estaba con su voz de enojada, pero no de enojada enojada, sino enojada caprichosa.

—Dale Mar, no te podes enojar por eso. —suspiró él, tratando de entablar una conversación de adultos, cosa que no había logrado desde que llegó.

—Sí que puedo, déjame tranquila.

—Mara... —Julián agachó la cabeza, apoyado en la puerta de la habitación—. Es tarde, vamos a dormir dale, abrí.

Se escuchó un sonido del otro lado pero nada más.

—Tenes el sillón ahí. —dijo del otro lado.

Sabía que no le iba a tomar mucho más tiempo convencerla. Mara odiaba dormir sola. Bueno, en realidad odiaba dormir lejos de él. Y él la entendía, ya que le pasaba lo mismo, cuando estaba lejos de ella a la noche le costaba una banda conciliar el sueño y no dormía bien.

Julián volvió a suspirar y supo que no le quedaba otra que formular una disculpa bien cargada para que Mara se deje de joder y lo deje pasar de una vez.

—Amor, perdoname. —dijo—. No quise hablarte así, solo que me pareció un poco... raro, pero no me estaba burlando de vos.

Esperó escuchar algo del otro lado pero nada.

Siguió hablando.

—Sabes que te amo más que nada y necesito que me abras porque no puedo dormir si no estoy con vos y menos si se que estás enojada conmigo.

Si no le abría con eso ya no sabía que hacer.

La puerta se abrió.

La conocía tanto que ya sabía la cara que iba a tener al abrirle.

Estaba tratando de mantener la expresión de seriedad pero sabía que se estaba aguantando las ganas de sonreír, por lo que él no pudo evitar soltar una pequeña risa. 

—¿De qué te reís? —habló ella a la defensiva.

—De que sos una tonta. —se rie él y se acerca para darle un beso.

Mara chasquea la lengua enojada y se vuelve para la cama sin dejarse tocar por su novio.

—¿Vas a seguir enojada? —el futbolista se mordió el labio, acercándose a la cama.

—Sí, ya te podes dormir en tu cama. —habló ella, fingiendo interés en algo que veía en su teléfono.

—Amor ya te pedí perdón. Posta no pensé que iba a molestarte tanto.

—Julián, ¡se murió Liam! ¿Cómo querés que reaccione?

Sí, todo surgió a raíz de la impactante noticia del miércoles de octubre.
Totalmente inesperado para todo el mundo, la muerte del cantante británico dejó a la población en shock, luego de que salga en las noticias que falleció en el barrio de Palermo a la edad de 31 años.

Cuando Julián volvió a su casa después del entrenamiento se preocupó al ver a su novia con los ojos rojos y las lágrimas en las mejillas. Pensó que había pasado algo grave. Para Mara, aparentemente, lo era. Al principio Julián se rió, pensando que lo estaba jodiendo, no podía estar llorando por eso. Y después terminó de cagarla preguntando; ¿Posta estás llorando por eso?
La chica se encontraba más sensible de lo normal en el último tiempo, así que la triste noticia, más la falta de tacto de su novio hicieron una combinación poco agradable.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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One Shots | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora