Capítulo 14

56.5K 4K 209
                                    

Junto a Nina se encontraba una señora no muy mayor, recostada en una cama improvisada, con el rostro prácticamente destrozado. Y aunque algunas heridas ya habían sanado, la señora aún se miraba en muy malas condiciones.

-¡Alpha!.- Grito Nina, corriendo hasta Oleg y dejándose caer a sus pies.- Por favor, curele. Prometo pagarles a usted a mi Luna. Por favor, esta muriendo.

Fue hasta ese momento que me pude percatar de que Nina estaba llorando. Pero, ¿Porqué le pedía sanación a Oleg? ¿Acaso él...?

-El Alpha del este necesita una compañera para pasar el calor, tendrás que ir con él todo el tiempo que él sienta sea necesario. ¿Estás de acuerdo, Nina?

El rostro de Nina ni siquiera se immuto ante las palabras de Oleg, casi parecía que se las esperaba.

-Si Alpha. Cumpliré con las ordenes de el Alpha del este. No escuchara quejas sobre mi comportamiento.- Nina tenía la mirada baja y jugaba nerviosamente con sus manos.

Por supuesto yo también estuviese nerviosa si a los quince años me entregarán a un extraño.

-Muy bien.- Colocó su mano en el hombro de la joven, como si estuviese... ¿Consolandola? No lo sé, mi único pensamiento era el de repulsión hacia el comportamiento de Oleg.

-Luna.- Susurro Nina.- Debemos salir.

Su mirada era suplicante y aunque la curiosidad me mataba por saber cual era el don de Oleg, le obedecí. Su madre necesitaba el tiempo que le estábamos robando.

Oleg tardó casi una hora junto a la madre de Nina.

Les esperamos afuera todo el tiempo. Aunque Nina insistió en que fuera a descansar, quería saber si su madre iba a estar bien.

Cuando por fin salió, me miró primero a mi y sonrió, luego miró a Nina y asintió en su dirección.

Nina corrió hacia Oleg e inclinando su cabeza, le agradeció su ayuda. Para luego correr dentro de la casa.

-¿Cómo le has salvado?.- Pregunté, sin poder detener mi curiosidad.

Él, por su parte, solo me sonrió de forma burlona y continuó caminando.

-¿No me dirás?.- Insistí, siguiéndole hacia nuestra casa.

-No hasta que te ganes esa información.- Exclamó, con una sonrisa.

¿Qué si se estaba burlando de mi? Si. Lo estaba haciendo.

No continúe hablando hasta que llegamos a casa, azotando la puerta una vez que estuvimos ambos dentro.

-Llevo a tu cachorro, Oleg. No puedes ocultarme nada. No por Freyja pero si por un destino que nos quizá juntos.

Yo me comenzaba a enfurecer, no podía aceptar que mantuviese secretos para mi.

-Loba, esconde tus garras.

Y para colmo, a él le parecía divertido.

-No te burles de mi, Oleg. No sólo tú tienes poder aquí.

-¿Y que poder tienes tú?

Su pregunta no fue lo que en verdad acabo con mi poca calma. El verdadero detonante fue la sorpresa, para nada fingida, que se reflejo en su rostro.

-Tengo el poder de una madre beta realmente cabreada.

Hable lentamente, haciéndo énfasis en cada palabra. No quería alborotarme, pues no era bueno para el bebé.

-El calor aún no me pasa, Loba. Verte cabreada me hace querer domarte.- Necesidad. Eso era lo él estaba desprendiendo por cada poro de su piel. Y yo, por supuesto, no era de piedra.

-No trates de distraerme, Oleg. Soy tu Luna. Exijo respuestas.- Y en esa oración se fue mi ultimo gramo de voluntad pues él sabía cómo encender cada nervio de mi cuerpo con unas pocas palabras.

-Tendrás tus respuestas, Loba. Pero yo también te exijo el pago antes.

Y acercándose lentamente a mi, como cual lobo acecha a su presa, me acorralo y luego me beso.

Un beso cargado de necesidad.
Un beso apasionado.
Un beso.
Como si fuera la última vez.

Luna por Elección (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora