Desperté con un terrible dolor de cabeza, sentía palpitar la zona donde el Vurdalak me golpeó. Me encontraba en lo que parecía una cueva, estaba helando ya que habia caído la noche, el suelo era muy frío y duro. Escuchaba los chillidos de los murciélagos por el eco de la cueva, toda mi piel se erizo.
Trate de ponerme de pie y lo logre, apoyándome en la pared de la cueva y dando pasos con torpeza hasta llegar a la entrada del lugar.Una cortina de lianas cubría su entrada y podía escuchar la corriente de un río a unos metros de ahí.
Cuando aparte la estorbosa planta que me impedía ver hacia afuera casi caigo al vacío.Estaba en lo más alto de la Montaña, en una pequeña cueva en el centro de esta.
Observé las posibilidades de poder bajar pero todas y cada una de ellas sugerían un fuerte golpe y eso era a lo que menos podía estar expuesta ahora.
Así que hice lo que mejor podía hacer en un momento así...
Gritar.
-¡MONSTRUO! ¡VEN AHORA!.- El eco de la cueva fue casi ensordecedor, pero tenia que llamarlo, no podía quedarme aquí.
-No grites, perra. O atraerás a otros como yo y ellos si se desharán de tu pequeña bestia.-
Hizo un gesto despectivo hacia mi vientre, el cual protegido instintivamente.¿Cómo pudo saber que estaba preñada?
-Tu olor te delata.- Respondió a mi pregunta no formulada.- Admito que amo el aroma a embarazo, doble sangre, doble vida que quitar.
Su sonrisa estaba llena de malicia y sus ojos estaban completamente negros.
-¿Porqué crees que tú compañera aún está con vida? Si no la encontraste en el pueblo quizá ya...
-No está muerta.- Gruño, tomándome del cabello con fuerza.- Tú Alpha la tiene, la llevan consigo porque saben que tiene mi olor y el de mi hijo. Los demás le temen.
-¿A qué te refieres? Sabes que arruinaste su vida, ninguna mujer quisiera estar con alguien como tú, monstruo.
-Galina, cierra el hocico.- Sus comentarios hacían mi sangre hirviera.- Mi nombre es Akim, el segundo más viejo de los Vurdalak que han existido. Mate al primero. Czarina se entregó a mi en cuerpo y alma, jamás fue forzada y lo que lleva consigo es Mío. Mataré a los que me lo arrebataron.
Mi boca estaba seca, yo había escuchado hablar de Akim, él era tan poderoso que matar para él, se había convertido en algo aburrido. Akim no se metía con nadie, pero nadie tampoco quería meterse con él. Akim se había ganado su nombre entre las comunidades de la fría Rusia, Akim era para muchos, un dios.
-Perdonales la vida, ellos no lo sabían.- Rogué, acercándome a él.
-No quiero escucharte mujer, ellos no se ganarán mi perdón.
Ahora, agárrate fuerte a mi, o muere.Y diciendo esto salto fuera de la cueva, cayendo limpiamente en suelo.
-Te daré tiempo de despedirte.- Susurro, para luego desaparecer de mi vista.
Segundos después, Oleg apareció frente a mi con su tropa.
-Galina, ¿Qué haces aquí?.- Preguntó preocupado y sorprendido.
-Akim, Akim... Él...
Czarina se acercó de prisa donde mi, a pesar de las pesadas cadenas que cargaba.
-¿Él esta aquí?.- Su voz estaba cargada de preocupación, ¿Acaso le temía?
-Si, me trajo, quería que me despidiera. Oleg, tenemos que irnos.
-¿Qué sucede? No huire.- Gruño, desenvainando su espada.
-Aunque lo intentes no lo lograrías, perro.
Akim caminaba hacia nosotros como paso firme y sin desviar la mirada, ni por un segundo.
-Tus perros no lo lograron.- Oleg y yo fruncimos el ceño ante sus palabras, no lo entendimos hasta que miramos hacia los guerreros de Oleg.
Todos muertos.
-Czarina, ven conmigo querida, no quiero que te ensucies de Sangre.- Sonrió, extendiendole la mano a su amada..
-Akim, es mi Alpha, no lo asesines.- Pidió Czarina.
Agradecí a los dioses por la lealtad que ella aún conservaba.
-Ese perro sólo te daño, amada. Quiero matarlo.
Oleg se encontraba frente a mi, protegiendome de Akim, no intentó atacarlo ya que sabía que jamás podría vencerle.
-Él me hizo daño.- Concordo Czarina.- Pero la Luna Galina me defendió, estoy en deuda con ella.
Czarina me miró a los ojos, asegurándome con la mirada de que nada saldría mal y no dude de ello en ningún momento.
-Como desees, mi vida.
Y diciendo esto Akim tomo a su amada y se alejo perdiéndose en la oscuridad de la noche.
-¿Estas bien?.- Preguntó Oleg, con mirada preocupada. Por fin había relajado sus músculos, ya no parecía un muro humano, ahora solo era una pared.
Me reí por la comparación.
-¿Porqué ríes?
-Las personas ríen cuando están felices.- Conteste, sonriendo.
-Entonces, ¿Porqué estas feliz?
-Porque estoy contigo.
Y sin decir más, me beso.
****
¿Qué es eso?
¿Un ave? ¿Un avión?
¡No!
¡Es otro capítulo!
Okno xD
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Luna por Elección (Completa)
WerewolfUn sacrificio. Una nueva oportunidad. Era tiempo de dejar de compadecerme. Era tiempo de buscar mi propio destino. Era hora de que actuará valientemente. Aunque eso signifique regalar tu libertad por los demás. 2do libro de la Mujer del Alpha. Novel...