VEINTIUNO

377 36 3
                                    

La decisión de que los Byun abandonaran Pyonguk fue rápida, pero no indolora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La decisión de que los Byun abandonaran Pyonguk fue rápida, pero no indolora. Baekhyun era más que un amigo para mí y el resto del grupo; era la chispa que iluminaba incluso los días más oscuros. Sin embargo, tras lo sucedido en el bosque, Seokjin y Namjoon coincidieron en que mantenerlos en el pueblo sería un riesgo inaceptable, tanto para ellos como para nosotros.

El peligro era demasiado grande y la posibilidad de que los nocturnos intentaran usar a Baekhyun o a su familia en nuestra contra era un peso que ninguno de los Kim estaba dispuesto a cargar. Fue Namjoon quien habló con los padres de Baekhyun, envolviendo la verdad en una red de mentiras convincentes: un trabajo mejor en la ciudad, una oportunidad única de comenzar de nuevo.

Mientras tanto, nosotros nos encargábamos de cubrir los rastros de lo ocurrido. El bosque, el claro… todo tenía que parecer tan normal como antes. Era un engaño necesario para proteger a quienes amábamos.

🍂

La lluvia comenzó al anochecer, fina y persistente como si el cielo llorara junto a nosotros. El auto de los Byun estaba cargado hasta el tope y su casa una vez cálida y acogedora, ahora parecía desolada bajo el velo gris del agua.

Jay, Bogum y yo estábamos frente a la entrada, inmóviles bajo la lluvia, observando cómo Baekhyun ayudaba a sus padres con las últimas cajas. Cada gesto suyo parecía pesar toneladas, como si con cada paso dejara atrás una parte de sí mismo.

De repente, vimos una figura corriendo bajo la lluvia, su paraguas apenas resistiendo el embate del viento. Era Jimin. Llegó jadeando, con su cabello pegado a la frente y las gotas de agua mezclándose con las lágrimas que no se molestaba en ocultar.

Sin decir una palabra, Jimin abrazó a Baekhyun con tanta fuerza que pensé que nunca lo soltaría. Apoyó la cabeza en su hombro y comenzó a susurrarle algo que no alcancé a oír. Baekhyun, quien hasta ese momento había mantenido una compostura admirable rompió en llanto.

Yo miraba la escena con un nudo en la garganta. Las palabras se agolpaban en mi mente, pero ninguna parecía suficiente. Finalmente cuando el auto estuvo cargado y Baekhyun se acercó para despedirse de nosotros, di un paso adelante.

—No puedo creer que esto esté pasando —dije, mi voz quebrándose.

Baekhyun me sonrió con tristeza y antes de que pudiera decir algo más, lo envolví en un abrazo.

—Lo siento tanto… —susurré, sintiendo las lágrimas quemar mis ojos.

Él me dio unas palmaditas en la espalda, intentando tranquilizarme.

—No te preocupes por mí, Jungkook —dijo con suavidad—. Prometo que estaré bien. Y no te preocupes, el secreto está a salvo conmigo.

Nos separamos, y en cuestión de minutos, el auto de los Byun desapareció en la carretera. Observé cómo las luces traseras se desvanecían en la distancia, y cuando miré hacia el letrero de entrada al pueblo, vi a un anciano cambiar el número: "Población de Pyonguk: 3,127 habitantes".

🍂

Aquella noche, el sueño me eludió. Las imágenes de Baekhyun y su familia, el bosque y los nocturnos se mezclaban en mi mente, formando un caos imposible de silenciar. La lluvia seguía cayendo afuera, golpeando mi ventana como si quisiera recordarme todo lo que había pasado.

Me removí en la cama, sintiendo un calor extraño recorrer mi cuerpo. Mi respiración se aceleró y de repente desperté de golpe, empapado en sudor.

—Carajo… —murmuré, tomando la botella de agua junto a mi cama y vertiéndola sobre mi camiseta que estaba sobre el piso.

Fue entonces cuando escuché un ruido en la ventana. Me giré rápidamente, mi corazón latiendo con fuerza, y vi a Jungwon y Taehyung entrando por ella.

—Veo que supiste controlarlo —comentó Jungwon, examinando mi habitación con una calma que contrastaba con mi confusión.

—¿Controlar qué?

Taehyung se acercó y tomó mi mano con suavidad. —Jungwon tuvo una visión. Vio que el lugar se incendiaba. Estábamos a punto de llamar a los bomberos.

Mis ojos se abrieron con incredulidad.

—¿Incendio? No entiendo… no pasó nada.

Jungwon levantó una ceja, su mirada escudriñando cada rincón de la habitación.

—No ha entrado nadie más que nosotros. Pero algo está pasando contigo, Jungkook. Esto no es normal.

El silencio que siguió fue pesado. Taehyung soltó un suspiro y se sentó a mi lado en el colchón. Sus dedos rozaron mi muñeca con delicadeza.

 Sus dedos rozaron mi muñeca con delicadeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Escarlata | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora