DISCLAIMER: Los personajes de "Candy Candy" no me pertenecen, son propiedad de Kyoko Misuki e Yumiko Igarashi. Realizo esta historia con fines de entretenimiento y sin ningún ánimo de lucro. Sólo el ferviente deseo de liberarme de la espinita clavada en el corazón después de ver el anime y leer el manga. Por siempre seré terrytana de corazón.
DESEOS DE AÑO NUEVO © 2017 by Sundarcy is licensed under CC BY-NC-ND 4.0. Está prohibido la reproducción parcial o copia total de este trabajo.
Residencia privada, Chelsea
Manhattan, Nueva York
01 de enero de 1920
Por un tiempo desmedido, Candy sólo se concentró en observar tranquilamente a Terry mientras dormía. Estaba muy segura que podía quedarse de esa forma todo lo que faltaba de este sueño antes que terminase, viéndolo con detenimiento y únicamente acompañada del casi apacible silencio del cuarto, en el que sólo se oía el sonido de la llamas del fuego de la chimenea.
Así fue por largo tiempo, hasta que llegó un momento en el que Candy escuchó con más atención y creyó que sus oídos captaban un ronquido casi inaudible en la habitación. Ese sonido la hizo mirar a Terry con una divertida sonrisa. ¿Era su imaginación o acaso...?
—¿Estás roncando, Terry?— le susurró suavemente, mientras una chispa juguetona destellaba en sus ojos verdes.
En cuanto volvió a escuchar el sonido claramente proveniente de Terry, se aseguró completamente de su sospecha. La sonrisa traviesa que se dibujó en su rostro, hizo que sus ojos brillaron aún más divertidos.
—Así lo parece. — apretó sus labios, tratando de ahogar su risa. —¿Quién diría que roncabas?
El suave sonido se oyó de nuevo y Candy ya no pudo evitar reír un poco de su propio chiste, sintiéndose a la vez enternecida por la escena.
—Tal vez esa es mi señal de que tengo que dejarte dormir tranquilo. — mencionó, sonriéndole dulcemente.
Fue así cómo Candy decidió comenzar a explorar el resto del estudio, especialmente los rincones que no había podido admirar tan bien como la parte de la chimenea.
Llena de curiosidad, empezó a caminar de un lugar a otro buscando nuevos detalles que captaran su atención. Por lo menos ahí, parecía poder moverse con mayor libertad que en la biblioteca. No había más muros invisibles u otras fuerzas que no le permitieran avanzar, o al menos eso creía ella.
"¡Que sueño más raro!"— esbozó una gran sonrisa, poniendo sus manos en su cintura. —"¡Y qué manera de acabar el año!"
Un cosquilleo de algo flotó en su mente un momento, pero tan rápido como apareció, ese pensamiento también desapareció antes de que ella pudiera sostenerlo, eliminando con eficacia cualquier desconcierto que sentía. Encogiendo los hombros sin darle importancia, siguió con la exploración del estudio que al parecer su amplia imaginación había creado.
El tiempo pasó, el fuego de la chimenea se fue extinguiendo y sin que ella se diera cuenta el cuarto se iba iluminando poco a poco con la llegada del amanecer. La luz proveniente de la ventana no sólo llamó su atención, sino también le produjo una creciente sensación de malestar que se le quedó firmemente impregnada en el pecho.
—Algo no está bien. — musitó para sí misma a la vez que sentía cómo una peculiar sensación de frío se instalaba en su espalda.
Instintivamente, Candy se pellizcó el brazo, esperando sentir algo... ¡lo que sea! Muy a su pesar, no sintió absolutamente nada, un detalle que le creó una gran inquietud.
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DESEOS DE AÑO NUEVO
Romansa"Hay amores que ni tiempo ni distancia destruyen." Tras 4 años separados, Candy y Terry aún laten como uno. Cuando todo parece perdido, el destino les da una nueva oportunidad: reunirse en la fecha de la noche en que se conocieron. ¿Será que los Des...