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Algo de historia.
Alissa.
Corro detras de Luck al ver como apresura el paso. Al llegar afuera veo a James esta apoyado de una palmera y Liam enciende un cigarro con apuro mientras sus manos tiemblan demostrando que no está nada bien.
—¿Por qué los gritos?.
Ninguno de los dos se preocupa en dar explicaciones y quedan en silencio ignorando el comentario del pelirrojo quién entristece su mirada de manera inmediata. Toco su hombro mirándolo, y el se limita a forzar una sonrisa para volver adentro.
Me es imposible no sentirme mal y antes de hacer algo tomo un suspiro para acercarme al italiano con la mirada de James encima.
El rubio ahora está sentado en la arena mirando las olas las cuales rompen contra las grandes rocas, dando calada tras calada a él cigarrillo que reposa en su mano, vaciló un momento en lo que puedo hacer y termino por sentarme a su lado mojando mi vestido cosa que no le prestó atención.
Ni siquiera es capaz de mirarme, escucho el portazo del ruso cuando también entra a la cabaña dejándome sola y se está enojado pero lo dejo de lado y me centro en el.
En verdad me apena el rostro de Liam, sus mejillas están rojas, su nariz igual y lagrimas suplican salir de los azules ojos que adornan su rostro los cuales ahora están muy rojos e irritados.
Su cabello esta despeinado, reparo sus manos y me lamento por eso, sus nudillos están manchados de sangre, y su pantalón igual.
El rencor lo está consumiendo y al parecer era algo que había disminuido pero que ahora se multiplicó. Acerco mi mano a su rostro obligándole a que me mire mientras le repito que lo haga. Y no sé contiene.
Empieza a soltar lágrimas y me acerco mientras lo acuno en mis brazos dejando que lo haga. En verdad el necesita soltar un poco dep esa carga que lleva dentro desde años, su cabeza queda en mi pecho mientras llora intentando callar sus lamentos cosa que no le funciona.
—Todo está bien
Me esfuerzo por distraerlo con lo que puedo para parar su llanto el cual empapa mi vestido. Suspiró por última vez y la idea que se me cruza por la mente puede ser una espada de doble filo, que puede empeorar o mejorar las cosas.
—James me beso.
Suelto las palabras con rapidez y como es de esperarse me arrepiento al instante. Pero por otro lado Liam se aparta de mi cuerpo, limpia sus lagrimas con rapidez y respira repetidas veces. Me mira unos segundos y en su rostro se planta una sonrisa coqueta.
Ahí está el Liam que conozco.
—¡Más te vale que me cuentes todo!.
Rio y el se cruza de brazos, vuelve a mirar en dirección al mar el cual ahora está un poco más calmado y parece pensar algo que decir, solo espero que pueda entender que fue solo un beso.
—¿¡Por qué no me lo habías dicho!? ¿Cuando fue? ¿Como fue? ¿Fue el? ¿¡Fuiste tú!?.
El sin ningún rastro de tristeza cosa que agradezco porque conseguí lo que quería inhala buscando aire preparándose y así me bombardea con más preguntas.
Empiezo a decirle todo lo que pasó con lujo de detalles y con cada cosa que digo el grita de emoción haciéndome reír, como si hubiera sabido que pasaría en cualquier momento cosa que, no me extraña. La verdad yo más que nadie esperaba ese beso.
—Eres buena animando a las personas.
Sonrió al ver que el se esfuerza por hacerlo, paso un brazo por su cuello y lo abrazo atrayéndolo a mí para dejar un beso en su cabello el cual pese a lo despeinado que esta es excesivamente suave y con un olor delicioso.
