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Me encontraba con la verga de Guido dentro de mi boca y podía escucharlo jadear mientras acariciaba mi pelo sin necesidad de empujar mi cabeza. Eso me agradaba. Acompañé mis chupadas con mi mano para complacerlo completamente ya que su verga no me entraba del todo en la boca, aunque hacía alguno que otro intento para que si lo hiciera.
-Uff, pendeja me estas matando.
Gimió echando la cabeza hacia atrás. Se apoyó en uno de sus codos y con su otra mano, me tomó de la cara para hacer que lo mire. Pasé mi lengua por la punta mientras lo miraba y al parecer ese acto lo hizo desesperarse, ya que enseguida me agarró para subirse sobre mi, posicionándose entre mis piernas. Sus labios capturaron los míos y una de sus manos fue a parar a mi feminidad la cual estaba mas mojada que antes, se podía sentir a través de la tela de mi tanga. Comenzó a acariciar lentamente la zona en donde estaba mi clítoris haciéndome soltar un leve gemido. Luego de un par de segundos, me sacó la tanga dejándola sobre mi ropa y agarró del bolsillo de su pantalón que estaba a un lado, un condón, el cual se apresuró para ponerse.
Me miró y escaneó de arriba a abajo mi cuerpo con esos hermosos ojos que tiene. Por inercia me tapé la panza con mis manos pero enseguida las apartó poniéndolas sobre mi cabeza.
-Nunca tengas vergüenza de tu cuerpo Ro, nunca mas. Me encantas así como sos.
Habló en voz baja regalándome una sonrisa, y puedo garantizar que con ese solo comentario me embaracé psicológicamente. Suspiré al sentir sus besos sobre mi cuello y solté un leve jadeo al notar que con la punta de su verga rozaba mi húmeda intimidad. Su collar chocaba contra mi pecho y sus labios estaban sobre una de mis tetas, lamiendo el pezón mientras que lento se introducía en mi, haciéndome soltar un leve gemido cuando ya estaba completamente dentro mío. Estuvo quieto por un momento para besarme hasta que empezó a mover sus caderas embistiéndome lentamente.
El ambiente estuvo invadido por sus jadeos y por mis gemidos, los cuales se incrementaban cada vez mas porque sus embestidas se hacían cada vez mas rápidas y fuertes.
-Aah--¡Guido! Seguí así, ¡no pares!
Logré decir entre gemidos y jadeos que se mezclaban con mi respiración agitada. Él me miró mordiéndose el labio y una de sus manos se posicionó en mi cuello apretando muy poco el mismo mientras aceleraba sus movimientos. Por la fuerza con la que me penetraba, mis tetas estaban en un vaivén constante.
-Me encanta tanto cogerte, pendeja.
Comentó con la voz ronca. Me mordí el labio ante ese comentario. Mis manos fueron hacia su espalda la cual arañé levemente provocando que soltara un pequeño gruñido.
De un momento a otro, decidí dar la vuelta para quedar encima de él. Sonrió y me agarró del culo mientras me comenzaba a mover de adelante hacia atrás, sintiendo como el placer se apoderaba aún mas de mi cuerpo. Nunca me había sentido tan bien, tan dominante y tan empoderada en una situación así, era la primera vez que me sentía tan cómoda para garchar con alguien. Sentía que podía hacer lo que quisiera sin la necesidad de querer encajar. Me daba tanto igual, que había olvidado de que estábamos en una playa pública y que en cualquier momento podría aparecer alguien.
Mientras me movía sobre él, se sentó para alcanzar mis labios los cuales pegó contra los suyos. Pude escuchar como sus jadeos invadían mi boca. Quería volverlo loco y creo que lo estaba logrando.
-Mmm...seguí así Ro, no pares.
Murmuró con la voz ronca cerca de mi oído. Me dio una nalgada y volvió a acostarse. Sus ojos me miraban con una profunda lujuria, con demasiado deseo. Me sostuve con mis manos apoyándolas a los lados de su cabeza para comenzar a mover mi culo de arriba hacia abajo provocando que su verga entrara y saliera rápidamente. Al estar cerca de su cara pude ver como los ojos se le daban vuelta y como se mordía el labio. Al parecer le gustaba demasiado lo que estaba haciendo.
-Me vas a hacer acabar pendeja.
Murmuró entre jadeos mientras azotaba mi culo con sus manos haciéndome gemir de más. Y fueron unos minutos mas que duramos en eso, hasta que en mi interior sentí una corriente que me invadía por completo y orgasmo se hizo presente. La paredes de mi concha apretaron su verga con fuerza. Ambos gemimos fuerte el nombre del otro al llegar juntos al clímax. Solté un suspiro y me dejé caer sobre él quien me abrazó enseguida. Nuestras respiraciones estaban demasiado agitadas y podía sentir lo caliente que estaba su cuerpo. Nos quedamos callados por un momento hasta recuperar el aliento. Cuando pude enderezarme, me quité de arriba de él sintiendo de todas formas, como aun mis piernas se sentían algo débiles y torpes. Me acosté a su lado y lo miré con una sonrisa, el me miró igual.
-Fue increíble.
Murmuró acariciándome la mejilla. Asentí.
-Mucho.
-¿Te gustó hacerlo acá?
Preguntó con curiosidad.
-Si, me encantó. La verdad para haber sido la primera vez, estuvo bastante bien.
Respondí sin dejar de sonreír.
Luego de esa conversación que siguió por unos minutos, decidimos que ya era hora de volver al departamento, las horas avanzaban y el tiempo se estaba poniendo un poco fresco. O de hecho, creo que era porque ya no estábamos calientes, pero de todas formas nos vestimos y agarramos nuestras cosas. Nos dirigimos al auto al cual entramos ni bien llegamos a él. Guido arrancó el motor y condujo. Ambos estábamos algo cansados pero eso no nos impidió que el camino fuese divertido. Cantamos, reímos y charlamos mucho mediante el trayecto largo que había que hacer hasta el departamento. Luego de un par de minutos, llegamos al estacionamiento del edificio. Nos bajamos del auto y fuimos hacia el ascensor al cual entramos enseguida presionando el botón del quinto piso.
Al llegar, salimos del ascensor y entramos al departamento.
-Fa boluda, estoy molido.
Comentó tronándose la espalda haciendo que la misma sonara un par de veces.
-Andá a acostarte rubia, así descansas bien.
Sugerí mientras me sacaba los zapatos y los dejaba a un lado de la puerta.
-No voy a poder descansar bien si no dormís conmigo.
Dijo haciendo pucheros y cruzándose de brazos. No se que clase de Guido era este pero me encantaba. Reí.
-Está bien, vamos bebito.
Dije jodiéndolo mientras lo agarraba de la mano y lo llevaba hasta su cuarto. Ambos nos cambiamos por ropa mas cómoda cuando estuvimos en el cuarto y nos acostamos en su cama. Él me abrazó por atrás haciendo cucharita, me besó la nuca y luego de eso no recuerdo mas nada, ya que me quedé dormida al instante sin dejar de tener esa sonrisa embobecida en el rostro. Esto me fascinaba, podría acostumbrarme.
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Sos todo lo bueno, sos todo lo malo...|Guido Armido Sardelli
Fanfiction¿Qué pasaría si de repente tu vida cambia repentinamente? Más daño del que ya tenías y solo una persona podría arreglarlo. Él, todo un rockstar, negado al amor y el compromiso, te ayuda por accidente y decide quedarse contigo apesar de que no te con...