Escarlata | KTH + JJK

DIECISIETE

Había despertado a media noche, según el reloj en la pared del frente. Taehyung aún jugaba con algunos mechones de mi cabello, y cuando me removí ligeramente, dejó su celular a un lado para ponerme toda su atención.

—¿Cómo estás, bello durmiente? —se acercó con una sonrisa y dejó un beso suave sobre mis labios.

—¿Cuánto dormí? —pregunté, todavía adormilado.

Él apoyó su cabeza en una mano mientras usaba la otra para acomodar mi cabello, y noté que no se había quitado el guante, como si siempre quisiera mantener su toque cálido y controlado.

—Llegamos como a las cinco. Entre que te duchabas y te vestías pasó una hora más —explicó, sonriendo ante mi expresión somnolienta, y luego asintió, como si hiciera un cálculo mental fugaz—. Dormiste seis horas.

Sonreí, sintiéndome completamente descansado. —Estaba agotado... hoy ayudé a decorar el campo de básquet con Jay —dije, acomodándome boca abajo en la cama y mirándolo de cerca, disfrutando de la tranquilidad en su mirada.

—¿Escuchaste del baile de Halloween? —añadí, con algo de duda en la voz, pero queriendo sacar el tema.

Taehyung arqueó ligeramente una ceja, divertido. —Lo hacen todos los años.

Asentí, un poco nervioso. —Sí, exacto. Yo... pensaba no ir —confesé, mi corazón latía un poco más rápido—. Pero, ¿quieres ir conmigo?

Una ligera risa escapó de sus labios, y lo observé mientras se relamía los labios, como si pensara cuidadosamente en su respuesta.

—Jeon Jungkook, a veces pienso que el que tiene habilidad para leer los pensamientos eres tú —dijo finalmente, con un destello de cariño en su mirada. Hizo una pausa, y mi respiración quedó suspendida en el aire hasta que volvió a hablar—. Pensaba invitarte yo, me gustaría tener más experiencias junto a ti.

Una ola de alegría cálida recorrió mi pecho al escuchar sus palabras.

—Entonces, iremos juntos, ya coordinaremos de qué nos vestiremos —me senté, agarrando el control remoto de la mesita de noche y cambié de tema, queriendo prolongar la noche—. Estoy un noventa y nueve por ciento seguro de que tú nunca duermes, ¿verdad?

Él sonrió, sus labios apenas curvándose en una expresión divertida. —Le atinaste. La verdadera pregunta es, ¿qué vamos a hacer hasta que amanezca?

Su gesto travieso, acompañado del alzamiento de sus cejas, me hizo reír. Sin pensarlo, tomé una almohada y se la lancé. Sabía que, con sus reflejos, podría haber esquivado el golpe con facilidad, pero en lugar de eso dejó que el cojín chocara con su rostro, solo para seguirme el juego. Reímos un poco en complicidad, y en ese momento, una idea se apoderó de mí.

—Mis padres no vendrán esta noche y, aprovechando que es el mes del terror, he decidido que vamos a ver toda la saga de Scream —me crucé de brazos, fingiendo un aire decidido que le arrancó una sonrisa.

—¿Scream? —repitió, ladeando la cabeza con curiosidad. Asentí, buscando la aplicación de streaming y bajando un poco el brillo de la pantalla para hacer la atmósfera más acogedora.

—Sí, ya sabes, la saga de horror de los noventas. O bueno, eso se supone que es —reí—. Aunque dudo que algo de eso te dé miedo. Pero vamos, es un clásico.

—He visto Scary Movie, ¿no es lo mismo? —preguntó, entre divertido y confundido, mientras me daba cuenta de que realmente le costaba diferenciar el horror genuino de una parodia.

—Oh, no, no es lo mismo en absoluto. Scary Movie es una parodia de películas de terror, pero Scream… bueno, es terror, pero con algo de ironía y misterio —le expliqué, mientras él me observaba con una expresión interesada.

Al dar play, la habitación se llenó del sonido bajo y tenso de la película mientras la luz del televisor iluminaba apenas nuestros rostros. Noté cómo, al principio, Taehyung mantenía los ojos fijos en la pantalla, analizando cada detalle, y eso solo hacía que mi propia emoción creciera. Verlo tan involucrado y prestarle atención a lo que le decía me gustaba.

A medida que la historia avanzaba, él comenzó a lanzar comentarios sarcásticos sobre la lógica de los personajes, lo que me arrancaba risas y aligeraba la tensión de las escenas más intensas. Yo estaba tan entretenido observándolo a él como viendo la película. Cada vez que un personaje tomaba una decisión absurda, él lanzaba una mirada incrédula hacia mí, y yo me encogía de hombros, divertido.

En una de las escenas más tensas, donde el protagonista es perseguido por el villano enmascarado, un escalofrío recorrió mi espalda. No pude evitar apretarme contra el respaldo de la cama, y Taehyung, notándolo, pasó su brazo sobre mis hombros de forma protectora.

—¿Te asustó? —murmuró en tono burlón cerca de mi oído, su aliento frío rozando mi piel y haciéndome sentir seguro a pesar de la tensión de la escena.

—Tal vez un poquito —admití en un susurro y él soltó una risa baja que vibró en mi pecho.

—Bueno, entonces tendré que quedarme toda la noche para protegerte de estos "peligros" —susurró con un tono juguetón, su sonrisa apenas visible.

Poco después, mientras la película seguía su curso, nos acomodamos más cómodamente sobre las almohadas, dejando que las horas pasaran entre escenas llenas de sustos y risas. Entre comentarios y algún sobresalto ocasional, Taehyung lograba quitarle toda la seriedad al suspenso. En algún punto de la madrugada, el sueño comenzó a vencerme otra vez, y el ambiente de la habitación se volvió cálido y pesado.

Me recosté sobre su pecho y sentí sus manos enredarse en mi cabello, jugando con él de una manera tan suave que me hizo cerrar los ojos, completamente a gusto.