Capitulo 9

34 7 1
                                    

━━━━━━ ∗ ⋅♛⋅ ∗ ━━━━━━

Charlas nocturnas.

Alissa.

Dos y media de la madrugada. Y aún no puedo dormir. Llevo más de tres horas dando vueltas, contando ovejas, leyendo tratando de conciliar el sueño y no lo consigo, esta es una de las peores cosas que existen en la vida, querer dormir y no poder hacerlo.

Eso sí que es horrendo.

Con molestia y el estrés acumulado en mis huesos salgo de mi cuarto y empiezo a caminar para ir a la cocina tomar un vaso con agua y así poder ingerir uno de los sedantes que conseguí hace unos meses.

Mi cuerpo clama descanso y eso seguramente ayudará. Al llegar a la cocina busco con cuidado y extrañamente las encuentro con rapidez.

—¿Tu tampoco puedes dormir?.

Escuchó una voz familiar y por primera vez no brinco del susto al oírlo. Creo que me estoy acostumbrando a sus apariciones repentinas en la oscuridad y ya no me molestan tanto.

—No, aún no. —suspiro.

—Ven conmigo.

James sale de la cocina y aunque me toma por sorpresa su petición tan repentina decido ir detrás de él. ¿Por que? Pues, no tengo nada de sueño y no me haría mal hablar con alguien aunque, no se si James sea la mejor opción.

Lo sigo en penumbras hasta la sala y luego empieza a abrir la puerta de la casa para salir al jardín en ese momento noto que como la noche anterior no lleva una camiseta puesta ni tampoco calzado.

—¿Que hacés?.

Lo miro y el no me contesta, solo camina como si salir a las dos de la mañana se tratase de lo más normal del mundo, al parecer no le molesta ni el frío ni la oscuridad, aunque siendo de Rusia era de esperarse.

Admito que siempre he sufrido de insomnio pero nunca he hecho algo así y por Dios. ¡Ni siquiera lleva una camisa puesta! Y sale al jardín como si nada..

—Alissa, ven.

Miro a todos lados como si hubieran más personas a las cuales pudiera llamar y el me hace señas con su mano notando que no estoy convencida de acercarme. Camino a pasos lentos y el frió de la madrugada recorre mi cuerpo erizando mi piel y sujeto mis manos en busca de algo de calor.

La luna ilumina el jardín y el sonido de la brisa hace eco en el ambiente es lo único que se escucha por ahora. La oscura noche se cierne sobre nosotros y el frío aumenta al caminar.

El al notar que lo sigo sonríe y se dirige hacia un pequeño espacio donde mi madre suele tomar té con las amigas que vienen a visitarla cada fin de semana. Sillas y una corta mesa llenas de flores por doquier adornando el lugar.

—¿Que hacemos aquí?. —tomo asiento a su lado—. Se que estás asustada. Así que, intentaré aclarar tus dudas.

¿No podía ser en otro momento?.

—Tengo frío. —susurró.

Sus ojos recorren mi cuerpo con lentitud y noto como acerca su mano y la pone sobre mi espalda dando palmaditas muchas veces.

—¿Que mierda haces?.

Lo miro arqueando una ceja y el sonríe mostrando su dentadura perfecta y esos colmillos afilados, dejo de admirarlo y noto como sigue golpeándome. Que cree que soy. ¿Un perro?.

—Intento que se pase el frío. —dice

Su mano sigue moviéndose por mi espalda y yo lo sujeto con fuerza para que se detenga. No está ayudando en nada.

El Legado De La Mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora