11. Malas noticias

15 1 1
                                    

DISCLAIMER: Los personajes de "Candy Candy" no me pertenecen, son propiedad de Kyoko Misuki e Yumiko Igarashi. Realizo esta historia con fines de entretenimiento y sin ningún ánimo de lucro. Sólo el ferviente deseo de liberarme de la espinita clavada en el corazón después de ver el anime y leer el manga. Por siempre seré terrytana de corazón.

DESEOS DE AÑO NUEVO © 2017 by Sundarcy is licensed under CC BY-NC-ND 4.0. Está prohibido la reproducción parcial o copia total de este trabajo.

Mansión de los Andley, Chicago

01 de enero de 1920

El invierno se había hecho mucho más marcado en 'La Ciudad de los Vientos' en las últimas semanas, haciendo posible que la nieve invadiera las calles y creando un encantador panorama que maravillaría a cualquier visitante.

Con la llegada de este nuevo día todavía se sentía el ambiente festivo dejado por el fin de año, y es que aún existía un suave letargo generado por las múltiples celebraciones que se habían dado desde el día anterior. Sin embargo, el inicio de un nuevo año siempre traía muchas promesas para cualquier persona, ya sea de familias pudientes o humildes. Eso, precisamente, era lo que se percibía en la mansión de los Andley aquella singular mañana.

William Albert Andley caminaba con paso ligero a través del pasillo principal hacia el comedor para ir a desayunar. La luz matutina de las ventanas junto al constante paso de los empleados a través de los pasadizos era todo lo que lo acompañó en su camino, en el cual no dejaba de sonreír preso de un humor envidiable.

Al llegar a las escaleras, fue cuando detuvo su recorrido un momento, sólo para verificar la hora en su muy útil reloj de bolsillo. Desde que había entrado en los negocios familiares, siempre mantenía junto a él ese pequeño artefacto.

"Es muy temprano." — pensó luego de ver la hora. —"Casi las ocho de la mañana."

Lo de temprano era relativo, ya que no esperaba que alguien estuviera despierto a esta hora, mucho menos después de lo tarde que había terminado la fiesta de Año Nuevo, haciendo que lo más probable fuera que los demás siguieran durmiendo y él tuviera que desayunar solo.

Inició su descenso por las escaleras para seguir su recorrido, pues mientras más rápido desayunara, más pronto iniciaría sus actividades del día. Él se levantó a esta hora porque había adelantado una reunión con unos inversionistas extranjeros, una acción poco usual considerando que era el primer día del año, pero había decidido hacerlo hoy temprano, al ser de los últimos impedimentos que tenía para terminar de arreglar los detalles de su viaje al hogar de Pony. Con mucha suerte si acababa con estos engorrosos asuntos que le faltaban, podría estar con Candy en tan sólo un par de días.

—¡Ya extraño mucho a mi pequeña! Desearía tenerla a mi lado ahora. — murmuró con una tierna sonrisa. —Pero... ¡la sorprenderé! Si todo sale como espero, llegaré a visitarla antes de lo planeado.

La perspectiva de poder ver a Candy mucho antes de lo que pensaba lo llenaba de alegría, esa era justamente la razón por la que había despertado de un humor excelente. A pesar que hubiera querido pasar las fiestas con ella, no pudo hacerlo por sus múltiples obligaciones. En cambio ahora, tenía la oportunidad de estar las primeras semanas del año con ella, en cuanto terminaran sus impedimentos. ¡Qué mejor promesa que aquella! Ciertamente, iniciaría muy bien este nuevo año de esa manera.

—¡Y por fin aprenderás a dominar completamente el volante, Candy! — se prometió con convicción, estaba decidido a hacer que ella controlara totalmente su auto.

Ya estaba llegando a su destino y veía a los empleados entrando en su faena de servir el desayuno, cuando a sus oídos llegó la firme voz de la tía Elroy, la cual al parecer comandaba toda la conversación del comedor.

DESEOS DE AÑO NUEVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora