Capítulo 17: Nuevos Horizontes
La ciudad de París se extendía ante Mía como un lienzo lleno de posibilidades. Sin embargo, a pesar de su éxito en el café y de su constante esfuerzo por mantenerse ocupada, no podía evitar sentir un vacío persistente. Después de la despedida con Iván, algo dentro de ella había cambiado. No solo su vida profesional había tomado un giro inesperado, sino también su visión del futuro. La pregunta que siempre la había perseguido, sobre cómo equilibrar sus sueños personales y su vida amorosa, ahora parecía aún más relevante.
El día después de su reencuentro con Iván, Mía decidió caminar por las calles de París. Le hacía falta aclarar su mente, algo que nunca había logrado hacer completamente mientras estaba atrapada en los preparativos y actividades del café. Esa tarde, mientras paseaba por Montmartre, no pudo evitar sentirse pequeña ante la magnitud de la ciudad. Todo parecía tan grande, tan lleno de historia y de vida. Y, sin embargo, ella se sentía como si aún no hubiera encontrado su lugar aquí.
Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que tal vez lo que necesitaba no era otra relación, ni siquiera una respuesta clara sobre lo que podría haber sido con Iván. Lo que realmente necesitaba era encontrar su propio camino, sin depender de las decisiones de los demás.
Un Nuevo Comienzo
A lo largo de las semanas siguientes, Mía se sumergió aún más en el trabajo. Estaba decidida a llevar el café a otro nivel. Decidió organizar talleres de escritura, cenas literarias, y más eventos que promovieran la conexión entre escritores, lectores y la comunidad. Cada evento que organizaba era un reflejo de su pasión, de la vida que había logrado construir con tanto esfuerzo. Sin embargo, había algo en su interior que seguía llamándola. París, a pesar de ser un lugar de crecimiento personal y profesional, ya no era lo que ella pensaba que sería.
Una tarde, mientras organizaba los archivos de su café, Mía recibió una llamada inesperada. El número que aparecía en su pantalla era de una agencia literaria que había contactado meses atrás para discutir una posible colaboración. Después de una breve conversación, Mía quedó sorprendida al enterarse de que se le había ofrecido la oportunidad de escribir y publicar su propio libro sobre su experiencia en la industria del café, cómo había transformado su vida a través de la lectura y la escritura.
Al principio, no podía creerlo. Durante años había soñado con ser autora, pero siempre pensó que su pasión por los libros era solo un pasatiempo. La idea de que ahora alguien quisiera que compartiera su historia en un libro le parecía surrealista. Pero también sabía que esta oportunidad podría ser la que necesitaba para dar ese paso definitivo hacia adelante, hacia algo que era verdaderamente suyo.
Un Encuentro Inesperado
Una tarde, mientras Mía terminaba de revisar un manuscrito para su próximo evento literario, alguien entró al café. No era un cliente regular, y al principio no lo reconoció. Pero cuando esa figura se acercó a su mesa, la voz familiar la hizo levantar la mirada. Iván.
Él estaba de vuelta en la ciudad, y aunque Mía había intentado no pensar demasiado en él, la visión de su rostro, ahora más maduro, la tomó por sorpresa. No estaba seguro de qué había motivado su regreso, pero algo en su mirada parecía decidido.
—¿Puedo sentarme? —preguntó Iván, con una sonrisa cautelosa.
Mía asintió sin decir nada, dándole la bienvenida a esa presencia que había marcado su vida de tantas formas. El aire entre ellos era diferente, más ligero, como si ambos hubieran dejado atrás el peso de las decisiones pasadas. Iván se sentó y miró a Mía con una mezcla de curiosidad y vulnerabilidad.
—¿Cómo has estado? —preguntó él, rompiendo el hielo.
Mía lo miró, sabiendo que no podía ocultar todo lo que había cambiado en su vida. Sabía que él había estado pensando mucho en ella, pero también sabía que las respuestas ya no eran tan claras como antes.
—He estado bien. Más tranquila. Mi café sigue creciendo, y estoy trabajando en algo que nunca imaginé: escribir un libro.
Iván la miró con asombro.
—Eso suena increíble, Mía. Siempre supe que tenías algo grande dentro de ti.
Mía sonrió, pero algo en su pecho le decía que este encuentro no era solo sobre los logros profesionales. Era sobre algo más.
—¿Y tú? ¿Cómo has estado?
Iván la miró y su sonrisa se desvaneció un poco. Parecía como si él estuviera cargando algo dentro de sí mismo, algo que no podía expresar con palabras, pero que estaba claramente allí.
—He estado... tratando de encontrar respuestas. No estoy seguro de si he hecho lo correcto, si mi vida en París es lo que realmente quiero. He aprendido mucho, pero hay algo en mí que no me deja en paz. —Hizo una pausa y miró a Mía—. Creo que... creo que aún te pienso. A veces, me pregunto si nuestra historia terminó o si solo está esperando otro capítulo.
Mía sintió un leve nudo en el estómago, pero decidió no dejarse llevar por la emoción. Sabía que sus propios sentimientos hacia Iván no habían desaparecido, pero también sabía que no podían seguir girando alrededor del pasado.
—Tal vez nuestra historia nunca terminó —dijo Mía, sin mirarlo directamente—. Tal vez necesitamos más tiempo para descubrir lo que ambos queremos. Pero no sé si este es el momento para hablar de eso. Estoy construyendo algo por mí misma, Iván. Algo que me pertenece.
Iván la observó durante un momento, como si estuviera evaluando sus palabras, sopesando lo que acababa de decir. Luego asintió lentamente.
—Lo entiendo, Mía. Quiero que seas feliz, y sé que lo que has logrado aquí es impresionante. No voy a ser un obstáculo para eso. Quizá lo que necesitamos es tiempo, para ser quienes somos antes de decidir qué hacer el uno con el otro. Y si algún día nuestros caminos se cruzan de nuevo, lo haremos con todo lo que hemos aprendido.
Mía lo miró, sorprendida por la madurez y la comprensión en sus palabras. En ese momento, sintió que ambos habían llegado a un entendimiento tácito. Lo que había sido, ya no podía ser. Pero lo que podría ser, aún estaba por escribirse.
Nuevas Perspectivas
El resto de la tarde pasó en un suspiro. Conversaron sobre todo lo que había pasado en sus vidas, pero sin aferrarse a lo que había quedado atrás. Era un momento de cierre, pero también de apertura hacia nuevos horizontes.
Al despedirse, Iván dejó una sonrisa cálida y sincera.
—Mía, espero que encuentres todo lo que buscas. En París, o donde sea que te lleve la vida.
—Y yo espero que tú encuentres lo mismo —respondió Mía, con una sonrisa triste pero llena de esperanza.
Mientras lo veía alejarse, Mía supo que este era el cierre de un capítulo importante, pero que el libro de su vida aún tenía muchas páginas por escribir. En ese instante, se sintió más fuerte y más segura de lo que nunca antes había estado. París podía ser su hogar, pero el verdadero viaje comenzaba dentro de ella misma.
Este era su momento. Y lo iba a aprovechar.
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Viviendo con mi hermano
RomanceMía se muda otro país con su hermano Julián. Donde tendrá amistad, amor, desamor y muchas cosas más.