Capítulo XVIII: Aléjate.

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Desperté de aquel sueño que había tenido, había sido emocionante, y a la vez raro. Nunca antes había tenido sueños eróticos. Era tan real...era como si estuviese sintiendo cada toque, cada roce cada segundo. A las 10 de la mañana, y como día viernes, tenía clases después de almuerzo. Así que sin más me fui a bañar y luego a ayudarle a mamá.

-hola ma!-le di un beso en la frente.

-Nathy, me asustaste-dijo mientras cocía unas papas.

-¿qué desayunaremos?-

-¡son las 11:30 de la mañana! a esta hora no se desayuna en mi casa-me retó como siempre lo hacía.

-lo sé. Solo te estaba molestando...mamá, ¿no tienes trabajo en la noche?

-sí, me toca un turno de noche. ¿Qué con eso?

-nada, solo quería invitarte a comer por ahí, al centro comercial-

-a las 18:30. ¿Te parece?-me dijo contenta.

-me parece una excelente idea. Salgo de la universidad a las 17:40, me pasas a buscar...ahora voy a mi habitación a estudiar un rato.

-estudie hijo-sonrió orgullosa.

-madre, ehh, se me había olvidado decirte que tengo una conferencia en...-iba a decirle en Japón, pero preferí mentir para que no se preocupara.-en Nueva york.

-¿conferencia de qué?

-¿recuerdas que trabajo?

-ah, si...pero hijo, tu eres aun joven, tienes toda una vida para hacerlo, no me mal entiendas, me siento muy orgullosa de que tengas un trabajo de investigador y todo eso, pero no quiero que te estreses, mira a tu padre y a mí, ambos somos algo mayores, estamos cansados de trabajar, imagínate tú, que tienes recién 22 años ¿cómo estarás a los 55?

-tranquila madre... el trabajo es muy exigente, pero lo puedo hacer- la abracé.- tengo que partir en una semana.

-por lo menos me dijiste con anticipación-dijo algo molesta.

-te quiero mamá. Ahora subiré. Me llamas cuando esté listo el almuerzo.

-ok Nathy.

-Que no me llames así-grité desde la escalera.

Estuve un rato con mi katana ensayando, hacia movimientos suaves, luego ágiles y así sucesivamente hasta que me saturé de tanto movimiento. Luego tomé mi cuaderno y le eché una leída superficial ya que toda esa materia me la sabía al revés y al derecho.

Mientras iba de camino a la universidad en el bus de las 13:40, recibí un llamado en mi descriptor de Isaac quien hace un tiempo no sabía nada de él.

-hola Nath!- saqué una especie de Bluetooth para ponérmelo en el oído y escucharle.

-¡Hola Isaac! Tanto tiempo! ¿Dónde te habías metido?

-estuve de vacaciones en Ibiza, deberíamos ir algún día.

-¿y quién te dio permiso para ir a Ibiza?-pregunté risueño.

-soy Assassin, tengo permitido ir donde se me dé la gana-rió-

-jaja, eres un gilipollas.

-y tu un serio de pacotillas...-reí-te llamaba para preguntarte si irás a Japón.

-sí, ¿acaso puedo negarme a ir?

-es obligación a menos que...no, a menos que nada la verdad. Tienes que ir si o si.

-entonces nos vemos allá, a menos que estés por Estados Unidos y quieras salir a algún lado.

-no puedo, de momento estoy en México haciendo unos trámites legales y no puedo despegarme de Tijuana, que por cierto es muy hermoso... nos veremos en Japón-

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