Capitulo 12

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Cambio de habitación.

Un día antes de la fiesta

Alissa.

Ya pasaron más de cinco minutos y mi cabeza aún sigue apoyada en el hombro del ruso a quien no parece molestarle, el aire frío de la noche golpea mi cuerpo, y cuando lo observó sus ojos están clavados en el cielo.

Los mios en el.

El cielo azul estrellado se cierne sobre nosotros con majestuosidad, la brisa está en un constante vaivén y el perfume de James invade mis fosas nasales llevándome al delirio, las personas tienen un olor en particular, una esencia, y la suya simplemente exquisita

-James. -susurro.

-Que pasa.

-¿Me cantas?.

Miro su rostro y el hace lo mismo cuando suelta una carcajada. Aunque no era lo que esperaba continua riendo por unos segundos y solo lo observó con seriedad esperando a que se calle.

-Espera, ¿En serio?.

-Si. -sonrió.

-Alissa, ni en juego haré eso.

-¿No lo harás? -tomo su cara haciendo que conecté sus ojos con los míos y le doy la mirada más triste que puedo-. ¿No lo harás?.

El ruso me mira por unos segundos y con fastidio rueda sus ojos mientras toca el puente de su nariz con molestia, un suspiro, dos suspiros. Y...

-Cantaré. -acepta-. Pero no lo volverás a oír jamás en tu vida. Y sólo lo hago porqué se que estas asustada.

-¡James me cantará una canción! -chillo de emoción-. ¡Calla! -me cubre la boca.

-Perdón -susurro-. ¿Que cantaras?.

Cuando pregunto el se mantiene en silencio por unos segundos como si no supiera que responder por lo que lo miro ansiosa esperando su respuesta.

-No tengo idea. Y no es que no quiera.
-me mira-. Porque en verdad no quiero, pero tampoco me se alguna canción.

-Pero yo...

-Vengan ya.

Luck entra de imprevisto al balcón y cuando termina de hablar corre alejándose con rapidez sin dar alguna explicación, los dos nos miramos con confusión por lo que James me ayuda a levantarme y ambos salimos del balcón.

Cuando llegamos hasta la cocina nos damos cuenta que no hay nadie, empezamos a buscar en la sala y seguimos sin encontrar a algún empleado o algo.

-Donde mierda están.

-James. ¿Estas escuchando lo mismo que yo?

Con el paso de los segundos la música de The weekend se apodera de la mansión volviéndose intensa y el sonido retumba por todas partes haciendo vibrar nuestros cuerpos como si estuviéramos en una discoteca o algo por el estilo.

-Que carajos. -me mira y yo río al ver su cara.

Al saber de dónde proviene corro a las escaleras, con el ruso siguiéndome, subo a mí habitación y al llegar veo las luces encendidas, el equipo de sonido de Analía, comida y golosinas por todos lados y un desorden inmenso.

Río al ver a Luck con un sombrero y gafas coloridas mientras juega con el sonido de la música en su laptop. James entra al cuarto, tapa sus oídos y logró escuchar como maldice haciendo que vuelva a reír.

El Legado De La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora