Capítulo 11

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Pronto caería la tercera noche en la que no he compartido, ni de la manera más inocente, la cama con Oleg.
Desde que se había ido de caza apenas y comía. Los antojos por alguna extraña razón se habían ido y los mareos que sentía al ponerme de pie también se había desvanecido. Ahora podía ir a la cocina por mi misma o por lo menos sólo caminar alrededor de la habitación, como si fuese un animal enjaulado. Aunque, si lo pensase bien, eso era justo lo que yo era. Una Loba enjaulada.

Nina no se había aparecido en todo el día, cosa que en realidad me sorprendía. Ella jamás me dejaba sola más de unas pocas horas.

Así que salí de la casa, soprendiendome por que no hubiese nadie custodiandola.
Mis instintos se pusieron en marcha, agudizando cada sentido en mi.

Pero no escuchaba nada, no sentía nada y por supuesto no olía a nada. Sólo parecía que todos se fueron lejos, sin mi.

Mi corazón se aceleró, no harían eso. ¿O si?

Sola era un blanco fácil para los Vurdalak. Y no podría transformarme por que eso seria poner en riesgo a mi cachorro.

Camine hacia la plaza del pueblo, pero antes de llegar por completo, un hedor a muerte me golpeó con fuerza, provocando que mis náuseas regresarán y que devolviera todo el contenido de mi estómago.

Trate de ignorar el hedor.
Trate de regresar a casa e irme de ahí.
Pero la curiosidad pudo con todas las alarmas en mi cabeza que me decían que me alejara de ahí.

Me acerqué un poco más, encontrándome con pilas y pilas de cadáveres esparcidos por todo el lugar.

En el centro de todo aquel horrible escenario, se encontraba un hombre, alto, delgado y de piel muy pálida. Supe lo que era antes de si quiera acercarme.

-La puta del Alpha. ¿Qué haces todavía viva?.- Gritó, sin si quiera voltearse.

-Decido la manera más horrible de matarte, Vurdalak.- Respondí, escupiendo su nombre.

-Pero que valiente chiquilla. ¿Dónde te encontró esa bestia que tu llamas "Alpha"?.- Se volteo lentamente, dejándome ver lo que hacía.

Tenia a un cachorro de unos cuatro años cubierto de sangre, pero aún vivo.

-Sueltale, Monstruo. Regresa por donde llegaste y no vuelvas más.- Exigí, temiendo por la vida del niño.

-¿Ésto?.- Levantó al niño lo más alto que pudo, haciendo que él pequeño perdiera el color de su rostro.- Si así lo quieres, lo haré.- Hizo ademán de arrojarlo al suelo pero mi grito le detuvo.

-¡Basta! ¿Porqué has venido? No tienes nada aquí.- Mi voz tembló un poco, pero rápidamente pude recuperarla.

-¡TIENEN ALGO QUÉ ME PERTENECE! ES MÍA, SON MIOS.

Por un momento no entendí de que me hablaba, hasta que recordé a la muchacha que estaba siendo juzgada públicamente por estar con uno de ellos, por llevar a uno de ellos.

Pero yo no sabia si ella aún seguía con vida.

-La chica, ella..

-Czarina.- Murmuró, sus ojos se veían apagados y su mirada estaba pérdida más haya de donde yo podía alguna vez saber.

-N-No se si aún está con vida.

Él Vurdalak encontró de nuevo su mirada con la mía y con su mandíbula apretada y los ojos inyectados en sangre volvió a levantar al cachorro y lo arrojó a al suelo, acabando con su vida.

-Está con vida y esta con tu Alpha. Creo que él accederá regresarmela a cambio de su perra.

Yo por mi parte aún no terminaba de salir del asombro, lo había asesinado y claramente no le había importado ni un poco.

Una vez que término de hablar, quise correr pero rápidamente lo tenia frente a mi, sonriendo con malicia.

-No, perra.

Luego vi todo negro.

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Perdón por el abandono :c
Subiré más rápido, Prometido :3

Luna por Elección (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora