Tomé mi ropa, me la acomodé enojado, dije algunas palabrotas y salí golpeando la puerta del departamento, no importando lo que dijera Ethan, ni mucho menos la gente que se hospedaba en aquel lugar. Tome un taxi dirigiéndome a mi casa. Cuando llegué, nadie había despertado aún, me dirigí a la cocina, bebí un vaso de agua y me fui a mi pieza dejándola cerrada con seguro. Me saqué la polera y vi muchas marcas de Él que trate de maquillarlas, aun así debo reconocer que hice el intento, y aquello no sirvió de mucho. MALDICION! ¿Por qué me hizo esto?...
Por último, me eche de golpe en mi cama tratando de olvidar todo lo jodidamente perfecto que ocurrió entre Ethan y yo. Desperté a media tarde, mi padre estaba trabajando en la empresa, mi madre trabajando en la clínica, Alexander también, y mi hermano chico quizás salió con su novia, así que tenía la casa para mí solo. Por suerte en la despensa había galletas y quequitos, así que me ahorre en cocinar. Tomé las llaves del auto de la casa, y mientras abría la compuerta, apareció un auto descapotable bajo de color rojo que se estaciono en la salida de mi casa. -imbécil! A quien se le ocurre estacionarse en la salida!-protesté conmigo mismo mientras Salí hacia afuera con la intención de pedirle que se corriera. Aun nadie abría la puerta, así que golpeé suavemente ese costoso auto
-disculpe... ¿se podría correr unos metros?, este lugar es un recinto privado-salió Ethan quien llevaba un abrigo hasta su muslos, ¿de verdad aquel condenado podría verse mejor? Eso es imposible...
-hola Nath!-dijo alegre mientras bordeaba el auto, para luego intentar abrazarme a lo que yo le negué secamente-¿qué sucede?-me miró con aquellos ojos que tanto amaba.
-¿se podría saber qué haces acá?-le dije lo más cortante posible.
-vine...-estaba nervioso, él no entendía el porqué de mi actuar, intentaba sacarme una sonrisa, pero no podía...mientras que yo me sentía usado por él-vine a entregarte el auto, por tu regalo de cumpleaños-otra de sus sonrisas a las que me mantuve serio.
-puedes quedártelo-musité sin ninguna expresión en mis facciones.
-que te sucede...? Te lo traje desde Alemania, hay pocos en el mundo, de hecho USA, no permitía ingresarlo, pero ya sabes...
-me importa un carajo de donde lo hayas traído! Yo no lo quiero.
-que te sucede? -no le respondí-que te sucede?-lo ignoré otra vez, pero ahora, él tomó mis manos-no... ¿No te gustó lo de ayer?-me las soltó simplemente porque lo miré con una apatía tan propia de su amigo Omega. Aun así tenía ganas de responderle que lo Ayer fue lo más emocionante y lindo que he hecho en mi vida...pero...pero...
-sabes Ethan, no se me apetece hablar contigo por ahora.
-necesito saber por qué...
-vete, no te quiero ver por ahora
-no...No te gustó? Tuve cuidado, sólo por ti!
-te dije que no quiero hablar de ello!-me di la vuelta, y apreté el botón para cerrar la corredera. Definitivamente, ahora no iba a salir a ningún lado.
-dime por favor...que hice mal, si no te gustó, podemos cambiarlo, solo dime que cosa fue...-sentía su propia confusión, pero no iba a dejar que me persuadiera con su mirada perdida, la cual, solo yo podía volver a la normalidad.
-...quieres saberlo? Pues...-en eso, ambos escuchamos una bocina, era Dereck, quien se bajaba de su Camaro-lo único que te diré-le dije mientras me dirigía al auto de Dereck-es que para tu próximo juego de una noche, no lo lleves donde estuviste con tu ex.-si...en la mañana me había despertado, y vi de reojo, el velador de ese hotel en que decía....Aldrich y Ethan por siempre, encerrado en un corazón, fue la razón por la cual me sentí vejado, usado, no sé, fue extraño...¿acaso Ethan hizo conmigo en la cama exactamente lo mismo que hizo con Aldrich?
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Assassin's Diary
Action¿Cómo te sentirías si te reclutan en una organización de espías y asesinos? ¿entrarías en ella para conocer todo tu potencial o te quedarías viviendo una vida rutinaria y normal? Soy Nathaniel Xeraffi, judío americano. Un chico de apariencia normal...