La rutina que Taehyung y yo habíamos creado era, para muchos simple, incluso monótona, pero para mí significaba estabilidad. Nos acompañábamos a la preparatoria en su auto, con las manos entrelazadas y poniendo canciones que coreábamos en el camino. Al llegar, siempre me despedía de él con un ligero toque en su mejilla y una sonrisa tímida antes de que cada uno se dirigiera a sus respectivas clases. Aunque pareciera algo pequeño, esos momentos eran mi punto de equilibrio en un mundo lleno de cambios.
Esa mañana, como de costumbre, nos detuvimos frente a la entrada principal. Taehyung estacionó el auto con la precisión de siempre y se giró hacia mí, sus ojos brillando con esa intensidad que me hacía sentir visto, realmente visto.
—Nos vemos más tarde, Gguk —dijo, dejando un beso en mi frente antes de que yo me adelantara en abrir mi puerta para salir luego de despedirme.
Luego de tres clases, el comedor estaba ya lleno de estudiantes cuando llegué. Como siempre Bogum había apartado un lugar para mí. Me senté frente a él notando que tenía una expresión diferente a la habitual como si algo lo estuviera molestando.
—Entonces, Kim Taehyung y tú ya lo hicieron oficial —soltó sin más, clavando su mirada en mí.
Asentí mientras mordía una manzana, tratando de ocultar la sonrisa que se formaba en mis labios. —Mis padres también lo saben.
—¿También se lo dijiste a ellos? —preguntó Jay, apareciendo de la nada y tomando asiento a mi lado. Su tono era una mezcla de sorpresa y diversión.
—Sí, lo hice —contesté, mirando a ambos.
Sin embargo, la actitud de Bogum seguía siendo extraña. No hizo ningún comentario sarcástico ni me molestó como solía hacerlo. En cambio, recogió su bandeja de comida y se levantó.
—Bien por ustedes —murmuró antes de irse apresuradamente, dejando un silencio incómodo a su paso.
Lo seguí con la mirada, frunciendo el ceño. Bogum no era así.
—¿Sabes qué le pasa? —preguntó Jay, rompiendo el silencio.
—No tengo idea, pero definitivamente no es normal en él.
Jay se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Luego, una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras tomaba mis manos entre las suyas.
—Escucha, Gguk, necesito tu ayuda con algo importante.
Incliné la cabeza, curioso y un poco confundido. —¿Qué pasa?
Jay tomó aire profundamente, como si lo que estuviera a punto de decirle costara. Entonces lo soltó todo de golpe:
—Me gusta Jungwon.
Mis ojos se abrieron de par en par, completamente sorprendido por su confesión. Luego, sin poder evitarlo, me eché a reír.
—¿En serio? ¿Desde cuándo? Nunca te he visto hablar con él.
—No lo hago mucho, pero... hay algo en él. Es diferente a los demás Kim, ¿sabes? Todos tienen esa frialdad que intimida, pero Jungwon siempre está sonriendo. Incluso cuando parece distraído. Y sus ojos, Dios, ¿te has fijado en sus ojos? Parecen contener un universo entero o leerte el alma.
Jay continuó con su monólogo apasionado sobre Jungwon y yo me limité a escucharlo tratando de no reír más fuerte. Sin embargo, mi atención se desvió cuando sentí una presencia familiar detrás de mí. Giré ligeramente la cabeza y lo vi: Taehyung estaba allí, observándonos con una expresión indescifrable, pero su mirada estaba fija en nuestras manos unidas.
—Eh, Jay... —intenté zafarme de su agarre, pero él seguía perdido en su discurso.
—Por eso quiero que me ayudes con él. Necesito saber qué le gusta, cómo acercarme, qué decirle. Su número puede ser suficiente...
—¿Qué tal, Jay? —La profunda voz de Taehyung interrumpió el momento, haciendo que Jay me soltara de inmediato.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras veía a mi novio acercarse con esa calma que siempre lo caracterizaba, pero que podía ser intimidante para cualquiera que no lo conociera bien. Se sentó a mi lado, pasando un brazo alrededor de mis hombros en un gesto que, aunque casual, dejaba claras sus intenciones.
—Kim Taehyung —saludó Jay, intentando sonar tranquilo pero fallando miserablemente. —Bueno, tengo que ir al otro lado del campus, así que...
Jay se levantó rápidamente, pero Taehyung lo detuvo sujetándole la muñeca con firmeza.
—Siéntate —ordenó, sin levantar la voz pero con una autoridad que no admitía réplica.
Dudó por un instante antes de obedecer, claramente nervioso.
—Así que... te gusta mi hermanito —dijo Taehyung, mirándolo fijamente.
Jay abrió la boca para responder, pero ninguna palabra salió.
—No soy quién para decirte a quién puedes o no puedes querer —continuó Taehyung, inclinándose ligeramente hacia él. —Pero si le haces daño, te aseguro que yo te...
—¡Nunca lo haría! —exclamó Jay, interrumpiéndolo con desesperación.
Taehyung lo observó durante unos segundos antes de soltar una carcajada.
—Relájate. Solo estaba bromeando. —Extendió un papel hacia él. —Aquí tienes su número.
Jay tomó el papel con cuidado, como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento. Su rostro se iluminó al guardarlo en el bolsillo de su chaqueta.
—Gracias, Kim. De verdad, gracias. —Se levantó con una sonrisa amplia y señaló hacia mí. —Jungkook, tienes suerte. Son la pareja perfecta. Aunque claro, eso cambiará cuando Jungwon caiga rendido ante mí.
Lo vi alejarse, lanzando comentarios exagerados y saludándonos con entusiasmo hasta que desapareció por la puerta.
Me giré hacia Taehyung, quien aún tenía esa sonrisa divertida en su rostro.
—¿Qué fue todo eso? —pregunté, arqueando una ceja.
—No olvides que escucho todo y leo lo que piensan.
Me quedé mirándolo, incapaz de evitar una sonrisa. Ese era el Taehyung que conocía: protector, encantador y absolutamente irresistible.
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Escarlata | KTH + JJK
Fanfiction┈─𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞 🧛: "La llegada de Jeon Jungkook y su familia a Pyonguk desata una serie de eventos imprevistos cuando los Kim, una familia tan enigmática como poderosa, se mudan al mismo pueblo. Sin sospechar siquiera que Taehyung, uno de los en...